Texto y Foto: Notimex
La Jornada Maya

Bogotá
Lunes 15 de agosto, 2016

El Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo rebelde de Colombia, enfrenta el dilema de negociar con el gobierno o someterse a una confrontación militar de fondo, tras la firma del Acuerdo Final con las FARC, coinciden expertos.

El gobierno del presidente Juan Manuel Santos, sectores políticos, académicos y hasta el comandante del ejército de Colombia, general Alberto José Mejía, han expresado sus respectivas posturas a favor de la negociación para evitar mayores confrontaciones.

Desde su fundación como grupo insurgente en julio de 1964, el ELN -que en algún momento llegó a sumar unos cinco mil hombres en armas- mantiene en la actualidad unos mil 500 combatientes, según cifras oficiales del Ejército de Colombia.

El grupo guerrillero nació con 16 hombres, encabezados por Fabio Vásquez Castaño, en una zona rural entre los municipios de San Vicente y Carmen de Chucurí, en el nor-oriente de Colombia, que hoy sigue siendo una zona emblemática para esta organización.

El ELN surgió con marcadas influencias políticas de los hechos históricos ocurridos en Cuba a finales de la década de los años 50 del siglo pasado, cuando Fidel Castro y Ernesto Guevara, hicieron méritos para convertir su gesta en un símbolo que prendió en América Latina.

“Venimos a defender la revolución cubana, porque es hermana gemela de la lucha colombiana”, decía un porro compuesto por estudiantes universitarios colombianos que viajaron a La Habana, con ocasión del triunfo.

El ELN se encuentra desde hace más de dos años en una fase reservada de acercamiento y exploraciones con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, para tratar de definir una agenda que permita que el grupo rebelde deje las armas e ingrese a la actividad política legal.

Las exploraciones se encuentran en un punto muerto porque el gobierno exige al ELN que deje en libertad a todos los secuestrados que están en su poder para dar inicio a pláticas de paz de manera oficial, las cuales se realizarían en territorio ecuatoriano.

"El gobierno le ha ofrecido la posibilidad de entrar en este proceso de paz, pero no lo han aceptado porque pretenden seguir con las amenazas a través de la extorsión, el secuestro, el terrorismo a la estructura energética del país”, señaló el comandante del Ejército Alberto José Mejía.

Para el jefe militar, la posición del ELN “hace difícil una negociación. Ellos creen que eso los muestra fuertes, pero en realidad para nosotros y el pueblo colombiano este es el mayor síntoma de debilidad y miopía estratégica”.

Las fuerzas militares tienen la directriz del presidente Juan Manuel Santos de intensificar las acciones contra las estructuras del ELN, que tiene alguna presencia en la frontera con Venezuela y el departamento del Chocó, entre otros lugares.

El experto en derecho internacional humanitario y director de la División de Acuerdos de la Verdad del estatal Centro Nacional de Memoria Histórica, Alvaro Villarraga, lamentó que las negociaciones con el ELN estén estancadas a pesar que las partes tienen una agenda “muy positiva”.

Para Villarraga, un acuerdo sin el ELN es “una paz incompleta”, porque es un grupo insurgente que si bien esta disminuido militarmente, mantiene la capacidad de hacer acciones en diferentes regiones de Colombia.

"Yo creo que el ELN está faltó de sensibilidad política, de entender la coyuntura. El levantamiento de expectativas y de respaldo de la ciudadanía colombiana al cierre del acuerdo de paz con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), debe llevar al ELN a entender la importancia de esta coyuntura histórica", sostuvo.

La dirigencia del ELN, anotó, tiene que ser más pragmática en este momento histórico de Colombia, en donde se hace un esfuerzo muy grande para lograr conseguir inclinar a la población a favor de los acuerdos de paz en La Habana, y buscar ganar el plebiscito que refrende el pacto final.

Reiteró que el peor escenario para el ELN es quedarse al margen de una negociación política para la dejar las armas y su reincorporación a la vida civil. “Se requiere que la paz esté completa, se resuelva pronto el acuerdo”, dijo.

Villarraga advirtió que si el ELN prolonga el inicio de los diálogos con el gobierno de Santos, tendrá que “soportar una ofensiva militar directa, en condiciones de desventaja”.

“En este momento el escenario donde el ELN ha querido mostrar fuerza militar lo ha puesto allí frente al Estado, creando una dinámica de guerra muy desfavorable para ellos”, enfatizó.

En esta misma línea de análisis se muestra la congresista del Partido Liberal, Clara Rojas, quien estuvo secuestrada más de seis años en poder de las FARC y hoy es una de las víctimas de la guerra más comprometida desde el Poder Legislativo en la lucha a favor de un acuerdo de paz.

“El proceso con el ELN lo veo lento. Hago un llamado a las partes para que hagan su mejor esfuerzo para que no se queden atrás", destacó Rojas al pedir a ese grupo guerrillero que muestre un compromiso unilateral para detener las acciones ofensivas y no secuestrar.

Lo importante, dijo, es que los colombianos vean un gran compromiso político del ELN para ingresar a la civilidad. “Yo creo que falta voluntad política por parte del ELN para iniciar una negociación”, enfatizó.

Coincidió con los demás análisis en el sentido de que si la comandancia del ELN no inicia pronto los diálogos con el gobierno, “después del acuerdo con las FARC, les vendrá toda la carga del ejército".


Lo más reciente

Ucrania usa misiles de largo alcance que Estados Unidos le dio en secreto

Kiev se ha visto obligada a racionar sus armas y enfrenta cada vez más ataques rusos

Ap

Ucrania usa misiles de largo alcance que Estados Unidos le dio en secreto

Tribunal de Nueva York anula la condena contra Harvey Weinstein

Hubo errores en el proceso judicial por casos de abusos sexuales en 2020

Efe

Tribunal de Nueva York anula la condena contra Harvey Weinstein

Amnistía y amparo: hacia la justicia

Editorial

La Jornada

Amnistía y amparo: hacia la justicia

Acelerón judicial de AMLO

Astillero

Julio Hernández López

Acelerón judicial de AMLO