Para el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), investigadores y el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil la información sobre el impacto ambiental, antecedentes y exposición de motivos del proyecto del Tren Maya es ambigua, no es clara para ellos y mucho menos para los pobladores de las comunidades mayas que serán impactadas, señalaron ayer en la Reunión Pública de Información sobre el tema, llevada a cabo en Champotón, como parte del catálogo de actividades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
El equipo encargado de la exposición de motivos del Tren Maya expuso que el trazo ya existe desde hace años, razón por la cual no debieran preocuparse las comunidades y los organismos no gubernamentales porque el impacto ambiental será menor.
Añadió que del 2010 al 2017 ha aumentado el uso de suelo acuícola y derivado de esto, las selvas han perdido extensión; que del 2013 al 2017 la vegetación espinosa ha invadido la vegetación prístina debido al aumento de las carreteras y con el aumento del calor, la contaminación tanto ambiental como sonora, también han logrado que la deforestación sea más intensa, situación que el tren mitigará.
También destacó el equipo expositor que durante su construcción los trabajadores del Tren Maya no descargarán aguas residuales hacia cuencas hidrológicas naturales, pues serán tratadas mediante un dispositivo especial.
Sin embargo, Sergio Prieto, de Ecosur, comentó que el proyecto decía que el inicio de la construcción del tramo 2 sería en octubre sin fecha exacta, pero este día durante la asamblea informativa revelaron que será en septiembre, de manera simultánea con el tramo tres, es decir, de Escárcega a Calkiní y de Calkiní a Izamal, razón por la cual teme que haya desalojos a las comunidades que aún no acuerdan con el Gobierno Federal algún cambio de ubicación.
También enumeró observaciones que más de 200 investigadores les redactaron en un documento público al Fondo Nacional para el Turismo (Fonatur), en el que hay diversas causas por las cuales no confían en los documentos presentados hacia estos organismos, pues la información ha sido muy vaga con modificaciones que no les habían informado.
Estas modificaciones consistieron principalmente, en el aumento a los puentes ecológicos que servirán como paso de los animales de 40 a 64, además de la red de iluminación que llevará el circuito y que también alimentará a las estaciones no estaba especificada y hoy asumieron que será con celdas fotovoltaicas.
Cuando el argumento fue que para ello ONU-HABITAT está trabajando en negociaciones y reuniones con este tipo de vecinos, el investigador yucateco, Abelardo Rodríguez, hizo notar que dicho organismo de la Organización de las Naciones Unidas no tiene un respaldo de trabajo y que no hay antecedentes de realizar algún tipo de investigación real sobre el proyecto.
En él, su mayor preocupación es el manto freático que básicamente es compartido por toda la península, pues más de 60 por ciento es suelo cárstico.
Sara López, del Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil, comentó que hay dos amparos sobre el proceso de consulta que precisamente realizó el organismo de las naciones unidas y en el que arriesgaron a empleados y ciudadanos durante la pandemia, aún y cuando toda actividad estaba suspendida.
Señaló también que al igual que los investigadores, la información presentada en el proyecto por parte de sus investigadores no es satisfactoria, sobre todo cuando en la reunión de este día casi no hubo presencia de ejidatarios o de representantes de la comunidad indígena.
Edición: Enrique Álvarez
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