Quedando sólo detrás de la Gran Barrera de Coral de Australia, el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), también conocido como Arrecife Maya, es el segundo ecosistema de este tipo más grande del mundo al extenderse a lo largo de más de mil kilómetros por las costas de México, Belice, Guatemala y Honduras.
En sus aguas es posible apreciar no sólo los más impresionantes arrecifes de coral sino también más de 500 especies de peces, poblaciones de tortugas marinas y manatíes, grupos de tiburones y ballenas así como otros ecosistemas acuáticos, como manglares y pastos marinos.
El Arrecife Maya, llamado así por la zona donde se ubica, es el escenario de una belleza indescriptible que además, representa uno de los ecosistemas más relevantes para el ser humano al prestar servicios ecosistémicos, como la explotación de recursos marinos que dan sustento a millones de familias y la protección de las costas ante los fenómenos meteorológicos.
Estamos hablando de una zona de abundancia, donde también es posible pescar mero, caracol, langosta y pargo, entre otras especies.
Sin embargo, a pesar de esta abundancia también existen especies en peligro de extinción que se han visto amenazadas a causa de las actividades humanas, principalmente el turismo que acude a estas aguas a apreciar su belleza y diversidad.
Cada 1 de junio se conmemora el Día Mundial de los Arrecifes para recordar la importancia de cuidar y no sobreexplotar estos espacios.
En México, el Arrecife Maya está presente en el estado de Quintana Roo a partir de Cabo Cantoche, al norte de la entidad.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la porción del SAM ubicada en México tiene una salud clasificada como regular.
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