Así fueron los últimos días de Borges, según su mejor amigo

Adolfo Bioy Casares escribió un diario dedicado al escritor argentino
Foto: Ap

En mil 663 páginas Adolfo Bioy Casares resumió parte de la relación tan cercana que tuvo con Jorge Luis Borges, un ícono de la literatura latinoamericana, que además de ser su colega era su mejor amigo.

A través de apuntes que recogió durante los años que compartió con el escritor, Bioy Casares relata en su obra llamada Borges parte de la vida del también cuentista, incluido el tiempo previo a su muerte, ocurrida el 14 de junio de 1986.

El profesor de literatura hispanoamericana de la Universidad de Michigan y traductor de las obras de Borges, Donald A. Yates, describe la relación entre Jorge Luis y Bioy como la colaboración literaria más notable dentro de las letras hispánicas.

Y es que los escritores argentinos publicaron más de una docena de libros juntos, algunos firmados con sus propios nombres y otros con seudónimos. Todas estas obras reflejan la unión de ambos autores y su fascinación por la literatura.

A 35 años de la muerte de Jorge Luis Borges, el escritor, quien falleció a los 86 años de edad, sigue siendo reconocido a nivel mundial como uno de los exponentes de la literatura fantástica.

En Borges, de Bioy Casares, existen pasajes de los últimos meses del autor de El Aleph.

“El médico le dijo que sus problemas de circulación no tenían cura, pero le recetó un paliativo, un cognac en las mañanas”, escribe en la página fechada el 5 de noviembre de 1985.

Para el 25 noviembre de 1985 recuerda que Borges esperaba los resultados de unos exámenes médicos que no prometían nada bueno.

A inicios de 1986 Bioy recuerda a Borges ordenando facturas, cambiando su testamento y destaca su matrimonio con la escritora María Kodama.

Recuerda el viaje a Ginebra, pese a que el médico no le recomendó ir.

Para el 12 de mayo de 1986 Adolfo escribe lo que para él fue la despedida de su colega y amigo.

“Cuando íbamos a desayunar sonó el teléfono. Silvia atendió. Adiviné que hablaba con María Kodama. Le preguntó cuándo volvían pero María no contestó. Pasame a Adolfo, pidió. Pasé y hablamos sobre derechos de autor para no hablar de temas patéticos. Me dijo que Borges no estaba bien, que oía mal. ‘Hablale en voz alta’. Apareció la voz de Borges y le pregunté cómo estaba. ‘Regular nomás’, respondió. Quiero verte, le dije. ‘No voy a volver nunca más’, contestó con una voz extraña y la conversación se cortó. Estaba llorando, dijo Silvia. Creo que sí. Creo que llamó para despedirse”, es parte del texto que escribió Bioy.

La página fechada el 14 de junio relata cómo Adolfo recibe la noticia de la muerte de su mejor amigo. Borges murió en Ginebra, muy lejos de él tras algunos meses distanciados.

“Seguí mi camino sintiendo que eran mis primeros pasos en un mundo sin Borges. Que a pesar de verlo tan poco últimamente, yo no había perdido la costumbre de pensar: ‘Tengo que contarle esto. Esto le va a gustar. Esto le va a parecer una estupidez…’”, relata.

Al fallecer, Borges padecía cáncer de hígado, enfisema pulmonar y estaba prácticamente ciego. Sus restos fueron sepultados en Ginebra, Suiza. 


Lo más reciente

Investigadora de la UNAM redescubre sepulcros mayas decorados con murales

La mayoría de las piezas fueron realizadas con un pigmento rojo altamente tóxico

Astrid Sánchez

Investigadora de la UNAM redescubre sepulcros mayas decorados con murales

Mérida: Beer O’Crock, una nueva forma de aprender ciencia con una cerveza en la mano

El proyecto saca el diálogo científico de sus espacios convencionales

Rodrigo Medina

Mérida: Beer O’Crock, una nueva forma de aprender ciencia con una cerveza en la  mano

Gaza: no desviar la mirada

Editorial

La Jornada

Gaza: no desviar la mirada

Los Azulejos vencen a los Yanquis, que sufren derrotas consecutivas

El mexicano Alejandro Kirk se embasó tres veces

Ap

Los Azulejos vencen a los Yanquis, que sufren derrotas consecutivas