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20/06/2025 | Massachusetts, Estados Unidos
Una jueza federal bloqueó el viernes el intento del gobierno del presidente estadunidense, Donald Trump, de impedir que la Universidad de Harvard reciba a estudiantes extranjeros, dando a la universidad de la Ivy League otra victoria mientras impugna múltiples sanciones gubernamentales en medio de una batalla con la Casa Blanca.
La orden de la jueza federal de distrito, Allison Burroughs, en Boston preserva la capacidad de Harvard para recibir a estudiantes extranjeros mientras se decide el caso.
Harvard demandó al Departamento de Seguridad Nacional en mayo luego que la agencia retirara la certificación de la escuela para recibir a estudiantes extranjeros y emitir la documentación para sus visas. La medida habría obligado a los aproximadamente 7 mil estudiantes extranjeros de Harvard —alrededor de una cuarta parte de su matrícula total— a transferirse o arriesgarse a estar en Estados Unidos sin autoridad legal.
A los nuevos estudiantes extranjeros se les habría prohibido matricularse en Harvard.
La universidad lo calificó como una represalia ilegal por rechazar las demandas de la Casa Blanca de reformar las políticas de Harvard en torno a las protestas en el campus, admisiones, contrataciones y otros asuntos. Burroughs detuvo temporalmente la medida horas después que Harvard presentara la demanda.
Menos de dos semanas después, a principios de junio, Trump se movilizó para impedir el ingreso a Estados Unidos a todo estudiante extranjero que pretendiera asistir a Harvard, citando una justificación legal diferente. Harvard desafió la medida y Burroughs también bloqueó temporalmente ese intento.
Los altibajos de la disputa jurídica han inquietado a los estudiantes actuales y han dejado a otros en todo el mundo esperando saber si podrán asistir a la universidad más antigua y rica de Estados Unidos.
Los esfuerzos del gobierno federal para impedir que Harvard inscriba a estudiantes internacionales han creado un ambiente de “profundo miedo, preocupación y confusión”, dijo la universidad en un documento judicial.
Incontables estudiantes internacionales han preguntado sobre la posibilidad de transferirse de la universidad, señaló Maureen Martin, directora de servicios de inmigración de Harvard.
Trump ha estado en guerra con Harvard durante meses luego que la universidad rechazara una serie de demandas gubernamentales destinadas a abordar las quejas conservadoras de que la escuela se ha vuelto demasiado liberal y ha tolerado el acoso antisemita. Funcionarios de Trump han recortado más de 2 mil 600 millones de dólares en subvenciones de investigación, terminado contratos federales y amenazado con revocar su estatus de exención de impuestos.
En abril, la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kristi Noem, exigió que Harvard entregara una gran cantidad de registros relacionados con cualquier actividad peligrosa o ilegal por parte de estudiantes extranjeros. Harvard asegura que cumplió con la orden, pero Noem dijo que la respuesta fue insuficiente y el 22 de mayo revocó la certificación de Harvard en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio.
La sanción inmediatamente puso a Harvard en desventaja, al tiempo que competía por los mejores estudiantes del mundo, subrayó la escuela en su demanda, y dañó la reputación de Harvard como un centro de investigación global. “Sin sus estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”, decía la demanda.
La medida habría trastornado algunas facultades de posgrado que reclutan fuertemente del extranjero. Algunas escuelas en el extranjero ofrecieron rápidamente invitaciones a los estudiantes de Harvard, incluyendo dos universidades en Hong Kong.
El presidente de Harvard, Alan Garber, dijo anteriormente que la universidad ha realizado cambios para combatir el antisemitismo. Pero Harvard, dijo, no se desviará de sus “principios fundamentales, legalmente protegidos”, incluso después de recibir ultimátums federales.
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Edición: Estefanía Cardeña