Katia Rejón
Foto: Facultad de Educación - UADY
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 23 de noviembre, 2018

El escritor mexicano Eduardo Antonio Parra (Guanajuato, 1965) llegó a la ciudad de Mérida para presentar su novela histórica [i]El rostro de piedra[/i], inspirada en Benito Juárez este 17 de noviembre en el Centro Cultural José Martí. La obra se imprimió por primera vez en 2009 bajo el sello de Grijalbo y este año se reimprimió con la editorial ERA. La presentación del libro estuvo a cargo de Carlos Martín Briceño y Margarita Castro.

Parra es una referencia de la literatura mexicana actual y de los narradores que escriben acerca de la violencia en México. Su libro de cuentos Sombras detrás de la ventana (ERA, 2009) obtuvo el Premio de Literatura Antonin Artaud 2010 que otorga la Embajada de Francia en México. Es autor de dos novelas, una antología y numerosos cuentos.

Antes de la presentación, Eduardo Antonio Parra concede una entrevista a [i]La Jornada Maya[/i] en la que habla de su novela y la literatura mexicana actual.

[b]Sobre su libro 'El rostro de piedra', ¿por qué decidió hablar de un personaje que ya ha sido bastante tratado, como Benito Juárez?[/b]
Porque siempre ha sido tratado como un santo. Es el héroe inmaculado del país y no me gustaba esa versión. Tuvo que haber sido un ser humano con altas y bajas, claroscuros.

[b]Cuando empecé a investigar me di cuenta que sí, hay muchas cosas que no nos dicen cuando nos cuentan la historia que parece más una novela de Paulo Coelho donde el pastorcito que toca la flauta y ni siquiera habla bien español de repente ¡zaz! se vuelve presidente. Pero ¿cómo llegó hasta ese punto? [/b]
Otra cosa es que lo sentía demasiado lejano, como una estatua. Me gusta más el lado humano que el político, pero bueno, es imposible diferirlos.

[b]Aunque no deberíamos juzgar a este personaje con el contexto y valores actuales ¿qué papel tendría Benito Juárez si viviera en nuestra época? ¿seguiría siendo un liberal?[/b]
Sí, sería un liberal. Sería mil veces mejor que AMLO [Andrés Manuel López Obrador]. AMLO quiere ser como él, pero no es. Juárez era terco, se sostenía en sus principios e ideas; y por lo que vemos AMLO ya está dejando de sostenerse en muchas cosas de las que dijo.

Benito Juárez no tenía dobleces: decía “esto le conviene al país” y seguía adelante contra viento y marea. Se echó encima a conservadores, extranjeros, incluso gente de su propio partido.

[b]Una reseña de este libro, escrita por Jorge Chávez Chávez, dice que si sólo leyéramos la novela sin saber de historia, pensaríamos que todo viene de la imaginación del autor. ¿Qué opina sobre esta idea? [/b]
No sé a qué se refiere, pero yo quería hacer una novela más que un documento histórico; los documentos históricos ya estaban. Quería contar ese Benito Juárez que tuve que imaginar, sus relaciones familiares, entre sus amigos, con sus enemigos.

Sabemos qué hizo, pero no qué hizo en la intimidad, qué miedos tenía, qué pensaba. Lo tuve que imaginar guiándome con los datos históricos. Todo lo que sale en la novela sobre qué hizo y dónde estuvo, está cotejado con la historia.

Hay escenas en la intimidad con Margarita, sexual y no sexual, que jamás vamos a ver un registro. Hay muchas escenas del pensamiento de Juárez, a punto de tomar grandes decisiones, donde está muerto de miedo, porque estaba poniendo siempre en riesgo tanto su carrera política como el país. Y eso va a la imaginación.

[b]Y al libro le ha ido muy bien en ventas…[/b]
Sí, ahora está en una reedición. En la primera editorial se vendieron muchísimos ejemplares. Bueno, no sé qué tanto son muchos pero se vendieron entre 25 y 30 mil.

[b]Otro de sus libros que son referencia es Norte, la antología de escritores de esa zona. En un artículo suyo, donde le contesta al crítico Rafael Lemus, dice que no es verdad que todos los escritores del norte escriban del narcotráfico; pero asegura que “se identifican entre sí”, ¿de qué manera lo hacen?[/b]
Hay una especie de ritmo que se ve muy claro, además de una idiosincrasia común. El norte, el centro y el sur tienen una historia distinta. Siempre cito un artículo de Krauze que dice que si tú le preguntas a una persona cuándo se consumó la conquista de México, su respuesta va a depender del lugar donde vive. Acá van a decir que en 1521, en el norte en 1890 porque hasta entonces seguía la guerra.

Nuestra relación con el centro era más o menos como la que ustedes tenían: nos mandaban gobernadores, soldados, y éstos iban a robar porque se quedaban pocos años.

Tijuana está más lejos que Mérida de la capital del país, las cosas no llegaban a tiempo, las guerras del norte eran durísimas, no había nada y se tenía que hacer todo, está muy cercano a Estados Unidos, todo eso crea una idiosincrasia.

En pueblos de Nuevo León hay casas de un solo piso que arriba tienen una barda con un hoyo, una vez pregunté y me dijeron que era para los rifleros, desde ahí disparaban cuando llegaban los indios y eso duró hasta principios del siglo XX. El paisaje, la comida, la historia, es lo que nos hermana.

[b]¿Y en el aspecto literario?[/b]
Por alguna razón en el norte son más narradores y en el sur más poetas. No sé por qué. Siempre digo que es porque los del norte tenían que llenar espacios con palabras cuando se trasladaban de un lugar a otro, porque las distancias eran enormes.

[b]El siglo pasado los escritores latinoamericanos experimentaron con el realismo mágico, y ahora parece que muchos autores escriben un realismo más violento, incluso exploran más en géneros que mezclan el periodismo y la literatura, ¿usted ve una transición?[/b]
Creo que es parte del temperamento e ideología de muchos autores. En México no se dio mucho el realismo mágico. No puedes mencionar un autor mexicano que sea de realismo mágico realmente. A veces se dice Pedro Páramo pero no, es una novela fantástica en todo caso; Arreola, fantasía.

No hubo realismo mágico quizá porque estamos muy lejos de las zonas tropicales. A lo mejor si los yucatecos hubieran escrito más, hubieran escrito realismo mágico. Tiene que ver con el paisaje y las leyendas de cada región, creo.

Sí tendemos a hacer realismo y ahí es muchas veces cuando se confunde literatura y periodismo, y creo que cuando esto se confunde es un error de los escritores literarios.

[b]¿Cómo se encuentran actualmente las coordenadas literarias? ¿La literatura sigue siendo centralista? ¿Los escritores del norte leen a los del sur?[/b]
Creo que sí. Ahora estamos mucho más conectados con el internet. Aunque muchos escritores no pasan por una editorial, tienen muchos lectores que los leen en línea. Sin embargo sigue siendo centralista, la crítica de la Ciudad de México tiene que dar la bendición de alguna manera, y las editoriales siguen estando en el centro. Hay muchas editoriales regionales y locales pero tienen un alcance limitado.

[b]¿Qué impacto puede tener en los lectores el hecho de leer sobre lo que ellos mismos están viviendo?[/b]
Eso es algo que tenemos muy claro los escritores de mi generación. Cuando comenzábamos a escribir lo decíamos, cuando les hablas de cosas que están acostumbrados a ver, les hablas de su cultura, de sus problemas, y lo ven plasmado en un libro, se acercan con más facilidad.

En ese tiempo todo el mundo leía Best Sellers gringos y decíamos “hay que crear lectores”. Parecía algo utópico, pero a la vuelta de 20 o 25 años sí pasó. Ahora hay muchos lectores que siguen interesados en escritores regionales y muchos jóvenes se animan a escribir porque ven que hubo otros que escribieron sobre la realidad.

[b]¿A qué autores contemporáneos deberíamos leer?[/b]
De mi generación, Cristina Rivera Garza, Guillermo Fadanelli, David Toscana; de la generación de los 70 hay muchos muy fuertes como Antonio Ramos Revillas, Guadalupe Nettel, Luis Felipe Lomelí, Luis Jorge Boone, muchísimos. Aunque valdría la pena explorar cuáles son los autores mexicanos que no conocemos y empezar a buscarlos. Están en las librerías pero uno va a las librerías sin orientación y te los pasas de largo.

[b]¿Cuándo saldrá su siguiente novela?[/b]
En el primer semestre del siguiente año. Esta novela sí va sobre la violencia que vive el país pero particularizando en algunos personajes. Es sobre los pueblos que antes eran mágicos y ahora son pueblos fantasmas. Esos que de repente quedan desiertos, en el norte hay muchísimos, y que se quedaron hechos fantasmas a consecuencia de una batalla. Me baso en la Batalla de Ciudad Mier, un lugar que era precioso y quedó hecho ruinas. Se pelearon los cárteles y el lugar quedó desierto y destruido.


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