Las relaciones con el pueblo maya deben cambiar: Indignación

Katia Rejón
Foto: Facebook Indignacion
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 28 de septiembre, 2018

“¿Por qué no ponen esa granja acá en Mérida? A ver si ustedes no protestan. Y con toda razón porque es su casa. Así Homún es la nuestra”, cuestionó José Anastasio Euan Romero, miembro de Indignación A.C. durante la charla “¿Existe igualdad entre mayas y no mayas en Yucatán?” organizado por el Centro de Estudios de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Uady este 28 de septiembre.

Randy Soberanis, también de Indignación, preguntó a los jóvenes presentes si alguno venía de otro municipio que no fuera Mérida. Algunos contestaron que eran de Chocholá, Ticul e Izamal.

Explicó que en Chablekal, a pesar de que hay cinco universidades a la redonda, los jóvenes de la localidad no tienen oportunidad de acceder a ellas más que trabajando como jardineros o conserjes.

“A lo más que pueden aspirar, la mayoría, son a escuelas técnicas donde te enseñan a ser útil manualmente, para que seas empleado de los de a lado. No es malo ser técnico, pero no hay una intención de abrir las posibilidades. No nos ponen bibliotecas, nos alejan la cultura. Hay un sistema para que vivamos en un criadero de empleados”, explicó Soberanis.

La discriminación, apunta Euan, también está en la indiferencia de las personas, a las cuales parece no afectarles directamente, pero son parte de “ese sistema que permite que se den estas condiciones”.

Los asistentes, estudiantes de derecho, agronomía, antropología, entre otras carreras, opinaron acerca de los problemas actuales que atraviesan algunas localidades de Mérida y municipios de Yucatán. En Ticul y otros dos municipios, compartió una joven, una empresa quiere instalar más de un millón de celdas solares para lo cual se requiere la deforestación de 762 hectáreas.

“Piensan construir el parque solar más grande de América Latina y eso puede ocasionar un aumento de 10 grados centígrados en la zona. Si de por sí las temperaturas de Mérida pueden llegar hasta 40 grados, no sabemos cómo puede afectar a la población”, complementó Lourdes Medina, también de Indignación.

En Izamal, compartió otra estudiante, hay una fábrica de la empresa estadounidense de mezclilla Lee y han acaparado gran parte de los empleos. Quienes trabajan ahí, comenta la joven, lo hacen en condiciones precarias, presentan graves problemas de salud y les pagan cerca de 100 pesos diarios.

También se habló de la calera que desean construir en Chocholá, a pesar de que los ejidatarios de la zona piden la suspensión.

Los especialistas del grupo indignación explicaron que el argumento de los empresarios es que así se “fomentará el desarrollo del pueblo”. Sin embargo, consideran que este argumento sirve para justificar una imposición, pues generalmente esas personas ya tienen empleos o se dedican a otras cosas.

“Dicen que nos oponemos al desarrollo. Pero ya sea por complejos residenciales, caleras, granjas de cochino, son desarrollo y enriquecimiento para ellos. Cuando protestamos nos dicen que la idea es dar trabajo, aunque contaminen el agua o deforesten”, afirmó Euan.

[b]Los académicos se esconden[/b]

Entre las conclusiones, los participantes afirmaron que se puede pensar en un modelo de desarrollo que sea cooperativo entre los mayas y no mayas. Uno de los asistentes preguntó qué se puede hacer, a lo que Euan Romero contestó: “No sé qué estarán haciendo ustedes, pero Kalycho nos acaba de sacar de una manifestación en Homún, un pueblo organizado que le dice al Estado que no le gusta lo que están haciendo. Lo mismo que hizo Kimbilá hace poquito. Desanima pensar que no se está haciendo nada, pero el pueblo está peleando en su propia trinchera”.

Agregó que la relación de tutela que han tenido los no mayas con los mayas debe acabar. El pueblo maya, afirmó, ya no quiere “ayudas de diferentes colores con despensa o pollitos”, pues eso ayuda a alimentar la pobreza. Ahora, aclaró, los mayas se encuentran tratando de visibilizarse, como no lo ha logrado la academia.

“No quiero caridad de ustedes. El pueblo está pidiendo que en muchos niveles las relaciones tienen que cambiar. Hay que voltear la mesa”, explicó.

Lourdes Medina exhortó a los académicos a devolver todo lo que han estudiado y hablado sobre los mayas. “Cuando los compañeros organizados solicitan información para un juicio, o una opinión técnica para fortalecer una organización, los académicos se esconden”, agregó.

Euán puntualizó que esto ha sucedido en la Uady también. “No somos bichos para que nos estén estudiando”, declaró.