Como muchos, el trabajo de Doctor Blood se vio afectado tras la pandemia, ya que como luchador y mascarero, sus actividades pasaron a la lista de "no esenciales". Sin embargo su creatividad lo llevó a experimentar con la confección de diversos artículos de protección personal, el primero de ellos fueron los cubrebocas, hasta que el mercado lo orilló a renovar y confeccionó el cubrebocas con protector para rostro, el cual no interesó entre los clientes; pero el que consideró su siguiente “gran fracaso” fue el cubrebocas transparente, mismo que creó con la idea de que las mujeres, principalmente, pudieran mostrar su sonrisa o labios pintados. Fue entonces que un cuarto producto tomó importancia en su labor, las caretas o mascarillas para COVID-19, cuyo diseño lo ha vuelto popular no sólo en Campeche, sino en diversos estados de la República.
Si bien en el mercado ya existen numerosos estilos de mascarillas, el campechano encontró en la nostalgia de los adultos un vínculo con sus clientes, pues comenzó a diseñar caretas inspiradas en la antigua serie de anime Los caballeros del Zodiaco.
“Hay clientes de más de 40 años, que crecieron viendo la serie, que me han confesado que vuelven a ser niños con estas caretas”, este tipo de experiencias significa para Doctor Blood una forma de sobrellevar la incertidumbre que se vive frente a la pandemia. Los clientes, cuenta, le han dado buenos comentarios simplemente por revivir la serie en un artículo que se ha vuelto indispensable hoy en día.
Antes de la pandemia, Doctor Blood dedicaba su tiempo a la lucha libre, tanto a entrenar como a dar espectáculos de dicha disciplina y al mismo tiempo llevar su gimnasio, inaugurado apenas en enero de este año. Tras la contingencia, tuvo que detener sus actividades ya que los shows de lucha fueron cancelados, así como las actividades dentro de los gimnasios. Sin embargo una actividad más le dio una oportunidad de emplearse durante la pandemia y fue su oficio de mascarero de lucha libre, el cual adaptó a las necesidades actuales con la elaboración de caretas para COVID-19.
"Esto dio un giro de 180 grados y había que adaptarse", expresa a La Jornada Maya el luchador, quien cuenta que aprendió el oficio de mascarero seis años atrás, con la intención de elaborarse sus propias máscaras después de que el fabricante dejara Campeche para regresar a su tierra natal, Veracruz. "Tuve la oportunidad de adquirir una maquinita de coser, de esas antigüitas, y con eso empecé. Como dicen por ahí 'echando a perder se aprende'".
Doctor Blood cuenta que encontró el negocio de las caretas por accidente, ya que al inicio de la contingencia comenzó a confeccionar sus propios cubrebocas y "de chiste" elaboró uno con colmillos, haciendo alusión a los murciélagos, animales que se les identificó como posibles portadores del nuevo virus. A partir de una publicación en redes sociales, el luchador asegura que comenzaron los primeros pedidos hasta superar la confección de más de mil 500 cubrebocas. “Me agarró de bajada, estaba asustado por tanto trabajo que me caía”.
De Dragon Ball a Los caballeros del Zodiaco
Sus primeros materiales para la fabricación de mascarillas, recuerda, fueron los que utilizaba para la realización de las máscaras de luchador. Entre sus primeros diseños confeccionó el casco del personaje Leónidas de la cinta 300, Máximo de Gladiador y Magneto de los X-Men.
Para los siguientes modelos se inspiró en los villanos y otros personajes cuyos accesorios pudieran adaptarse a la forma de la careta, hasta llegar a su modelo más solicitado, las caretas inspiradas en los personajes de Los caballeros del Zodiaco. Dichos modelos le dieron presencia en redes sociales tanto a nivel local como nacional, recibiendo numerosos pedidos desde la Península de Yucatán hasta Chihuahua, rebasando los cien pedidos en un par de semanas.
Actualmente, Doctor Blood ofrece a su clientes diversos modelos con diseños inspirados en Frida Kahlo y la Mujer Maravilla, como opciones para las mujeres; así como personajes de Dragon Ball, con cascos de Freezer y Cell, para caballero. “Y el que quiera otro tipo de diseño pues se elabora”.
El trabajo de fabricación, explica, requiere de muchos detalles, desde la elaboración de moldes, marcar y cortar las telas con exactitud, pegado, costura, aplicación de micas de plástico y acabados finales.
Las mascarillas, asegura el campechano, han superado las expectativas de los clientes “todos están contentos porque algunos pensaban que iban a recibir algo muy sencillo, pensando que están hechas de papel holograma que se pega, pero todo es costurado o bordado”.
A la fecha su página de Facebook cuenta con cerca de mil 500 seguidores, los pedidos son a nivel nacional e incluso internacional.
Aunque el negocio va iniciando, Doctor Blood planea agrandarlo y contratar personal para incrementar la producción, ya que los clientes ya realizan pedidos por volumen. Una vez que pase la pandemia, adelanta que ha ideado una segunda fase del negocio, inspirado igualmente en la serie de Los caballeros del Zodiaco y enfocado en accesorios para los repartidores de comida a domicilio.
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