Juan Manuel Contreras
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 23 de agosto, 2018

Son más de 180 mil los yucatecos que residen en Estados Unidos, muchos de ellos a la sombra de la ilegalidad. Huyendo de una vida de carencias, migran a lo desconocido en busca de mejores oportunidades y la promesa de mejorar la calidad de vida propia y de sus seres queridos, pasando largas temporadas sin verlos ni tener noticias de ellos.

Ante esta situación, el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya en Yucatán (Indemaya) puso en marcha el programa Cabecitas Blancas, cuyo objetivo es que los padres de quienes optaron por el llamado “sueño americano” tengan la posibilidad de obtener los recursos y asesoría necesarios para visitar a sus hijos.

Esta mañana, fueron entregadas Visas y pasaportes a 60 beneficiarios de la iniciativa, así como una larga lista de recomendaciones para evitar cualquier contratiempo durante el trayecto para reunirse con sus familiares al otro lado de la frontera.

Rosario Cetina Amaya, directora del Indemaya, explicó que los viajeros son en su mayoría procedentes de municipios al sur del estado, como Oxkutzcab, Tekax y Cenotillo, y son pocos los que hablan español, incluso algunos padecen alguna discapacidad.

Cargados de condimentos y dulces típicos de la región, las medicinas necesarias acorde a sus padecimientos; y sobre todo con la ilusión de reencontrarse con sus hijos y nietos, familiares de los migrantes partirán del aeropuerto de Mérida el 30 de agosto en compañía de personal de la institución.

La funcionaria informó que a lo largo de la administración actual, 450 familias se han beneficiado con el programa, y tienen la ventaja que les facilita la obtención de la Visa por un período de 10 años, lo que les permite regresar en otras ocasiones a encontrarse con sus consanguíneos.

Uno caso es el de María Isabel Herrera Kú, a quien le han negado la Visa en tres ocasiones.

“La primera vez intenté solicitarla, un licenciado hizo los trámites y me aconsejó no decir que tenía hijos allá, así que dije que iba a pasear y no me creyeron. Ahora voy a visitar a mis dos hijos y cinco nietos. Estoy nerviosa porque no los veo hace 14 años, él vive en California”.

Otro beneficiario es Alejandro Pacheco Cámara, agricultor oriundo de Oxkutzcab que no ha visto a sus hijos en 30 años. Pacheco Cámara abandonará su trabajo en la milpa por unos días para encontrarse con sus ocho vástagos y “diez o doce nietos”, según calculó.

“Es un milagro de dios, están volviendo los años en los que fui feliz, hay que tener mucha esperanza y cariño para esperar. Ellos se fueron por las necesidades que hay en Yucatán; el campo a veces da y a veces no. Me han dicho que quieren conocerme, ya que se fueron cuando estaban muy chidos”, recordó.

En lo que va del año, el Indemaya ha atendido a once de los 87 yucatecos que han sido deportados de Estados Unidos. En cuanto a las defunciones, se tiene registro de 11 fallecimientos, de los cuales diez han sido por muerte natural, y uno por homicidio.

“¿Qué más le voy a decir paisano? Es la ley de la vida. Hay que tener paciencia para esperar lo que venga, sabemos que son muchas cosas buenas y malas las que se cruzan en el camino. Uno debe siempre tomar el camino bueno para salir adelante”, aconsejó finalmente, Don Alejandro.


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