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La Jornada Maya

Washington
Jueves 17 de noviembre, 2016

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, presiona a Álvaro Uribe para que acepte el nuevo acuerdo de paz negociado con las FARC.

El ex mandatario aparece como el último escollo a salvar para la implementación del tratado que debe poner oficialmente fin al conflicto más largo de América Latina.

Su viaje a Estados Unidos para realizarse una prueba que descarte una posible reaparición del cáncer que sufrió hace cuatro años lo ha utilizado Santos para apremiar al ex presidente y ahora senador a apoyar el nuevo texto renegociado con la guerrilla después de que el primero fuera rechazado en referéndum el 2 de octubre.

Uribe, líder del Centro Democrático, fue el mayor defensor del no en la consulta popular. Tras el anuncio del nuevo acuerdo, pidió un plazo "prudente" para examinarlo y aún no se ha pronunciado.

"Todavía no hemos encontrado una respuesta del Centro Democrático, aunque los demás partidos, todos los partidos que están en el Congreso, ya se manifestaron en una reunión conmigo a favor del nuevo acuerdo", dijo hoy Santos en Washington, tras explicar el nuevo texto a congresistas y senadores estadounidenses en el Capitolio.

"Espero que otros sectores del 'no' vengan y se unan para empezar a implementar este acuerdo lo más pronto posible", había dicho ya el miércoles por la noche. "No podemos continuar viviendo en la guerra".

Santos mantiene abiertas públicamente tres vías para llegar a la implementación del acuerdo: un nuevo referéndum, la aprobación por cabildos abiertos -concejos municipales con participación ciudadana- y la aprobación directa del Congreso sin refrendo popular.

Su coalición de Gobierno tiene mayoría en la cámara, por lo que esta vía parece la más probable, sobre todo si Uribe lo rechaza. El mandatario ha expresado apremio en todas sus intervenciones públicas en la capital estadunidense, a la que llegó el mismo día en el que dos miembros de las FARC murieron en una operación del Ejército contra el ELN en un episodio que no llega a estar claro y muestra la fragilidad de una tregua extendida hasta final de año.

"Estoy determinado a mantener esta paz, a pasar este acuerdo por el Congreso y a hacer que este acuerdo sea implementado lo antes posible", dijo Santos cuando miércoles por la noche recogió en un hotel de la ciudad el premio al Liderazgo en la región que le otorgó el centro de análisis Diálogo Interamericano. Allí pronunció también una frase abierta a interpretaciones sobre el referéndum que perdió en octubre: "Pensé que era lo correcto y aprendí la lección".

El mandatario ha reiterado en Washington que el nuevo texto negociado con la guerrilla tiene el respaldo de sectores que no apoyaron el primero. Entre ellos está la Iglesia, que se mantuvo "neutral" con el acuerdo anterior. También cita a militares retirados y a empresarios.

En su primer viaje a Estados Unidos tras el golpe que supuso el no en el referéndum, Santos ha explicado que el nuevo acuerdo es mejor y más amplio que el anterior. "Incorpora mucho de lo que la gente nos ha dicho", manifestó. De hecho, incorpora 56 de los 57 temas propuestos por los sectores que promovieron el rechazo. La única propuesta que no fue aceptada fue la imposibilidad de que los jefes guerrilleros pudiesen aspirar a cargos públicos de elección popular. Entre las modificaciones sí está la presentación por parte de las FARC de un inventario de bienes y activos para reparar a las víctimas.

[b]Santos pierde a Obama, su aliado más estrecho[/b]

La visita de Santos a Estados Unidos se ha producido tras el terremoto político internacional que ha ocasionado la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales. En los seis años de negociación con las FARC, el mandatario ha tenido en Barack Obama a su aliado internacional más estrecho y ahora lo pierde.

El presidente norteamericano, además, lanzó la estrategia Paz Colombia para apoyar al país en el postconflicto. El Congreso estadounidense aún debe aprobar la liberación de los más de 400 millones de dólares prometidos por Obama. La reunión de Santos con congresistas antes de partir hacia Baltimore para realizarse la prueba que confía que descarte un nuevo cáncer era por eso importante para él. "Cuanto más pronto aprueben esos recursos, más nos van a ayudar a implementar los acuerdos", dijo a republicanos y demócratas.

Una de las cosas que interesan especialmente a Estados Unidos de Colombia es la lucha contra el narcotráfico y Santos les dijo que la implementación del acuerdo de paz con las FARC servirá para ello. "Tenemos por primera vez una oportunidad para encontrar una solución al problema de los cultivos ilícitos", aseguró. "Ya no vamos a tener a las FARC atacando a las instituciones, sino colaborando para que esa sustitución se pueda dar".


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