Buzos de la Capitanía de Puertos de Perú encontraron este lunes el cuerpo del sexto militar ahogado en el río Ilave, en el sur del país, un día después de que una patrulla del Ejército intentara cruzar sus aguas para huir de un grupo de manifestantes antigubernamentales que los rodeó para expulsarlos de su localidad.
El cadáver del último cabo dado como desaparecido, identificado como Carlos Quispe, de 22 años, fue hallado por los buzos este lunes en una zona profunda del río Ilave y aun en posesión de su fusil y equipamiento.
"Con la ubicación de los restos del cabo del Ejército Carlos Quispe Montalico concluyeron las labores de búsqueda y rescate iniciadas tras los lamentables hechos ocurridos en el río Ilave", informó el Ministerio de Defensa en su cuenta de Twitter.
El Ministerio de Defensa indicó que colocó a media asta su bandera en señal de “duelo y respeto” por los fallecidos. El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas indicó antes que los soldados, que estaban acantonados en la ciudad de Ilave, intentaban llegar hasta Juli, una ciudad cercana donde el sábado las manifestaciones dejaron siete civiles y 20 oficiales heridos junto a una comisaría y un tribunal incendiados.
El ministerio condenó “la actitud hostil... por parte de violentistas que les impidieron el paso”, lo que llevó a la patrulla militar a buscar otro camino que incluyó cruzar el río Ilave por otra zona. Ilave y Juli son ciudades de la región Puno, donde las manifestaciones antigubernamentales son las más contundentes del país. En esa región 18 civiles murieron el 9 de enero durante una respuesta policial a una manifestación cerca del aeropuerto.
También el sábado otro grupo atacó la base militar de Juli, establecida temporalmente en un hotel, lo que provocó lesiones a diez efectivos del Ejército, que presentan contusiones y cortes en cabeza y brazos.
"La violencia contra instalaciones estatales, así como contra el personal policial y el servicio militar que se encuentra al interior de las mismas, no tiene justificación alguna", razón por lo cual se han iniciado las investigaciones para identificar a los responsables y entablar las acciones legales correspondientes, agregó el Ejecutivo.
Manifestantes asisten a elementos con hipotermia
El Ministerio de Salud informó que otros cinco soldados fueron atendidos por hipotermia. Videos difundidos por las televisoras locales mostraron a grupos de manifestantes cargando, vistiendo y dando alimentos a los soldados rescatados del río que tiritaban de frío. La mayoría de los soldados son hijos de campesinos de la zona. Muchos de los padres de los soldados forman parte de las manifestaciones.
El campesino Samuel Canazas, padre del soldado fallecido Franz Canazas, dijo al diario La República que “la culpa la tenía la presidenta usurpadora Dina Boluarte”. Vestido con un sombrero de paño color negro y una gruesa casaca del mismo color, el hombre quiso llevar el cadáver de su hijo a su comunidad campesina llamada Olla para sepultarlo. Indicó que no pudo porque le indicaron que el cuerpo tenía que ser sometido a una autopsia.
Tres meses de protestas
Las manifestaciones en Perú empezaron el 7 de diciembre cuando Boluarte asumió el poder luego de que su antecesor Pedro Castillo, de quien era vicepresidente, fue destituido por el Parlamento tras intentar disolver el Congreso. Las protestas se ampliaron a Lima en enero con pobladores que llegaron desde los Andes, sobre todo del sur, pero las manifestaciones disminuyeron a mediados de febrero.
Boluarte asegura que no renunciará hasta que sea elegido su sucesor, pero el Congreso ha archivado cuatro proyectos de adelanto de elecciones, incluido una del gobierno. Las dos últimas propuestas fijaban en octubre y diciembre el llamado a las urnas, pero fueron desechadas.
Las protestas han dejado hasta ahora un total de 64 fallecidos, en su mayoría manifestantes, según la Defensoría del Pueblo. De ese total 48 son civiles víctimas de choques directos con las fuerzas de seguridad.
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