Fotos: Administración Nacional de los Océanos y Atmósfera (NOAA)
La Jornada Maya

SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — Científicos estadounidenses completaron el martes una misión de exploración de casi dos semanas en las aguas que rodean las Islas Vírgenes como parte de un proyecto de 12 años para elaborar un mapa del lecho marino del Caribe y ayudar a la protección de sus arrecifes.

Un equipo de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera estudió un área de 700 kilómetros cuadrados (270 millas cuadradas) valiéndose de planeadores subacuáticos y un vehículo operado a control remoto para cartografiar el lecho marino y localizar áreas donde los peces desovan.



Científicos y miembros de la tripulación se preparan para lanzar el planeador subacuático.

El trabajo se concentró en la costa del sur de la isla de St. Croix y la costa noroeste de St. Thomas.

"Se trata de una zona relativamente inexplorada pero se cree que se trata un ecosistema de gran riqueza", dijo por teléfono Tim Battista, el investigador que encabeza las labores. "Pudimos cartografíar áreas grandes, lo que no podríamos haber hecho sólo con buzos".

La información se usará en los esfuerzos por conservar los arrecifes coralinos, así como para actualizar las cartas de navegación y ayudar a funcionarios del gobierno a manejar y proteger de mejor manera las poblaciones de peces.

La población de arrecifes del Caribe se ha reducido en más de 50 por ciento desde la década de 1970, y los expertos culpan de ello al cambio climático, pero también al descenso en los cardúmenes de peces loro y erizos de mar.



Un grupo de anfípodos se alimentan de los restos del esqueleto de un erizo de mar en las Islas Vírgenes
Parte de la misión se enfocó en estudiar el hábitat y la cantidad de huachinangos de aguas profundas que se han vuelto muy populares para los pescadores de la zona, dijo el científico Chris Taylor. Actualmente los investigadores saben muy poco del estado y el hábitat del huachinango de seda, que tiene ojos dorados y un color casi iridiscente.
Cerca de dos terceras partes del estudio se practicaron en aguas profundas, de hasta 2.300 metros (7.500 pies) bajo la superficie.

Entre los descubrimientos más importantes estuvo un deslizamiento de tierra de unos 16 kilómetros cuadrados (6 millas cuadradas), así como cientos de estructuras cilíndricas que están colocadas una al lado de otra y en cuya parte superior había coral blando y duro, indicó Battista.

"Fue algo único en realidad", dijo. "Nunca antes había visto eso".

Los investigadores también hallaron una colección de anémonas de mar de colores morado, verde, blanco y negro; pepinos de mar grises con espinas cortas de color verde y estrellas de mar con franjas rojas.



Pepino de mar en la costa de St. Croix


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