A casi 200 años del hallazgo de 17 ataúdes miniatura en Edimburgo, Escocia, nadie ha podido develar el misterio que los envuelve y, por el contrario, han surgido fascinantes teorías que pretenden explicar su origen, todas ellas sin poder ser comprobadas.
También conocidos como ataúdes para hadas, estas piezas yacían en una pequeña cueva en las laderas de Arthur's Seat, un grupo de colinas en Edimburgo. Fue en 1836 cuando un grupo de niños encontró los objetos, de los cuales sólo quedan ocho.
Un hechizo satánico, resguardo para seres fantásticos u homenaje para los fallecidos son algunas de las teorías del origen de estas piezas que actualmente resguarda el Museo Nacional de Escocia.
Destaca que cada uno de los ataúdes mide 95 milímetros de largo y en el interior de cada uno se encontró una pequeña figura de madera tallada con ropa de hombre hecha a la medida.
Tras el hallazgo, diversos medios comenzaron con especulaciones, como que se trataban de artículos usados para hechizos satánicos, aunque también hubo quién publicó que las piezas representaban a amigos que murieron en una tierra lejana.
Aunque también hubo versiones más positivas como aquella que dice que los ataúdes pequeños con muñecos en el interior son un talismán y probablemente fueron escondidos ahí por un comerciante que se los vendería a los marineros.
Ya con tecnología más avanzada y análisis detallados, en 1990 se encontró que todas las piezas fueron hechas por la misma mano, con las mismas herramientas y que no datan de más del año de 1830.
Ahora, en el año 2023, el museo que los resguarda todavía es incapaz de descifrar el misterio, pero exhibe exitosamente la pieza a los curiosos que siguen generando todo tipo de teorías.
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