Sandra Sánchez era la persona ideal para estar en lo más alto del podio en el Budokan, triunfal con la primera medalla olímpica de oro en karate al cuello.
La campeona española, de 39 años, había esperado toda la vida para brillar al más alto nivel en el deporte y exhibir su maestría en la disciplina ante una audiencia mundial. Y cuando llegó su oportunidad sobre el tatami en el debut del karate como deporte olímpico el jueves, no decepcionó. La pasión de Sánchez en su ejercicio de kata conquistó a los jueces del Budokan, mítico escenario de las artes marciales en Japón. Ella espera haber captado también la atención y los corazones de los millones de personas que siguieron desde sus casas el estreno competitivo de su deporte.
Edición: Ana Ordaz
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