Las personas sordas son aquellas que tienen una pérdida de audición profunda, es decir que no oyen o escuchan casi nada, por ello tienen dificultades para comunicarse con el resto de la gente, pero la Lengua de Señas Mexicana (LSM) es una herramienta efectiva para garantizar la inclusión.
En México, cada 28 de noviembre se conmemora el Día Nacional de las Personas Sordas para visibilizar la realidad de esta discapacidad, principalmente los obstáculos para comunicarse, situación que afecta la vida social, personal y académica de quienes la presentan.
Se estima que en el país existe 1.3 por ciento de la población con sordera, por ello la LSM ha sido reconocida oficialmente como una lengua nación que forma parte del patrimonio lingüístico de la nación.
La Lengua de Señas Mexicana está compuesta por signos gestuales articulados con las manos, los cuales van acompañados de expresiones faciales, movimientos corporales y miradas intencionales.
Como toda lengua, posee su propia sintaxis, gramática y léxico.
Aunque la LSM permite que las personas sordas articulen sus pensamientos y emociones, el verdadero desarrollo de sus capacidades sólo el posible si otras personas -incluso las oyentes- tienen conocimiento de esta lengua.
Esta efeméride sirve para recordar que las personas sordas, al igual que el resto de la población, tiene derecho a interactuar con el mundo que les rodea y que esto sólo será posible si la LSM alcanza a mayor número de población.
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