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La Jornada Maya

Pyongyang, Corea del Norte
Domingo 9 de septiembre, 2018

Las celebraciones en Corea del Norte por el 70 aniversario de su creación comenzaron el sábado con una muestra de sus logros, aunque sin hacer desfilar sus misiles.

La República Popular Democrática de Corea (RPDC, nombre oficial de Corea del Norte) fue proclamada el 9 de septiembre de 1948, tres años después de que Moscú y Washington dividieran la península en el ocaso de la Segunda Guerra Mundial.

Esta fecha es una de las más importantes del calendario político norcoreano.

Los desfiles militares, supervisados por el líder Kim Jong Un, el tercer miembro de su familia en dirigir el país, son cruciales para los observadores internacionales, que escrutan todos los detalles para estar al corriente de los últimos avances del país en materia militar.

Normalmente, en esta parada se exhiben algunas de las armas nucleares de las que Pyongyang quiere alardear.

Para el espectáculo coreográfico masivo, que este año se titulará "El país glorioso", según la agencia oficial norcoreana KCNA, los participantes, que pueden llegar a ser 100 mil, han estado ensayando desde hace meses.

Los festejos comenzaron el sábado por la noche con un concierto ante miles de personas en el estadio cubierto de Pyongyang, con una representación de tres de los conjuntos musicales más importantes del país, el coro de las Fuerzas Armadas, la orquesta Samjiyon y la tropa de baile Mansudae.

En estas ocasiones los músicos y bailarines se desempeñan delante de una pantalla gigante en la que se proyectan los grandes éxitos del país.

En los últimos años esas imágenes incluyeron secuencias del lanzamiento de misiles balísticos y de los ensayos nucleares de Pyongyang, lo que le valieron al país sanciones internacionales.

Pero desde febrero el régimen norcoreano inició una etapa de apertura diplomática hacia su vecino Corea del Sur, y también hacia Estados Unidos, coronada con el histórico encuentro entre el presidente estadunidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un en junio.

Este año, en vez de misiles, las imágenes proyectadas el sábado durante el concierto mostraron el desarrollo económico del país, con fábricas, plantas siderúrgicas y abundantes trigales.

Unas pocas secuencias mostraron a las Fuerzas Armadas, pero sólo con equipamiento convencional.

Y una de ellas, con tanques avanzando, vuelo de aviones caza y marcha de tropas de infantería, en la que se leía un mensaje: "La fuerza militar garantiza la paz".

En abril, el líder norcoreano declaró que el programa nuclear era un éxito y dijo que la estrategia prioritaria de ahí en más sería la "construcción de un socialismo económico".

Cada vez que el abuelo de Kim, fundador del país, Kim Il Sung, o su sucesor aparecieron en la pantalla del espectáculo el público aplaudió efusivamente aunque los más entusiastas celebraron al actual líder.

En el repertorio se interpretaron "Socialismo, te quiero" y por primera vez en público una nueva oda a Kim Jong Un.

[b]Ni rastro de los ICBM[/b]

Luego aparecieron los misiles, el punto culminante de los desfiles. Pero solo se exhibieron el Kumsong-3, misil de crucero antibuque, y el Pongae-5, tierra-aire.

No hubo rastro de los Hwasong-14 y 15, misiles que pueden alcanzar el territorio continental de Estados Unidos y que, tras se probados el año pasado, dieron un vuelco al esquema estratégico internacional.

"Parece que los norcoreanos han intentado realmente minimizar la naturaleza militar" del evento, comentó Chad O'Carroll, director del Korea Risk Group.

"No hubo ICBM (misiles balísticos intercontinentales) ni IRBM (misiles de alcance intermedio), cuya presencia no habría sido muy conveniente en este clima en el que Corea del Norte se ha comprometido en la última desnuclearización. Creo que será bien visto", asegura.

Justo después de la parada militar, miles de civiles desfilaron, junto a carrozas con lemas económicos o llamados a la reunificación de la península.

En abril, Kim declaró que Corea del Norte había completado el desarrollo de armas nucleares y que la siguiente prioridad estratégica sería la "construcción económica socialista".

Aunque se enviaron invitaciones diplomáticas para el evento a lo largo y ancho del planeta, el único jefe de Estado que dijo que participaría fue el presidente mauritano, Mohamed Uld Abdelaziz.

Este domingo, entre los asistentes al desfile, se pudo ver al actor francés Gérard Depardieu, sentado debajo de la tribuna principal.

Tras el desfile civil, Kim y Li saludaron a la multitud.

Pekín es un protector diplomático clave de Pyongyang, además de su socio comercial. Tras años de frialdad por los ensayos de misiles y nucleares, las relaciones se reavivaron este año, cuando Kim visitó China en tres ocasiones para encontrarse con el presidente Xi Jinping.

La decisión de Xi de no acudir personalmente a las celebraciones en Pyongyang, pero sí enviar a una figura muy cercana, puede ser una forma de expresar su respaldo a Pyongyang sin oponerse directamente a Trump, en un momento en que China y Estados Unidos están enredados en una guerra comercial.

También podría ser una forma de decir que Pekín quiere que Kim haga más esfuerzos para reducir las tensiones antes de que se produzca una vista presidencial.

El último presidente chino que visitó Corea del Norte fue Hu Jintao, en 2005.

Según O'Carroll, Pyongyang quiere poner de relieve su relación con Pekín.

"Esto tiene consecuencias sobre las negociaciones entre Washington y Pyongyang, por supuesto, ya que China sigue siendo un actor muy importante y su presencia aquí con una delegación de tan alto nivel sirve para recordárselo a Estados Unidos", considera.


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