Compartir la mística desde cada realidad, es el objetivo

La Jornada Maya

Papantla, Veracruz
Martes 29 de mayo, 2018

Ante la proximidad del [i]Sexto Encuentro Nacional de Voladores[/i] que se llevará a cabo del 29 al 31 de mayo en el Parque Takilhsukut y la ciudad de Papantla, Veracruz, [i]La Jornada Maya[/i] conversó con Narciso Hernández Jiménez, presidente del Consejo de Voladores, y Salomón Bazbaz Lapidus, Fundador del Centro de las Artes indígenas y coordinador del equipo que elaboró el expediente para obtener el reconocimiento de la Ceremonia Ritual de Voladores como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

[i]La Jornada Maya[/i]: ¿Cuál ha sido el proceso histórico para llegar a este encuentro de voladores?

Narciso Hernández: En el año 2008 en el marco de Cumbre Tajín, tuvimos un primer encuentro internacional de voladores mesoamericanos, con la participación de los Teneks de SLP, Nahuas, Nañus, Otomíes, de Puebla, Quichés Mayas de Santa Maria Joyabah Guatemala, como anfitriones nosotros los Voladores Totonacas, posteriormente organizamos los cuatro primeros Encuentros Internacionales de Voladores, hace dos años, del 23 al 26 de junio de 2016 se llevó a cabo el V Encuentro Internacional de Voladores en Tamaletón, municipio de Tancanhuitz, San Luis Potosí. Es importante destacar que esto se logró gracias a la colaboración entre el Consejo Ritual de Voladores, el Centro de las Artes Indígenas y las autoridades del estado anfitrión. Porque aquí, en el Totonacapan veracruzano, ya teníamos la experiencia para convocar y organizar.

Salomón Bazbaz Lapidus: Durante este proceso de revitalización, en 2009, gracias al expediente encabezado por el Consejo Ritual de Voladores, el Centro de las Artes Indígenas, el Festival Cumbre Tajín y las instancias culturales municipales, estatales y nacionales, la unesco reconoció a la Ceremonia Ritual de Voladores como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento, que incluye a todos los practicantes de la Ceremonia en México y Centroamérica, fue posible gracias a la participación activa, reflexiva y dialogante de mil doscientos voladores de todo México. Estamos hablando de Voladores Teenek de San Luis Potosí; Mazahuas de Michoacán; Nahuas, Totonacos y Ñañús de Puebla, y Totonacos de Veracruz, así como los Quichés de Guatemala.

Narciso Hernández: En el sexto encuentro de Voladores, analizaremos los avances y perspectivas de cada región, compartir proyectos, de igual forma los diferentes obstáculos enfrentados y enterarnos de nuestras problemáticas. Conscientes del compromiso adquirido de salvaguardar Nuestro Patrimonio Cultural. Analizar, reflexionar, decidir para fortalecer la mística que compartimos y compartir experiencias desde cada realidad. Por ejemplo, no es lo mismo el contexto del Totonacapan, en el que hay muchos Voladores y se llegó incluso a la comercialización excesiva, que el de las comunidades en las que la tradición languideció y casi desapareció. En ambos casos se trata de salvaguardia del patrimonio y de transmitir todos los valores del ritual a los niños y jóvenes, pero los caminos y las necesidades son diferentes

¿Qué actividades y objetivos tiene esta reunión?

Narciso Hernández: Evaluar el avance y seguimiento de nuestro plan de salvaguarda, de la Ceremonia Ritual de Voladores, este plan lo consideramos como columna vertebral de nuestro legado, ya que nos guía en las tareas de valoración, protección legal y laboral, conservación del patrimonio natural, divulgación de los valores del ritual, formación de nuevas generaciones y profundización en la historia y el simbolismo. Para ello, tendremos 400 voladores participando en 7 mesas de diálogo, de los cuales 180 son invitados y 220 son anfitriones del Totonacapan. También como anfitriones, se presentarán las danzas tradicionales de la región y las 16 Casas-Escuela del Centro de las Artes Indígenas compartirán con los Voladores de México sus procesos de enseñanza-aprendizaje por los que la unesco lo incluyó en la Lista Mundial de Mejores Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, en 2012.

El objetivo general es establecer un espacio de intercambio y análisis de experiencias entre los practicantes y las organizaciones interesadas y comprometidas con la protección de este patrimonio.

Salomón Bazbaz Lapidus: Entre los objetivos particulares, yo destacaría los de fomentar el diálogo intercultural y el conocimiento de los derechos culturales de los pueblos; difundir la creación tradicional; dimensionar los alcances del Centro de las Artes Indígenas como modelo educativo; refrendar el vínculo ancestral entre las prácticas culturales indígenas y el respeto a la Madre Tierra; establecer el Consejo Nacional de Salvaguardia, y crear el Museo de la Ceremonia Ritual de Voladores.

Todo esto nos parece muy importante, porque el patrimonio cultural nunca se vive como un hecho aislado, siempre forma parte de una cosmovisión y, por eso, cuando se piensa en salvaguardia es necesaria una visión integral. En el Totonacapan la pintura, el bordado, la lengua madre, el teatro, la carpintería… todo tiene que ver con la Ceremonia Ritual de Voladores, y viceversa. Creemos que mostrar el modelo del Centro de las Artes Indígenas es vital para mostrar las muchas posibilidades de revitalización. Por ejemplo, en el Totonacapan tenemos cinco escuelas de Niños Voladores con doscientos alumnos y, algo que es increíble, está en proceso un libro de texto para Niños Voladores, que es resultado de la tesis de licenciatura de Víctor García Castaño, quien vivió el proceso de niño, joven y adulto Volador.

Narciso Hernández: En este proceso integral es importante mencionar al Consejo de Voladores además del Consejo Juvenil y Educativo de la Ceremonia Ritual de Voladores.

Salomón Bazbaz Lapidus: Y hay avances notables en varios campos. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con la equidad de género en cuanto a la participación de las niñas y las Mujeres Voladoras. En el rubro laboral, a través del Festival Cumbre Tajín se les da seguro de vida a todos los Voladores. En este momento, además, los Voladores Totonacas de Veracruz y Teenek de San Luis Potosí ya son patrimonios reconocidos en sus respectivos estados.

¿Cómo mantener las identidades locales de los Voladores cuando el ritual se vuelve motivo de atención nacional e internacional?

Narciso Hernández: En el plan de salvaguarda tenemos un rubro que es la revalorización de la Tradición, en este sentido el portador conoce de fondo y de forma la importancia de conservar este ritual ante todas las adversidades, entendiendo que si dejamos de ser lo que somos, desapareceremos, y si desaparecemos… pues dejamos de existir para el mundo. Por eso, siempre lo que importa es la raíz, el DON del Volador. Hemos estado en todo el planeta, en muchos festivales de Europa y América. Pero también hemos llevado nuestra palabra a muchos congresos. El Volador viaja para volar y para enseñar a volar. Nosotros sabemos que nuestra experiencia abre caminos y enseña cosas. Ahora sabemos que nuestra palabra vuela y es parte importante de la memoria. Es decir, hablamos, vivimos, pensamos y compartimos los simbolismos de nuestro ritual. Quiero decir que cuando volamos para el mundo lo hacemos desde nuestro pueblo, y cuando descendemos, siempre lo hacemos en nuestras comunidades.

Salomón Bazbaz Lapidus: En este sentido, hay un trabajo profundo, diversificado y permanente en rubros como la reforestación de todos los recursos naturales asociados al ritual; la enseñanza de las técnicas y los simbolismos de la ceremonia; la elaboración de la vestimenta con conciencia histórica y mística; el fortalecimiento de la práctica en todos los sitios que mantienen el ritual, y la salvaguardia de la música y la lengua.

En este momento, a unos días de que empiece el Sexto Encuentro Nacional de Voladores en el Totonacapan veracruzano, ¿cuál sería su balance del camino recorrido?

Narciso Hernández: El mayor logro es la integración de los Voladores mesoamericanos, En nuestro caso, el gobierno del estado ha mantenido el apoyo en casos como las escuelas, el pago a consejeros, los viajes a congresos, la presencia en festivales y la difusión de nuestra ceremonia. Ahora, por ejemplo, en San Luis Potosí el gobierno ha declarado los Teenek como patrimonio cultural del estado, el ejemplo de Veracruz se contagia y se pone la muestra de que la tradición es parte de la identidad de hoy, no la del pasado ni la de los museos. Estamos vivos, volamos y enseñamos lo que somos. Cuando digo que enseñamos lo que somos me refiero al mundo y a nuestras comunidades.

Salomón Bazbaz Lapidus: La Ceremonia Ritual de Voladores es excepcional por su resistencia; en los últimos diez años ha crecido su práctica y presencia; tuvo que resistir cientos de años. Los Voladores —y todas las artes de la tradición Totonaca— mantuvieron su fortaleza espiritual y su práctica cotidiana. Y falta mucho. El próximo año se cumple la primera década del reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.