Arturo Cano
Foto: Jair Cabrera
La Jornada Maya

Ciudad de México
Jueves 19 de octubre, 2017

A Leonardo Boff le gusta más visitar México que sus viajes a Europa. En su visita más reciente, este hombre de cabellera y barba blancas se hospeda en un pequeño hotel de la colonia Roma. En las calles aledañas hay todavía centros de acopio y edificios declarados inhabitables.

Considerado uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, Boff se declara impactado por “el sentido de solidaridad” de todos, por la auto organización de los jóvenes que salvó vidas y por la “capacidad de soportar”, la resiliencia que encontró en sus diálogos con universitarios. “Me expresaban su preocupación por hacer de la solidaridad algo continuo, no solamente cuando hay un sismo, sino crear una cultura de solidaridad y cooperación que es algo que requiere mucha voluntad y persistencia. Me decían: ‘Con esa solidaridad salvaríamos al país’”.

Franciscano en el origen, autor de más de un centenar de libros y condenado al silencio por Roma, Boff (Concórdia, Brasil, 1938), ha sido siempre cercano al proyecto político del Partido de los Trabajadores, el partido de Luis Inácio Lula da Silva.

[b]En una reunión de intelectuales y artistas con la entonces candidata (2010), usted dijo: “Si Lula venció al miedo, Dilma (Rousseff) vencerá a la mentira”. ¿Qué le dice ahora esa frase?[/b]
-Creo que se está verificando. Incluso los que votaron por la deposición de Dilma están arrepentidos, porque se ha verificado que nunca recibió nada de nadie, que no tiene cuentas en el extranjero y es una mujer con una ética extremadamente rígida. Ella ha dicho: “Fui torturada, casi me mataron, y no delaté a nadie, pero he mantenido mi actitud y no será ahora que cambie”. Al pasar del tiempo están reconociendo que efectivamente fue un error enorme, una verdadera conspiración parlamentaria apoyada por las elites económicas asociadas a los medios más conservadores, que dieron el golpe pensando que las cosas iban a mejorar. Al revés, todo ha empeorado y el presidente (Michel Temer), está por segunda vez bajo juicio de ser jefe de una verdadera organización criminal. Pero como han literalmente comprado a la mayoría de los diputados, y cometido corrupción pública dándoles cargos y dinero, no alcanza para que el parlamento inicie un juicio y por eso sigue en el poder.

“En cambio, Dilma puede ir por todo el mundo y es recibida con mucha cordialidad por su estatura ética, por su línea muy coherente, porque no aceptó negociar cargos. Por eso tuvo esa oposición sistemática, porque no aceptaba entrar a los juegos sucios”.

Los grandes medios brasileños han desaparecido a Lula del escenario si no se trata de mencionarlo en relación con las causas judiciales abiertas en su contra. Boff dice que en tales medios no existió el recorrido que Lula hizo por el nordeste del país. “Más de dos mil kilómetros, en todas partes salían centenares a su encuentro y cerraban las carreteras para abrazarlo, visitó prácticamente todas las ciudades. No salía ninguna noticia en las televisoras, ni una línea en los periódicos. Intentan matarlo políticamente. Pero en todas las encuestas aparece siempre con más de 30 por ciento, y cuando preguntan si lo quieren como presidente de nuevo es como 70 por ciento los que dicen que sí.

[b]Lula terminó su presidencia con una aprobación más alta que Nelson Mandela[/b].
-Sí, 87 por ciento. Y ahora lo quieren. No hay líderes en Brasil, y él es una persona con un carisma enorme, y tal vez la única persona que puede deshacer todo lo que han montado y han echado a andar contra los derechos de los trabajadores, las privatizaciones de Petrobras, de las grandes hidroeléctricas, y la forma escandalosa como están privatizando partes del Presal (grandes yacimientos de hidrocarburos en el litoral de Brasil). Ya vendieron la porción más grande al gobierno de Noruega. Estuve hablando con obreros petroleros, me decían que vendieron a un precio irrisorio, el barril de petróleo al precio de una coca-cola, lo entregaron sin más, y así están haciendo con todas las cosas, intentando vender una parte grande de la Amazonia, donde hay minerales muy valiosos para las nuevas tecnologías, un área que equivale a todo el estado de Espíritu Santo (46 mil kilómetros cuadrados).

“La presión nacional e internacional fue tan grande que el presidente (Temer), no ha desistido, ha postergado, porque ya se había combinado con las grandes empresas canadienses, estadounidenses, europeas, para explotar dentro de la Amazonia, ya tenía prácticamente cerrados los contratos. Pero no pudo por la presión internacional, porque el Amazonas es un poco el equilibrio de los climas del planeta y no se puede tocar sin más”.

[b]¿Sólo Lula puede? ¿No existe la posibilidad de acuerdo entre fuerzas políticas de Brasil?[/b]
-Nunca tuvimos tanto odio, rabia, que incluso divide familias, se pierden amigos. Ha habido una gran difamación con el objeto de destruir a los líderes del PT y después al mismo partido, pero ahora las cosas han cambiado.

La investigación sobre actos de corrupción conocida como Lava Jato, explica Boff, ha alcanzado a políticos de todos los partidos. Para empezar, al partido de Temer, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ex aliado del PT que “hacía política de más equilibrio”, seguido del opositor Partido Socialdemócrata (PSDB), de Aécio Neves.

“Brasil se ha dado cuenta de que el PMDB o el PSDB eran tan corruptos si no es que más que el PT. Ahí cambió un poco la opinión del pueblo, que dice ‘no se le puede cargar todo al PT, los demás están dentro y aún peor, fueron más corruptos…’

“El problema es que no tenemos liderazgos significativos que tengan raigambre popular, de no ser Lula. Estamos en un vuelo ciego, sin saber bien a dónde vamos, y una parte de la justicia, de la Suprema Corte, está contaminada también, entonces no sabemos a quién recurrir”.

[b]¿Hay manera de abandonar ese “vuelo ciego” mientras el PT no haga la autocrítica profunda que muchos le han exigido?[/b]
-Ese es el problema, que los intelectuales, las personas que apoyan al PT –yo no soy del partido pero siempre he asumido su causa– reclamamos. Ellos han hecho internamente una autocrítica, pero no de cara a los que los han apoyado. No han dicho hemos cometido tales equivocaciones, ni reconocido ni dicho ‘podemos levantar de nuevo la bandera de la ética’. Dicen que si hacen la autocrítica su usará políticamente en su contra. Mi argumento es que la verdad tiene una fuerza propia, que el pueblo generalmente entiende y sabe perdonar.

“Si siguen las causas del PT, que era sobre todo dar centralidad a los pobres, las políticas sociales, etcétera, entonces muchos están diciendo que tenemos que hacer que Lula vuelva para desmontar todo lo que nos han quitado y solamente él tiene la fuerza moral ligada a los movimientos sociales”.

[b]En alguna otra entrevista se ha referido a los errores de Lula: que no impulsó reformas como la fiscal o del sistema de partidos, por ejemplo[/b].
Lula tenía una alternativa: apoyarse en los movimientos sociales que son muy grandes en Brasil y que lo han elegido ellos o asumir el parlamentarismo de coalición. Lula hizo exactamente lo contrario de lo que ha hecho Evo Morales. Evo hizo un pacto con los movimientos sociales, dejó de lado a los partidos y afirmó su poder hasta el punto que los partidos tuvieron que apoyarlo. Lula optó por la gobernabilidad, por el camino más corto que es la coalición partidaria, el presidencialismo de coalición. Pero la coalición es trabajar con negocios, conceder puestos altos bien remunerados, fondos, y ahí entra la corrupción. Tenía que “monetizar” las relaciones políticas, es decir, comprar diputados. Y ese para mí fue el gran error, la ingenuidad de Lula. Él pensaba que con su carisma iba a someter y ganar a esas personas, pero no tenía la malicia de que la política es un juego de intereses.

[b]Decía el sociólogo Francisco de Oliveira que un gran error de la izquierda latinoamericana era colocar a Lula en sus filas, y que su gobierno tuvo felices a los más pobres y los más ricos[/b].
(Ríe antes de responder). Sí, porque todos ganaron, menos la clase media. La famosa carta de Lula cuando asumió el poder en el fondo no era una carta a los brasileños sino al sistema financiero: les decía que iba a respetar la economía neoliberal, los contratos, pero que iba a hacer políticas sociales. Entonces, él ha dejado contento al mercado y ha abierto una brecha para hacer políticas sociales, la Bolsa Familia, Luz para todos, Mi casa Mi vida, todo eso. Pero con una diferencia enorme, porque pagó al sistema financiero, a los grandes bancos, 150 mil millones de dólares al año y solamente 50 mil millones para todos los proyectos sociales. Hay una gran diferencia.

[b]La desigualdad, esa marca latinoamericana[/b].
Los grande ricos de Brasil están contados, son 71 mil 440, el 0.05 por ciento de la población que tienen más de la mitad del PIB brasileño, una acumulación enorme. Y es esa élite la que está detrás del golpe, la que ha utilizado el parlamento, como en 1964 usó a los militares para el golpe. Ahora han utilizado al parlamento. Pero detrás están las élites internacionales y en el fondo está el Pentágono. Noam Chomsky nos dio una charla diciéndonos los tres puntos fundamentales del Pentágono: el primero, es un mundo y un imperio; segundo, cubrir todos los espacios y por eso tiene 800 bases militares en todo el mundo y en América Latina casi en cada país; y tercero, alinear a todos los países. Es decir, desestabilizar a todos los gobiernos progresistas, no vía militar, con golpes militares como se solía hacer, sino por la vía política: difamando, destruyendo figuras políticas, calumniando liderazgos, destrozándolos. Ahí se crea la desestabilización con grandes manifestaciones. Y eso se dio exactamente en Brasil. Curiosamente, la embajadora que organizó el golpe en Honduras, lo hizo luego en Paraguay y ahora está en Brasil (se rtefiere a la diplomática Liliana Alayde). Sigue las estrategias del imperio. Y como Brasil es la séptima economía del mundo es siempre un problema. ¿Cómo controlar esa séptima economía que domina todo el Atlántico sur volcada hacia África? Y ahí tenían que ponerlo en la línea del imperio.

[b]La juventud brasileña no vivió la dictadura militar. ¿Eso influye en su actuación política?[/b]
Ha afectado de manera fuerte porque muchos jóvenes están apoyando a un militar de extrema derecha (Jair Bolsonaro), que tiene mucha aprobación, incluso las encuestas le dan 17 por ciento. Apareció por primera vez un movimiento no de derecha, sino de de extrema derecha, moralista, que hace manifestaciones y calumnia a las personas, y que sabemos ya que cuenta con el apoyo de grupos de Estados Unidos, principalmente de la familia Koch, que tienen una gran petrolera y una fundación desde la cual apoya a los grupos más reaccionarios. Los Koch están apoyando al Movimiento Brasil Libre (MBL). Entonces, hay por primera vez un grupo bastante articulado en los medios, principalmente en el internet, de grupos de extrema derecha y muchos piensan que van a tener muchos votos.

“Esto se debe a que los jóvenes no han tenido la experiencia de la dictadura militar ni saben de las torturas y persecuciones. Así que por más que se les diga afirman que ‘ese es otro tiempo’. No tienen sentido de continuidad histórica. Esa ignorancia favorece a los grupos que quieren orden. Es muy típico del sistema fascista, el principio de orden, disciplina, de encuadrar todos y poner una moral muy rígida. Incluso invadiendo exposiciones de arte que exponen desnudos artísticos, los destruyen. Y así ganan visibilidad”.

[b]Sectores de la iglesia católica e iglesias evangélicas van por ahí.[/b]
Las iglesias evangélicas que tienen sus canales de televisión son todas de derecha. No digo que trabajan con ellos, pero son aliados naturales. Precisamente por el lado de la moralidad y la no aceptación de las religiones afrobrasileñas. Están invadiendo sus cultos, las destruyen. Hay prejuicios enormes contra negros, nordestinos, pobres. En Brasil nunca hubo tanta rabia, tanto desprecio, tanta discriminación.

[b]Ese desprecio a los nordestinos siempre ha existido. ¿Esta crisis lo ha profundizado?[/b]
Sí. Paradójicamente los que más han superado la crisis son los del nordeste, más que Sao Paulo o el sur, porque han creado formas de producción, gobiernos muy abiertos, muy progresistas, con muchos proyectos, agricultura familiar, pequeñas empresas, dos o tres puntos de alta tecnología. Muchos dicen que los del nordeste iban al sur, pero ahora muchos del sur tienen que ir al nordeste a aprender cosas, se invierten las relaciones.

[b]Una vista panorámica nos dice que el fantasma que recorre América Latina es el de la corrupción.[/b]
La corrupción es inherente al sistema capitalista. Primero, porque la relación capital-trabajo es sumamente desigual y la lógica del capital es acumular más y más produciendo dos tipos de injustica, una social, la pobreza, y la otra, la injustica ecológica, destruyendo el ecosistema. Hay una lógica que es corrupta y pertenece a los negocios: pagar menos impuestos, tener grandes fortunas en bancos extranjeros offshore. Entonces, la corrupción está en el sistema pero se ha radicalizado con la entrada de las grandes empresas y sus proyectos billonarios. Antes había proyectos de dos, tres millones. Ahora no, ahora son de tres, cuatro mil millones. Y cada uno quiere ganar su parte.

En Brasil, y en eso el gobierno del PT tiene un poco de culpa, ha ayudado a crear los llamados ‘campeones’ para hacer competencia a nivel mundial. Lo han hecho con dinero de los bancos oficiales y han ganado ‘propinas’ sobre cada proyecto, especialmente en mi país con los Juegos Olímpicos.

“Odebrecht y otras que trabajan a nivel internacional son multinacionales corrompidas, en Perú, en Venezuela y sospecho que también en México. La cosa es muy sencilla: ‘Yo te ayudo a ganar la elección y tú me das la concesión de esta carretera que va a costar tres mil millones’.”

[b]Se suponía que la ola progresista, con su reserva ética, impediría este fracaso.[/b]
Para ello habría que desistir del mito de la gobernabilidad, de la idea de los pactos con los partidos, porque lo que cuesta (las campañas electorales), se paga con la construcción de carreteras, de grandes edificios, y ahí van por las propinas. Y la izquierda entró en eso, especialmente la cúspide del PT, no diría que todo el PT, no las bases. En los municipios, entre los alcaldes, donde me invitan a hablar, sigue existiendo el viejo PT, el de la ética, el de la conexión orgánica con el pueblo, decidiendo siempre con los movimientos sociales, y con una vigilancia interna y del pueblo. Creo que esa parte es rescatable del PT, pero la cúspide se perdió.

En sus charlas con jóvenes mexicanos, cuenta, eligió para el remate un pasaje que, dice, gustó mucho: “San Agustín dice que la esperanza tiene dos hijas muy hermosas: una es la indignación, para no aceptar las cosas malas; la otra, la valentía para cambiarlas. Y aquí debemos tener las dos cosas…”


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