Los restos mortales de Pelé, el Rey del futbol, llegaron este martes al cementerio donde será enterrado, tras una multitudinaria procesión en la ciudad brasileña de Santos.
El camión de bomberos que transportaba el féretro negro cubierto con la bandera de Brasil llegó a las puertas del Memorial Necrópole Ecumenica, el cementerio vertical más alto del mundo, según el Record Guinness, para el entierro del ex astro.
Edson Arantes do Nascimento, Pelé, fallecido el 29 de diciembre a los 82 años, compró hace 19 años un lecho en el camposanto de esta ciudad portuaria del sureste de Brasil, en cuyo club jugó durante casi toda su carrera.
El tricampeón del mundo con la selección brasileña manifestó en 2003 que quería descansar eternamente allí, ya que el lugar "no parecía un cementerio" y le transmitía "paz espiritual y tranquilidad", recordó en los últimos días la prensa brasileña.
El Memorial Necrópole, una enorme estructura blanca envuelta por vegetación, entró en el Libro Record Guinness como el cementerio más alto del planeta gracias a sus 14 pisos.
Imaginado por el fallecido empresario argentino José Salomon Altstut, el lujoso camposanto comenzó a construirse en 1983 y fue inaugurado en 1991, convirtiéndose además en el primero vertical en el mundo en albergar mausoleos.
El edificio cuenta con un área total de 40 mil m2 cuadrados, 18 mil nichos, salas velatorias con suites para descanso, restaurante abierto 24 horas, una capilla y un museo de vehículos. Además de un aviario y un pequeño estanque con peces.
El cuerpo de Pelé permanecerá en el primer piso en un mausoleo de unos 200 m2 que recuerda un estadio de futbol, inclusive con césped sintético en el suelo, e imágenes del Rey alrededor del féretro.
Según el sitio web del lugar, los mausoleos permiten la "creación de un espacio decorado" por los clientes que "personifican" la "memoria de la familia".
En el cementerio también están enterrados su padre Dondinho, su tía, su hermano Jair Arantes, Zoca; su hija, Sandra Arantes, fallecida en 2006; y Antonio Wilson Honório, Coutinho, socio de ataque en el Santos entre 1962 y 1963.
Desde ahí, quienes lo visiten podrán observar, a menos de un kilómetro, el estadio Vila Belmiro del Santos: el templo donde siempre estará presente.
El flamante presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, protagonizó el inicio de esta última jornada, al visitar junto a la primera dama Janja el velorio en el centro del terreno del estadio donde Edson Arantes do Nascimento jugó durante casi toda su carrera.
En presencia de la viuda de Pelé, Marcia Cibele Aoki, y los hijos del astro Edinho, Flavia y Kely, Lula asistió a una misa oficiada por un sacerdote que discursó sobre religión y fútbol.
"Pelé llamó a la puerta del cielo. Y Dios dijo: '¿Quién es usted?'. 'El rey'. 'Ok, aquí también será el rey pero yo soy el señor'", dijo el sacerdote, que también explicó que Pelé ahora podrá jugar un partido con otros astros fallecidos como Johan Cruyff y Alfredo Di Stefano.
El cortejo fúnebre inició este martes en las calles de la ciudad brasileña de Santos, donde miles de seguidores acompañaban los restos del 'rey' del futbol hacia su descanso eterno.
Fueron 7 km de recorrido por la urbe ubicada cerca de Sao Paulo, donde habitan 430 mil personas, entre ellas la doña Celeste, la madre de Pelé, de 100 años y quien no es consciente de la muerte de su hijo.
Katia Cruz, una santista de 58 años, tenía previsto seguir el cortejo en moto, tras haber esperado cuatro horas para acceder de madrugada al estadio donde se celebró un velorio de 24 horas.
"Había mucha, mucha gente. Fue muy lindo. (Pelé) se lo merece". "Fue el rey", pero también "una persona muy buena, con los pies en el suelo (…) tenía una humildad que los jugadores de hoy en día no tienen", dijo esta mujer cuyo esposo se quedó en casa porque estaba "inconsolable".
Desde el lunes, más de 230 mil personas hicieron fila para despedirse del único jugador del mundo en ganar tres Mundiales, informó a la AFP el club.
El entierro puso fin oficialmente a varios días de luto en Brasil, que debe tres de sus cinco Copas del Mundo al ex goleador, que reivindicó mil 283 goles anotados en 21 años de carrera jugando en el Santos, el Cosmos de Nueva York y la 'Seleçao'.
"Fue el brasileño más grande de la Historia, existimos gracias a él. Le debo mi amor a este equipo (el Santos)", dijo conteniendo el llanto Paulo José Ribeiro, un comunicador de 21 años.
El 'torcedor' albinegro hizo una fila de dos horas el lunes junto a sus amigos para despedir a su ídolo.
"Valió la pena, nunca estuve tan cerca de él. Queda un vacío que nunca vamos a conseguir llenar", agregó.
Los brasileños que dijeron adiós el lunes al exastro, algunos llegados de otras ciudades, dieron un ambiente solemne al velorio, con pocas muestras de pasión desbordada como las evidenciadas en el de otra leyenda, el argentino Diego Maradona, en 2020 en Buenos Aires.
"Sentí emoción, era un tipo muy querido en Brasil. Hizo historia", dijo Bruna Riveira, una trabajadora de moda de 23 años al salir del recinto deportivo.
Al hogar del 'Peixe', que debe al "rey" seis de sus ocho ligas, dos de sus tres Libertadores y sus dos Intercontinentales, también llegaron familiares, exfutbolistas y autoridades del balompié como los presidentes de la FIFA, Gianni Infantino; de la Conmebol, Alejandro Domínguez; y de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ednaldo Rodrigues.
Infantino aseguró que la FIFA pedirá a "todas las federaciones en el mundo entero, los 211 países, que nombren un estadio en cada país con el nombre de Pelé, porque los jóvenes tienen que saber y recordar quién era".
La propuesta se suma a otros posibles homenajes a Pelé, como jubilar la camisa '10' del Santos que el legendario exatleta inmortalizó, o remplazar tres de las cinco estrellas del escudo de la 'Seleçao' por tres corazones, en honor a Três Corações, el pueblo donde nació en el estado de Minas Gerais (sureste).
Edición: Mirna Abreu
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