Robo, narcomenudeo y prostitución, "el pan de cada día" en San Benito

Juan Manuel Contreras
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 31 de julio, 2018

Pese a que a principios de este año, la policía municipal de Mérida instaló una caseta en las inmediaciones del mercado de San Benito, locatarios del bazar denunciaron que los robos y otros delitos continúan al alza.

En un recorrido realizado por el complejo, se preguntó a los mercaderes respecto a la situación. La mayoría de ellos declaró haber sido víctima de ilícitos en las últimas semanas y consideró insuficiente la vigilancia brindada por los elementos.

Ramiro, dueño de una fuente de sodas, manifestó su preocupación por la creciente ola de robos que azota a los comerciantes, “es el pan de cada día”, lamentó, pues en los últimos meses, amantes de lo ajeno han visitado su puesto en tres ocasiones.

Detalló que la inseguridad en el San Benito se ha vuelto un dolor de cabeza para quienes tratan de ganarse la vida de manera honesta; y destacó la necesidad de contar con un sistema de vigilancia eficiente a fin de aminorar el impacto de la rapiña.

La señora Guadalupe trabaja en su lonchería desde hace ocho años, y ha perdido la cuenta de cuántas veces ha sido víctima de los cacos. Solo en los últimos meses, han forzado su cortina metálica en dos ocasiones; y aunado a lo que se llevan, debe cubrir los costos de la reparación.

Además de los hurtos, la locataria señaló que también hay una red de narcomenudeo en las inmediaciones del bazar; y que incluso, ante la nula presencia policiaca, se consumen drogas en la parte superior del inmueble.

Un peluquero que pidió el anonimato, reiteró la ineficiencia de los cuerpos de seguridad. Reconoció que en varias ocasiones se ha aprehendido a los ladrones, pero “solo los llevan a pasear y al día siguiente ya están afuera haciendo de las suyas”.

“No les conviene tenerlos allá”, dijo en referencia al Centro de Reinserción Social de Mérida, pues considera que ésta medida representa altos costos para el estado, y por eso los dejan en libertad, a pesar de haber cometido un delito.

La prostitución también es uno de los problemas de los que se quejan los locatarios del mercado, pues aseguran que el segundo piso del complejo es utilizado para llevar a cabo actos lascivos.

Según testimonios, las numerosas cantinas que circundan el San Benito fungen como centros de reunión entre parejas, que luego de ingerir bebidas embriagantes, acuden al mercado a “hacer sus cosas”.

En general, las personas entrevistadas coincidieron en la necesidad de reforzar la vigilancia en el San Benito, aumentar el número de uniformados y que éstos realicen rondines regularmente, para evitar que el número de delitos siga creciendo.