Madres del sector salud pasarán su día sin abrazos ni besos

Juan Manuel Contreras
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Domingo 10 de mayo, 2020

Como muchas mamás mexicanas, este Día de la Madre la doctora Armi Lina Cruz Dorantes no podrá recibir el abrazo de sus hijos, pues su encomienda es de suma importancia, se desempeña como anestesióloga en hospital Juárez y las estrictas medidas sanitarias impedirán que este diez de mayo transcurra con normalidad para ella y su familia. Desde que llegó el virus al estado, se les recomendó a los trabajadores del sector salud, no dar abrazos ni besos, para proteger a ellos y a sus seres queridos.

En su tono de voz se puede sentir la fuerza propia de quien tiene vocación de servicio y desde la formación conocía muy bien el costo que podía implicar su labor. “Ya tendremos otra fecha para festejar” dice a sabiendas del compromiso que implica la salud de sus pacientes ante un panorama tan incierto como el que se vive en el país.

El Día de la Madre es una de las celebraciones más arraigadas en la cultura mexicana; y la de este año tiene la particularidad de acontecer en medio de una pandemia.

La médica atenderá urgencias únicamente en esta fecha tan especial, por lo que comenta que pasará el día en casa con sus dos hijos -de ocho y diez años- y su esposo, quien también es doctor, ginecólogo. Es muy probable que las circunstancias obliguen a que felicite a su madre a través de los canales digitales, a diferencia de años anteriores en los que la efeméride reunió a la familia.

Como madre, la doctora Armi Lina reconoció tener miedo, pues considera que el COVID-19 se trata de una enfermedad “muy egoísta”, pues cualquiera puede sentirse bien y aún así transmitirlo a los seres que más quiere.

Aunado a esta situación, en los hospitales no realizan pruebas al personal médico a menos de estar seguros que el paciente que se atendió haya sido diagnosticado positivo al virus.

“Mientras no tengamos una prueba no podemos asegurar que nosotros como profesionales de la salud no lo tenemos”, aclaró.

Este sombrío panorama es el que dejará a miles de madres mexicanas cuya labor radica en actividades de primera necesidad, desprovistas de muestras físicas de cariño por parte de sus allegados; y en el caso del personal médico, desde principios de la contingencia se les informó que estaban prohibidos los besos y los abrazos. El Día de la Madre no es la excepción.

“Es una situación sumamente difícil, pues pese a que mis hijos tienen edad suficiente para estar al tanto de la situación, todavía hay momentos en los que cuestionan cuándo se acabará el confinamiento para que podamos estar abrazados nuevamente en familia”, dijo.

A sabiendas de la situación que vive el sector de la salud -madres muchas de ellas- la doctora Armi Lina condenó los actos de discriminación de los que han sido blanco a últimas fechas, “es sumamente indignante y doloroso” aseveró, pues el estrés laboral que viven a diario es de dimensiones inimaginables.

Finalmente, la médica manda un mensaje a todas esas madres que como ella, trabajan en sectores imprescindibles y no podrán abrazar a sus hijos en el Día de la Madre:

“Que tengan mucho ánimo. Nuestras familias son el principal motor para continuar dando todo lo que tenemos en pro de la sociedad; y que extremen medidas de cuidado para que pasando la contingencia podamos tener muchos abrazos y besos de nuestros hijos”.

Edición: Elsa Torres