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01/11/2025 | Rabat, Marruecos
La versión marroquí de Google Maps suprimió ayer los puntos que separaban al Sáhara Occidental del país, un día después de que la Organización de Naciones Unidas (ONU) validó el plan de autonomía marroquí para este territorio en disputa, desde hace medio siglo, con los independentistas del Frente Polisario, apoyados por Argelia.
El viernes por la noche, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó, por iniciativa de Estados Unidos, el plan marroquí de autonomía del Sáhara Occidental, que describió como la solución “más viable” para esta región en pugna, en un giro diplomático que Rabat calificó de “histórico”.
La decisión prevé la autonomía bajo soberanía marroquí para este vasto territorio desértico, rico en fosfatos y aguas pesqueras.
La antigua colonia española del Sáhara Occidental fue ocupada por Marruecos en 1975 pese a la resistencia del Frente Polisario, con quien se mantuvo en guerra hasta la firma de un alto el fuego en 1991, con vistas a la celebración de un referéndum de autodeterminación que no se realizó porque las partes no pudieron subsanar diferencias sobre la convocatoria.
Hasta la decisión del viernes, el Consejo de Seguridad había instado a las partes a reanudar las negociaciones, interrumpidas desde 2019, para alcanzar una “solución política viable, duradera y mutuamente aceptable” sobre este territorio considerado como “no autónomo” por la ONU.
El rey de Marruecos, Mohamed VI, instó a los refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) a aprovechar “esta oportunidad histórica para reunirse con sus familias y beneficiarse” del plan marroquí, “que les permite contribuir” al “desarrollo de su patria y a la construcción de su futuro en un Marruecos unido”.
El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, advirtió que no participarán en ninguna negociación que no respete el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y aseguró que “los enfoques unilaterales solo conducirán a agravar el conflicto y a poner en peligro la región”.
La causa que defiende el Frente Polisario tuvo el respaldo de Argelia, Rusia, China, Pakistán y Sudáfrica.
Argel denunció que el texto aprobado no refleja la doctrina de la ONU sobre la descolonización y en cambio “crea un desequilibrio entre las dos partes en conflicto”. Pekín dijo que “apoya una solución justa, duradera y aceptable para ambas partes”. Moscú alegó que “no podía apoyar un texto tan desequilibrado”. Pretoria manifestó su “decepción” y reafirmó “que la autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental es primordial. Apoyaremos cualquier decisión final que tomen los saharauis sobre este asunto”.
Edición: Fernando Sierra