Ana Mónica Rodríguez
El Compiadre, El Compita y Este Güey son tres fantasmas que vivieron en 1901, pero se encuentran deambulando en el presente, así, constatan que la situación no ha cambiado nada con el transcurrir del tiempo, tanto en los ámbitos políticos, económicos y sociales.
Por jodidos y hocicones mataron a los actores es una obra de cabaret político, que, al estilo de la carpa mexicana, con mínimos recursos escénicos, orquestó César Enríquez, quien es dramaturgo y director de la obra. En escena, es acompañado, con precisión física, ritmo, comedia y música, por Rodrigo Ostap y Eduardo Pueblo.
“Ésta es una forma en que el espectador siempre está atento, hay una vertiginosidad escénica, pero además de la información y las cuestiones cómicas, todo pasa, pero la forma en que está narrada no te deja pestañear” dijo Enríquez, conocido cabaretero y también autor de La Prietty Guoman.
Éste mordaz y pícaro montaje ha sido presentado, desde hace tres años, en diversos recintos y teatros, y ahora llegó a la explanada del Claustro del Centro Cultural Helénico, donde al aire libre, bajo protocolos sanitarios y con un aforo de 70 espectadores goza con las andanzas y anécdotas del trío que canta, baila y reflexiona sobre diversos temas como son los desaparecidos, las injusticias, las cuestiones de género, la discriminación a las minorías, los impactos de gobiernos dictatoriales o por cuestionables políticos. Da lo mismo, el pueblo ve repetir la misma historia, según deja entrever la obra.
Así, al aire libre, aparecen tres cómicos, quienes narran las historias de persecución y muerte que experimentaron en el México del porfiriato y cuestionan la actualidad del país. En búsqueda de un lugar final para descansar y una oportunidad de ser recordados, escarban en sus memorias, para desenterrar su pena y gloria. Es todo un homenaje a los actores, las actrices de carpa y al pueblo, quienes inflamaron de rebeldía a una nación entera.
La obra, explicó Enríquez, “se configuró hace unos años tras una investigación sobre teatro de carpa prerrevolucionario, del cual nosotros ahora retomamos este cabaret, que es de jacal y de barriada, del mismo donde surgieron los grandes cómicos, pero también, muchos de ellos, fueron perseguidos políticamente”.
El montaje forma parte del ciclo Cabareteando al aire libre en el Helénico, que continuará los dos siguientes fines de semana con Las hijas del Aztlán y Yo sólo sé que no sé náhuatl respectivamente, las cuales son dirigidas por Enríquez y también podrán verse desde un templete y sana distancia.
Sobre Las hijas del Aztlán, contó el actor que, “la compañía se aventura a la risa como catarsis y al cabaret como bandera para contar esta historia sobre hombres, relatada por hombres con temas que les competen a los hombres en esta sociedad patriarcal que cuestiona y enjuicia a la lucha feminista y la equidad”.
Mientras que En Yo sólo sé que no sé náhuatl de la compañía Talavera Cabaret, se describe por medio de una familia poblana acomodada, las conductas racistas, clasistas y discriminatorias de la sociedad mexicana.
En tanto, Por jodidos y hocicones mataron a los actores, producida por Mariano Ducombs, dirigida e interpretada por César Enríquez, que se podrá ver después en la plataforma Teatrix, tendrá este domingo 4 de abril una función presencial más a las 19 horas en el recinto ubicado en avenida Revolución #1500, Guadalupe Inn.
Edición: Estefanía Cardeña
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