La primera patente de uno de los inventores más reconocidos de la historia fue criticada y rechazada por las autoridades que debían reconocer la creación, sin embargo, pese al fallo, Thomas Alva Edison no cedió en sus intenciones de fabricar dispositivos para facilitar la vida de los seres humanos.
El primer instrumento que creó Edison era sencillo, pero facilitaba el recuento de votos en 1868. Era una máquina que permitía separar los votos a favor y en contra.
El comité del Congreso de Washington encargado de otorgar la patente consideró que la máquina lejos de evitar los fraudes los favorecería, pero otorgó la patente porque no existía algo igual.
“Si hay algún invento en la tierra que no queramos aquí, es eso”, dijo el presidente de la comisión y la máquina nunca fue usada.
El dispositivo registraba los votos en dos columnas que decían “Si” y “No”, pero era sumamente lento y no le interesó a los legisladores.
El mal recibimiento de este invento lejos de alejarlo de sus intenciones de crear nuevos dispositivos sólo lo llevó a decidir que únicamente fabricaría cosas de las que estaba seguro que el público querría.
Después del fracaso, Edison presentó más de mil patentes que fueron aprobadas y reconocidas, entre las que destacan la bombilla eléctrica y el gramófono.
El inventor falleció un día como hoy, el 18 de octubre, pero de hace 90 años, dejando un gran legado a nivel mundial.
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Margarita Robleda Moguel
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La Jornada
