¿Las plantas hablan? Estudio revela que emiten sonidos

Los científicos sabían que las plantas se comunican entre sí cuando están bajo estrés, pero lo que no se sabía antes es que lo hacen con sonidos, según comunicó esta semana una investigación de la Universidad de Tel Aviv (TAU) en Israel.

"Resolvimos una controversia científica muy antigua ¡Finalmente probamos que las plantas emiten sonidos!", declaró la profesora Lilach Hadany, de la Facultad de Ciencias Vegetales y Seguridad Alimentaria de la TAU, codirectora junto con el profesor Yosi Yovel del estudio que se publicó en la revista Cell (célula, en inglés).

"Nuestros hallazgos sugieren que el mundo que nos rodea está lleno de sonidos que provienen de las plantas y que estos sonidos contienen información, por ejemplo, sobre escasez de agua o lesiones", agregó.

Se sabe que las plantas pueden cambiar de aspecto, por ejemplo, marchitándose o cambiando el color de sus hojas, pueden segregar un sabor más amargo para disuadir a los herbívoros o aumentar la concentración de azúcar en su néctar para atraer a polinizadores e incluso emitir olores para comunicarse con miembros de su familia para advertirles de que están siendo atacados por insectos. Pero esta es la primera vez que se registran y clasifican sonidos de plantas sometidas a estrés.

Ruidosos campos

Los investigadores revelaron que el sonido de las plantas es como un cliqueteo, y el volumen es similar al del habla humana, pero a frecuencias altas (de 20 a 150 kHz) que van más allá del rango auditivo de los humanos.

"Suponemos que en la naturaleza, los sonidos emitidos por las plantas son detectados por criaturas cercanas, como murciélagos, roedores, varios insectos y posiblemente también otras plantas que pueden escuchar las altas frecuencias y obtener información relevante", explicó Hadany.

Los autores del estudio apuntan a que los humanos también pueden utilizar esta información de las plantas con las herramientas adecuadas, como sensores que les traduzcan a los productores cuándo las plantas necesitan riego, por ejemplo.

Tanto hablan entre sí que Hadany señala que "un idílico campo de flores puede ser un lugar bastante ruidoso. Es solo que nosotros no podemos escuchar esos sonidos".

Diferentes idiomas también

El equipo de investigación registró sonidos ultrasónicos emitidos por plantas de tomate y tabaco que habían sido privadas de agua o sufrieron un corte en el tallo.

"Las plantas sin estrés emitieron menos de un sonido por hora, en promedio, mientras que las plantas estresadas, tanto las deshidratadas como las lesionadas, emitieron docenas de sonidos cada hora", comunicó Hadany.

Las plantas de tomate, por ejemplo, hacían muy poco ruido cuando se regaban, pero en los siguientes cuatro o cinco días, la cantidad de sonidos aumentó a medida que las plantas se secaban.

Para probar aún más sus hallazgos, el equipo grabó también a otras especies que también emitían sonidos, como el trigo, el maíz, las uvas Cabernet Sauvignon y otras. Así, concluyeron que las plantas no solo ‘hablan’ sino que tienen diferentes ‘idiomas’.

Y si el mundo vegetal es así de ruidoso, significa que el mundo animal lo escucha y reacciona a los ruidos, ya que los sonidos de rango ultrasónico de 20 a 100 kHz pueden ser detectados desde una distancia de tres a cinco metros (10 a 16 pies), lo que indica que muchos mamíferos e insectos, como ratones y polillas, con su gran sensibilidad auditiva, están atentos al lenguaje de las plantas.

Los científicos de TAU apuntaron que este hallazgo podría tener potencial para la agricultura de precisión, encaminada a paliar los efectos del cambio climático, que causa mayores sequías amenazando a los ecosistemas.

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Edición: Estefanía Cardeña