Texto y foto: Gabriel Graniel Herrera
La Jornada Maya
Ciudad del Carmen, Campeche
Domingo 10 de diciembre, 2017
Ya llegó la rama, vino de Campeche y al niño le trajo su vaso de leche. Esta es la primera de las estrofas de la rama, una tradición mexicana navideña que surge en el sur y centro de Veracruz, y que se ha extendido a los estados de Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
La tradición de la rama es una actividad cultural afroantillana, arraigada en el puerto veracruzano, y que llega a la isla del Carmen en los albores de los años 20, aunque no logra penetrar en el ánimo de la naciente población.
[b]Llega a Carmen[/b]
En 1948, la tradición arriba a Ciudad del Carmen mediante una familia carmelita que radicaba en el puerto de Veracruz y que, por cuestiones de trabajo, había emigrado. A su regreso, trae consigo el canto de la rama.
“Ante el auge de la actividad camaronera, una familia carmelita que vivía en Veracruz, donde conoció de esta costumbre, vino a radicar a Carmen, con lo que trajo consigo este canto, que lo adecuaron a la entidad”, narra Daniel Cantrell Alejandro, historiador de la isla.
Actualmente, aún viven personas que participaron de estos primeros cantos de la rama en Ciudad del Carmen, como la familia Ferráez, los Calderón, quienes narran cómo llegó esta tradición a la isla.
[b]Se actuaba[/b]
Cabe destacar que en los inicios de esta tradición, la rama no sólo era cantada, sino que los participantes escenificaban algunos pasajes de la misma.
“Los participantes…se reunían semanas antes para practicar, pues muchos de ellos escenificaban las estrofas que se cantaban, habiendo hasta concursos de esta tradición”, expresa Cantarell Alejandro.
[b]El barrio antiguo[/b]
Del 10 al 16 de diciembre, en el Guanal, uno de los barrios tradicionales de Carmen, los niños y jóvenes de la época se reunían para escoger la rama de su elección, cortarla y adornarla, para salir a pedir posada.
“Frente al monumento a la bandera, se reunían la familia Anguas, los Obrador, los Arrocha y los Fonz, entre otros, para adornar la rama con lo que nos daban en casa y ensayar”, narra doña Ema Obrador Capellini.
El producto de lo recolectado servía para que los padres organizaran la posada de los participantes en la rama, con dulces y piñatas.
“Es necesario que las autoridades, fomenten estas tradiciones, que de igual manera, es responsabilidad de la población arraigarla y preservarla”, subraya Obrador Capellini.
[b]Jardines de niños lo fomentan[/b]
En este esfuerzo por preservar las tradiciones, como el caso de la rama, los jardines de niños juegan un papel fundamental, ya que se puede apreciar en diferentes puntos de la isla a niños con sus padres y maestros, cantando la rama.
Ana Bertha Barrera Méndez, maestra del jardín de niños “Adela Pacheco Blanco”, manifiesta que es en los infantes donde buscan arraigar estas costumbres, para que no se pierden con la modernidad.
De esta manera, a partir del 10 de diciembre y hasta el 16, niños y jóvenes del Carmen, saldrán a las calles para cantar la rama y pedir su aguinaldo.
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