Jorge A. Pérez Alfonso
La Jornada Maya
Teotitlán Del Valle, Oaxaca
Lunes 14 de octubre, 2019
Para Abigaíl Mendoza, cocinera con más de 40 años de experiencia y originaria de Teotitlán del Valle, localidad ubicada a 30 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, es un orgullo ser indígena zapoteca y representar a Oaxaca y a México en diversas regiones del mundo, a donde ha llevado sus costumbres y tradiciones. Recientemente la edición nacional de la revista [i]Vogue[/i] le dedicó su portada.
Mendoza, quien ha visitado Estados Unidos, España, Sudáfrica y Francia, entre otros países, destacó que lo más importante es estar orgullosa de sus raíces y lengua, ya que en conjunto han dado identidad a su pueblo. Por ello, dijo, es necesario preservar las tradiciones, no sólo de Teotitlán, sino de todas las comunidades indígenas oaxaqueñas y del resto del país.
Lamentablemente, señaló, la discriminación que los indígenas viven a diario en México y en el mundo hace que las personas dejen su lengua y costumbres con tal de encajar en el resto de la sociedad.
Los ciudadanos, apuntó, deben comprender que su historia les da identidad, una gran riqueza, que en su caso, resaltó, es lo que da sabor a los platillos que ofrece en su restaurante en Teotitlán y los que prepara donde es invitada.
Consideró que el hecho de que una persona deje atrás sus costumbres no significa que va a ser aceptada o que vaya a formar parte de un nuevo grupo. "Al sentirse avergonzadas creen que no valen, y no es así. Hablar tu lengua, presentar tu cocina, eso te identifica.
"Las personas se están dando cuenta de que vienes de un pueblo, de una raíz. Estás hablando de tus ancestros y estás presentándolos ante la sociedad", expuso.
Agregó que hablar las lenguas autóctonas, conservar y vivir las tradiciones de las comunidades es realmente lo que representa a México, pues son los indígenas los que han dado identidad al país; por tanto, insistió, no hay razón para que quienes provienen de una etnia se avergüencen.
Mendoza mencionó que para ella dar a conocer platillos como el mole zapoteco (de receta propia), la seguesa prehispánica y los distintos tipos de mole (rojo, negro y amarillo) es un orgullo.
"Lo hago con mucha dignidad y con la frente en alto. Soy una indígena mexicana, una mujer muy orgullosa de mi cocina, mi lengua, mi vestimenta y mis tradiciones".
Admitió que en ocasiones es frustrante que visitantes extranjeros aprecien más las costumbres, tradiciones, vestimenta y cocina indígenas de Oaxaca y México que los propios connacionales.
"No está mal que conozcamos lo nuestro y apreciemos lo de fuera, porque también tiene lo suyo, pero primero conozcamos quiénes somos, qué comemos, cómo vivimos y cómo disfrutamos lo que tenemos", afirmó.
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