Con la temporada del octópodo en marcha, las pulperitas volvieron a abrir sus puestos y ofertan el producto por pieza, el cual varía de entre 20 hasta 200 pesos dependiendo el tamaño; significa un aumento de 30 por ciento en comparación con el año pasado, cuando el pulpo más grande lo vendían hasta en 140 pesos la pieza. Señalan que ellas sólo son empleadas; algunas explican que es el precio que les dio el esposo, siendo pescadores.
Situadas en el malecón de la ciudad en el área cercana al muelle del Camino Real, ya son al menos 10 puestos ambulantes dedicados al comercio de pulpo cocido, manitas de cangrejo y en algunos casos hasta camarón.
En el pulpomóvil “Jazmín”, la encargada señaló que había vendido un ejemplar que alcanzó 180 pesos y que a otra vendedora le entregaron otro octópodo que tenía un valor de 200 pesos, añadiendo que sí hay pulpos grandes, pero al no haber control de lo que venden y lo que capturan los pescadores, ellas sólo siguen la orden de vender, pues de lo contrario no les pagan.
En las ollas se pueden observar ejemplares con el cumplimiento mínimo de talla –128 milímetros de tentáculo a cabeza– y pulpos de tamaño mediano que tienen un valor de entre 70 a 140 pesos; también hay ejemplares de 20 pesos que son más pequeños.
También alertaron a que más adelante habrá un aumento en los precios: “Aún no hay un precio fijado en el mercado, los pescadores están aprovechando antes que laboren las congeladoras, pues ellos son los que abusan del pescador al darle un precio muy bajo”.
Los pescadores esperan que el producto sea vendido entre 40 y 45 pesos a las congeladoras; es el precio que ya establecieron en Isla Arena y en algunos lugares de Yucatán, como Celestún.
Edición: Enrique Álvarez
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