Estado Islámico: una amenaza violenta que continúa acechando a Siria e Irak

El ataque a una prisión en Hassakeh y a puestos militares en Bagdad confirmó la fuerza del grupo
Foto: Ap

Con un espectacular asalto a una cárcel en Siria y un letal ataque contra barracones militares en Irak, el grupo extremista Estado Islámico (EI) regresó esta semana a los titulares de prensa, un recuerdo de una guerra que oficialmente terminó hace tres años pero sigue librándose, casi siempre de forma más discreta.

Los dos eventos fueron de los ataques más audaces del grupo desde que perdió su último territorio en 2019 ante una coalición internacional liderada por Estados Unidos, tras años de guerra que dejaron en ruina buena parte de Irak y Siria.

Residentes en los dos países aseguran que las llamativas operaciones de EI no hicieron más que confirmar algo que sabían y temían desde hacía meses: el colapso económico, el desgobierno y las crecientes tensiones étnicas en la empobrecida región están revirtiendo los avances contra el grupo y han permitido que amenace de nuevo partes de su antiguo autoproclamado califato.

Un hombre sirio dijo que en los últimos años, los milicianos han atacado varias veces su localidad de Shuheil, un antiguo bastión el EI en la provincia oriental siria de Deir el-Zour. Atacaban a las fuerzas de seguridad de liderazgo kurdo o del gobierno local, y después desaparecían.

“Pensábamos que todo había terminado y no regresarían. Entonces, de pronto, todo volvió a ponerse del revés”, dijo.

Los combatientes están “en todas partes” y suelen atacar rápido, casi siempre de noche, creando la sensación de que son una fuerza indetectable y omnipresente, señaló. El hombre habló bajo condición de anonimato porque temía por su seguridad.

 

Recuperando su califato

El EI perdió su último resto de territorio cerca de Baghouz en el este de Siria, en marzo de 2019. Desde entonces, pasó a la clandestinidad y libró una insurgencia de bajo nivel, con bombas camineras, asesinatos y ataques relámpago, la mayoría contra fuerzas de seguridad. Los milicianos realizaron 342 operaciones en el este de Siria el año pasado, muchas de ellas contra fuerzas de liderazgo kurdo, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, organismo con sede en Gran Bretaña.

La fuga carcelaria del 20 de enero en la región siria de Hassakeh fue su operación más compleja hasta ahora.

Los milicianos asaltaron la prisión para liberar a miles de camaradas, algunos de los cuales se amotinaron dentro al mismo tiempo. Los atacantes permitieron que algunos internos escaparan, tomaron rehenes -incluidos menores detenidos- y combatieron durante una semana contra las Fuerzas Democráticas Sirias, de liderazgo kurdo. No estaba claro cuántos presos habían conseguido escapar, y algunos permanecían atrincherados en la cárcel.

Los combates dejaron docenas de muertos y provocaron a la coalición de liderazgo estadunidense, que hizo ataques aéreos y desplegó a su personal en vehículos blindados Bradley. Miles de civiles huyeron de sus viviendas en la zona.

El suceso en Hassakeh recordó a una serie de evasiones de cárceles que impulsaron el auge del grupo hace más de ocho años, cuando se hicieron con territorios en Irak y Siria.

Horas después de que comenzara el ataque a la prisión en Siria, hombres armados del EI también irrumpieron en barracones en las montañas al norte de Bagdad, en Irak, mataron a un guarda y asesinaron a 11 soldados mientras dormían. Los ataques de los extremistas en ese último país han aumentado, avivando el temor a que el grupo también esté ganando fuerza allí.

 

Un grupo debilitado

Una fuente de inteligencia en Irak dijo que actualmente el Estado Islámico no tiene las fuentes de financiamiento de las que disfrutaba en el pasado ni la capacidad de controlar territorio. “Trabajan como una organización muy descentralizada”, aseguró el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato para compartir información de seguridad.

Las operaciones más grandes del grupo cuentan con entre siete y 10 milicianos, según el mayor general Yehia Rasool, vocero militar iraquí. El portavoz dijo que le parecía imposible que el EI tomara todo un pueblo, menos aún una ciudad en este momento. Las fuerzas iraquíes se vieron sobrepasadas y se retiraron del conflicto con los yihadistas en 2014, cundo los milicianos tomaron buena parte del norte de Irak.

En su canal en internet, Aamaq, el grupo ha compartido videos del ataque a la prisión y ha glorificado otras operaciones dentro de una nueva campaña de propaganda. El objetivo es reclutar nuevos miembros y “reactivar redes casi desconectadas en toda la región”, según un análisis de la consultora de seguridad Soufan Group.

A ambos lados de la frontera entre Siria e Irak, el EI se aprovecha de los resentimientos religiosos y étnicos y de las dificultades económicas. En Irak, la rivalidad entre el gobierno central con sede en Bagdad y la región autónoma kurda en el norte del país ha abierto grietas en las que se ha colado el grupo. El desencanto de los árabes suníes con los políticos chiíes ayuda a los extremistas a atraer hombres jóvenes a sus filas.

En Afganistán, milicianos del Estado Islámico han redoblado sus ataques contra los nuevos gobernantes del país, el Talibán, así como contra minorías étnicas y religiosas.

En el este de Siria, las tensiones son entre el gobierno de liderazgo kurdo y la población árabe. El EI se beneficia del descontento árabe con la posición de poder de los kurdos y con el desempleo, mientras la moneda siria se hunde.

Las autoridades kurdas han hecho redadas contra la población árabe bajo sospechas de simpatías con los yihadistas, especialmente tras una ola de protestas por la calidad  de vida. Al mismo tiempo, para reducir las tensiones, las autoridades kurdas liberaron a árabes detenidos e instaron a miembros de las tribus árabes a sumarse a las Fuerzas Democráticas Sirias. Pero esas medidas han aumentado los temores a infiltración o acusaciones de corrupción, lo que aumenta el número de desafíos.

Los milicianos tienen células desde Baghouz, en el este, a la zona rural de Manbij, en la provincia oriental de Alepo, según Rami Abdurahman, director del Observatorio Sirio.

Además, el este de Siria está dividido entre varias fuerzas rivales. El gobierno de liderazgo kurdo gestiona la mayoría del territorio al este del Éufrates, respaldado por cientos de soldados estadunidenses. El gobierno sirio, con sus aliados rusos e iraníes, está al oeste del río. Turquía y sus combatientes sirios aliados, que ven a los kurdos como enemigos existenciales, controlan la franja en la frontera de los dos países.

 

Falta de apoyo para el combate

Dareen Khalifa, analista destacado para Siria en el International Crisis Group, dijo que uno de los principales desafíos de las Fuerzas Democráticas Sirias a la hora de combatir a los milicianos es su dependencia de una “presencia estadunidense impredecible”

El contingente está considerado como un grupo que puede perder su posición, lo que hace que la población local sea reacia a cooperar con redadas contra el EI o a dar información sobre las células extremistas, especialmente después de que el grupo amenazara o asesinara a muchos supuestos colaboradores.

Más aún, las afirmaciones de las autoridades kurdas de que podrán gobernar y prestar servicios a la región y su variada población “han sufrido un golpe en 2021, ante el deterioro de las condiciones económicas en la zona”, dijo Khalifa.

Los residentes de la región dicen que el grupo EI no está recaudando impuestos ni reclutando gente de forma activa, lo que indica que no pretenden tomar y controlar territorio como hicieron en 2014, cuando en la práctica se convirtieron en gobernantes de una zona que incluía casi un tercio de Siria y otro tanto de Irak. En lugar de eso, aprovechan el vacío de seguridad y la falta de gobernanza y recurren a la intimidación y los secuestros.

El vecino de Shuheil, en Deir el-Zour, dijo que operan principalmente de noche, en ataques rápidos contra puestos militares o asesinatos dirigidos desde motocicletas en marcha.

“Es siempre atacar y huir”, dijo.

La zona está siempre en vilo, señaló, sujeta a la amenaza invisible de milicianos que se confunden entre la población. Hay tanto miedo que nadie habla abiertamente de ello, ni a favor ni en contra, afirmó.

“Todo el mundo tiene miedo de los asesinatos”, dijo. “Tienen prestigio, tienen una reputación. No desaparecerán nunca”.


También te puede interesar: Taekwondistas afganas entrenan en clandestinidad para esquivar veto talibán

 

Edición: Estefanía Cardeña


Lo más reciente

Dimite consejero general de TikTok en Estados Unidos; aprueban ley que permitiría prohibir la plataforma

El gobierno de EU pide a la plataforma desvincularse de la empresa china Bytedance

Europa Press

Dimite consejero general de TikTok en Estados Unidos; aprueban ley que permitiría prohibir la plataforma

Familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa exigen a AMLO reunión antes del 2 de junio

El abogado de los padres aseguró que el encuentro "no tiene nada que ver" con la contienda electoral

La Jornada

Familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa exigen a AMLO reunión antes del 2 de junio

Al menos 46 detenidos por pelea campal en antro de la Feria de San Marcos

El hecho tuvo lugar durante un concierto; presuntamente se disparó un arma de fuego

La Jornada

Al menos 46 detenidos por pelea campal en antro de la Feria de San Marcos

INE evalúa renuncia de 200 candidatas en Zacatecas

El instituto aseguró que el número de bajas "no es mayor que en procesos anteriores"

La Jornada

INE evalúa renuncia de 200 candidatas en Zacatecas