“México tiene el mismo problema de imagen que Pakistán: la gente en el resto del mundo se imagina al país tomando como base los estereotipos que los medios y las películas promueven; así como todos creen que aquí la gente anda en burros con sombreros, muchos se imaginan a Pakistán como un país desértico y lleno de terroristas”, asegura el diplomático sudasiático, Saeed Rahman.
En entrevista con La Jornada Maya, el consejero en la embajada de la República Islámica de Pakistán en México revela que dicho problema de imagen no sólo se da al exterior, sino que se replica al interior de ambas naciones, pues “la gente de aquí y allá” tampoco se conoce muy bien, y usan los mismos estereotipos para describirse mutuamente, dejando pasar importantes oportunidades de cooperación.
El diplomático añade que “algo muy interesante es que cuando hablo con los mexicanos sobre Pakistán, aparecen esos mismos imaginarios. Poco se sabe aquí (en México) de la calidez de las familias pakistaníes o de la riqueza y diversidad cultural y económica de mi patria”.
Problema mediático
Rahman asegura que lo anterior se debe en gran medida a la influencia que tienen las agendas políticas de potencias globales sobre los portales de información y entretenimiento, así como el fácil acceso a fuentes noticiosas que están ligadas a las anteriores.
De acuerdo con el consejero, es muy útil para los periodistas y público en general, especialmente aquellos que buscan conocer la realidad objetiva de un Estado complejo como Pakistán o México, entender cómo se construye la percepción internacional específica de un país, y agrega que “muchos estereotipos existen y persisten simplemente porque las personas a cargo de los medios no se toman la molestia de investigar cómo es la vida ahí, cuáles son sus problemas y realidades”.
Para el politólogo, los periodistas tienen un rol crucial en el combate a la desinformación y los estereotipos, porque ellos son los que tienen acceso a la información de primera mano, o pueden conseguirla a través de fuentes directas y “presentar historias que incluyan más puntos de vistas, sean más matizadas y presenten la información de manera más objetiva”.
Rahman añade que es necesario promover este periodismo sin sesgos y más contextual; que investigue las particularidades de cada historia, y que no caigan en los “estereotipos que promueven las películas de Hollywood” a través de generalizaciones o comparaciones con contextos socio-culturales completamente diferentes.
El diplomático usa como ejemplo a los accidentes: “Ocurren en todas partes. Cada día tenemos reportes de catástrofes humanitarias en México y Pakistán, pero esto no significa que haya una relación directa entre estos y el gobierno en turno, o que sea una situación normal. Es importante siempre dar a conocer los contextos en los que ocurren los hechos, para eliminar con ello algunas de las falsas concepciones que existen en torno a la realidad interna de ciertos países calificados como difíciles”.
Asimismo, añade Rahman, noticias sobre el excelente manejo pakistaní de la crisis sanitaria por el Covid-19 o la gran seguridad que tienen ciudades como Islamabad nunca llegaron a los encabezados internacionales, como sí lo han hecho noticias sobre accidentes en poblaciones aisladas o ataques de grupos extremistas.
Oportunidades perdidas
“Hace algunos meses, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador solicitó doctores y otros especialistas médicos para enfrentar las carencias nacionales en el sector. Pakistán es uno de los países que produce al mayor número y a los mejores galenos en el mundo, así que la actual administración bien pudo beneficiarse de ese excedente si hubiera mirado más allá de sus socios habituales”, apunta el representante de Pakistán, al subrayar que el efecto más directo en México de este desconocimiento es el importante número de oportunidades para la cooperación binacional que se pierden año con año.
Rahman señala que así como el médico, los sectores económico, agrícola, científico y educativo nacionales podrían explotar una mayor cercanía entre México e Islamabad, a través del aprovechamiento de los avances tecnológicos y productos pakistaníes.
“Si nos unieramos ahora, como ha sucedido en el pasado a través de proyectos conjuntos como la iniciativa agrícola Mexipak -que mejoró el rendimiento de la producción de trigo en Pakistán durante los años 60 del siglo pasado- ambos países podríamos hacer frente, de mejor manera, a muchos de los problemas similares que enfrentamos”, afirma.
El diplomático añade que, además, el mercado pakistaní representa una veta poco explorada para los empresarios, pues la presencia de productos mexicanos en el mercado sudasiático es baja y el sector está actualmente buscando nuevas opciones de expansión que diversifiquen el consumo regional.
Un espacio para el diálogo
Saeed Rahman finaliza la entrevista haciendo un llamado para que los periodistas, y cualquier persona interesada en conocer más de Pakistán y la región, se acerquen a la embajada para aclarar sus dudas sobre el país.
“El actual embajador, Shozab Abbas, nos ha instruido a todos los que trabajamos en la embajada, para que mantengamos una comunicación franca y directa con cualquier individuo u organización que estén interesados en saber más de nosotros, no sólo en materia política o económica, sino en cualquier área de interés”.
“Los mexicanos necesitan descubrir que los pakistaníes no somos tan diferentes a ustedes. Nosotros también comemos arroz con leche y picadillo, por ejemplo. Tenemos muchas cosas en común, y sólo a través del diálogo podremos conocernos, y encontrar nuevas formas de cooperar entre nosotros”, finaliza.
Edición: Mirna Abreu
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