El papa Francisco aceptó la renuncia del controvertido arzobispo polaco de Gdansk, Slawoj Leszek Glódz, de 75 años, anunció este jueves la Santa Sede en un comunicado.
El pontífice designó por ahora a un administrador apostólico provisional para dirigir el arzobispado, sacudido por una serie de escándalos.
El obispo Glódz, conocido por su elevado estilo de vida y su amor por el lujo, fue acusado el año pasado públicamente por varios sacerdotes de su país de estar involucrado en casos de acoso psicológico y de encubrimiento de pedofilia. El arzobispo ha rechazado tales acusaciones.
En junio un grupo de católicos de Polonia le pidió al papa Francisco que interviniera ante los casos de obispos que siguen encubriendo a sacerdotes que abusan sexualmente de menores.
El grupo "EnoughHarm" publicó el pedido en una página completa del diario italiano La Repubblica en el que exhortaba a Francisco a "reparar nuestra Iglesia" y a sanar las heridas de las víctimas de abuso.
Polonia, país sumamente católico, ha registrado en los últimos tiempos una serie de denuncias de abusos sexuales cometidos por sacerdotes que se extienden a sus superiores por haberlos encubierto.
El escándalo ha golpeado sobre todo a la jerarquía de ese país, que ha gozado por años de la autoridad y la influencia gracias en buena parte al legado del papa polaco, hoy en día San Juan Pablo II.
Dos documentales recientemente divulgados han arrojado luz sobre los casos de abuso y acusan a los obispos de ignorar a las víctimas, de desacreditar sus denuncias y de trasladar a los abusadores para proteger la reputación de la iglesia.
Edición: Emilio Gómez
El mandatario buscaba instalar bases militares extranjeras en el pais y cambiar la Constitución actual
La Jornada
José Antonio Cruz Medina asume el cargo en medio de una crisis de inseguridad en el estado
La Jornada
De pie, con el Teatro Armando Manzanero a tope, el público ovacionó al pianista a Rafael Gutiérrez-Vélez e hizo suya la orquesta
Jesús Mejía
La iniciativa busca fortalecer las poblaciones silvestestres y restituir individuos a ecosistemas saludables
La Jornada