Los sindicatos franceses convocaron nuevas protestas en todo el país la próxima semana, que coincidirán con la visita prevista del rey Carlos III a Francia.
El anuncio sigue a una participación récord en la manifestación del jueves en París contra el impopular proyecto de ley del presidente Emmanuel Macron para aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Las autoridades francesas dicen que 119 mil personas marcharon por la capital, que según el Ministerio del Interior fue la más grande hasta ahora en París.
Más de un millón de personas se unieron a las marchas de protesta en todo el país el jueves, dijo el ministerio.
Las huelgas alteraron los viajes cuando los manifestantes bloquearon las estaciones de tren, el aeropuerto Charles de Gaulle en París, las refinerías y los puertos. Se organizaron más de 250 protestas en todo el país y los líderes sindicales elogiaron la movilización “significativa”.
En París, las batallas callejeras entre la policía y grupos encapuchados vestidos de negro que atacaron al menos dos restaurantes de comida rápida, un supermercado y un banco reflejaron la intensificación de la violencia y desviaron la atención de las decenas de miles de manifestantes pacíficos.
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La policía, acribillada con objetos y fuegos artificiales, cargó varias veces y usó gases lacrimógenos para dispersar a los alborotadores. Una neblina de gases lacrimógenos cubrió parte de la Place de l'Opera, donde los manifestantes convergieron al final de la marcha. La policía estimó los “elementos radicales” en unas mil personas.
En medio del caos, se vio a un policía caer al suelo con su escudo. Los colegas lo arrastraron a un lugar seguro. La policía dijo que estaba siendo tratado, pero no dio más detalles ni dijo si había otras lesiones.
La violencia también empañaba otras marchas, especialmente en las ciudades occidentales de Nantes, Rennes y Lorient —donde se atacó un edificio administrativo y se incendió el patio de la comisaría y se rompieron las ventanas— y en Lyon, en el sureste.
Las protestas nacionales del jueves fueron las novenas organizadas por ocho sindicatos desde enero, cuando los opositores aún esperaban que el parlamento rechazara la medida de Macron de aumentar la edad de jubilación en dos años, a 64. Pero el gobierno la obligó a usar una medida constitucional especial.
En una entrevista Macron se negó a ceder en su posición de que se necesita una nueva ley para mantener las arcas de jubilación financiadas. Los opositores propusieron otras soluciones, incluidos impuestos más altos para los ricos o las empresas, que según Macron dañarían la economía.
El Consejo Constitucional debe ahora aprobar la medida. Pero los oponentes se niegan a rendirse.
“Estamos tratando de decir antes de que se promulgue la ley... que tenemos que encontrar una salida y seguimos diciendo que la salida es el retiro de la ley”, dijo el jefe del sindicato moderado CFDT, Laurent Berger. , dijo a la Prensa Asociada.
Los trenes regionales y de alta velocidad, el metro de París y los sistemas de transporte público en otras ciudades importantes se vieron interrumpidos. Alrededor del 30 por ciento de los vuelos en el aeropuerto de París Orly fueron cancelados.
La Torre Eiffel y el Palacio de Versalles fueron cerrados el jueves debido a las huelgas.
Edición: Ana Ordaz
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