Juan Pablo Duch
Foto: Ap
La Jornada Maya

Moscú, Rusia
Martes 11 de julio, 2017

Conforme trasciende el contenido del primer encuentro cara a cara que mantuvieron Vladimir Putin y Donald Trump –y sobre todo a la luz de las noticias que van llegando desde Washington muy adversas a los intereses del Kremlin–, aquí en Rusia comienza a prevalecer la opinión de que es prematuro concluir que en la reciente cita de Hamburgo los mandatarios de Rusia y Estados Unidos, por la supuesta química que se dice hay entre ellos, pudieron acordar un borrón y cuenta nueva en la relación bilateral.

Por lo pronto, la decisión de la Casa Blanca de apoyar las duras sanciones contra Rusia aprobadas por el Congreso, al margen de la libertad de acción en esa materia que Trump quiere negociar para sí, cayó este martes (por la diferencia horaria) en Moscú como un nuevo balde de agua helada.

Tan sólo han pasado unos días del encuentro en Hamburgo y el panorama es más sombrío que antes. No en vano, ayer lunes, el periódico MK, uno de los más influyentes de este país, tituló “No hay motivos para la euforia” su análisis de la esperada y tardía reunión de los presidentes de Rusia y Estados Unidos en la ciudad alemana.

Ante la eventualidad de protagonizar la propia muerte en una hecatombe nuclear, escribe MK, es obviamente mejor que Putin y Trump se sienten a negociar, pero lo malo es que no existe ninguna garantía de que después de pactar con el inquilino de la Casa Blanca un paso hacia adelante no se produzcan, de modo inesperado y casi inmediato, dos o tres pasos hacia atrás.

Podría parecer que MK tiene bola de cristal, pues no había llegado el diario a los suscriptores, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte arremetió de nuevo y volvió a denominar a Rusia “una amenaza para su seguridad”, exigiendo explicaciones, mediante una nota diplomática, sobre las enésimas maniobras del ejército ruso.

Apenas unas horas más tarde (de nuevo impactó la diferencia que hay entre Washington y Moscú) el Kremlin quedó perplejo al conocer el tuit en que Trump admite que habló con Putin sobre la ciberseguridad y, a la vez, afirma que ello no quiere decir que haya aceptado crear una comisión bilateral para estudiar la aplicación de medidas conjuntas en la materia, aunque el canciller ruso Lavrov lo mencionó como uno de los cuatro “grandes acuerdos” alcanzados por los presidentes.

De los otros tres, mejor ni hablar: acelerar el nombramiento de embajadores que llevan medio año esperando el visto bueno, gran entendimiento a falta de otros; el nombramiento de un representante de EU para Ucrania, sin incluirlo en el formato de las negociaciones de Minsk, pérdida de tiempo y problema adicional para Rusia al exigir en su primer misión a Kiev condiciones que Moscú se niega a cumplir; y la “zona de descalada” en el suroeste de Siria, repetición de la misma oferta, negociada en mayo, que ya ha fracasado y sólo tendrá éxito en esa zona si Irán, uno de los actores más interesados allá, acepta no ser tomado en cuenta.

Por desgracia, consideran los expertos locales, el necesario avance que ponga fin a la peligrosa confrontación de los mayores arsenales nucleares no podrá darse, mientras existan dudas acerca de la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadunidenses.

Lo inaceptable visto desde el otro lado del océano, dicen, es el hecho mismo, más allá de si tuvo alguna incidencia decisiva en la votación y de las numerosas entrevistas “comprometedoras” de miembros del entorno de Trump con emisarios rusos cercanos al Kremlin, como revela con tenacidad la prensa estadunidense.

Y la respuesta depende más de la lucha intestina por el poder en Washington, aunque Putin y Trump, según las filtraciones a la prensa rusa, hayan desperdiciado cuarenta minutos de su conversación en tratar de aclarar, por momentos a gritos uno y exigiendo pruebas de su culpabilidad el otro, si hubo o no intromisión de Rusia en las elecciones de Estados Unidos.

Tampoco ayudan las francas contradicciones de Trump: así como difunde un exultante tuit de que llegó la hora de empezar un diálogo constructivo con Moscú, no duda en pronunciar un demoledor discurso contra el Kremlin en Varsovia, queriendo cosechar aplausos aquí y allá y, en realidad, quedando mal en todos lados.

Lamentablemente, es el contexto en que se reunirán la semana próxima los vicecancilleres de Rusia y Estados Unidos para intentar, poco a poco, sacar del punto muerto la relación bilateral.

El primer obstáculo que el Kremlin quiere superar, por cuestión de principios, es la devolución de las residencias campestres que la anterior Administración de EU, como sanción, embargó a la embajada rusa en Estados Unidos. Si no lo consigue, todo indica que Rusia aplicará medidas similares y expulsará a 30 diplomáticos estadunidenses, cuya lista –según se comenta– quedó cerrada este martes.

Los resultados de esa reunión, a querer o no, serán el indicador para saber si Rusia y Estados Unidos dan otro pequeño paso adelante o, de nueva cuenta, siguen sin poder moverse del punto muerto.


Lo más reciente

Infonavit elimina cuota por administrar créditos: Conoce los detalles

La medida se aplicará a todos los nuevos trámites realizados a partir del 1 de mayo

La Jornada

Infonavit elimina cuota por administrar créditos: Conoce los detalles

España: Pedro Sánchez ''reflexiona'' si renuncia tras pesquisa contra su esposa

Begoña Gómez es investigada por los delitos de tráfico de influencia y corrupción

La Jornada

España: Pedro Sánchez ''reflexiona'' si renuncia tras pesquisa contra su esposa

Mauricio Vila promueve a Yucatán como polo de desarrollo industrial en Alemania

El gobernador se reunió con un representante de LoRa Alliance en el marco de la Feria Hannover Messe

La Jornada Maya

Mauricio Vila promueve a Yucatán como polo de desarrollo industrial en Alemania

Rommel Pacheco se compromete a atender desperfectos en las calles

Reparación de banquetas y un mejor alumbrado público fueron peticiones de los vecinos

Rodrigo Medina

Rommel Pacheco se compromete a atender desperfectos en las calles