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La Jornada
10/05/2025 | Ciudad de México
Ana Mónica Rodríguez
Si la música de Lupita D’Alessio es su biografía y la mujer mexicana su inspiración para interpretar letras de empoderamiento femenino, transgresoras y libertarias, el festejo del Día de las Madres de este sábado, en el Zócalo capitalino, se convirtió en la coronación de una trayectoria de más de cinco décadas, donde La Leona Dormida fue ovacionada y refrendó ser una leyenda.
Su multitudinaria presentación en el contexto de su Adiós Tour, con el cual se despide de los escenarios, fue vibrante y emotiva, con el adicional de que fue en el día en que se celebra “a las reinas del hogar”, a las madres mexicanas, “ya fuera casadas, divorciadas, viudas o solteras”.
Entre los miles de asistentes estuvieron las leonas, de todas edades y generaciones, entregados a Guadalupe Contreras Ramos, quien fiel a su naturaleza se levantó y superó los problemas de salud que la mantuvieron hospitalizada hace unos días. Lupita D’Alesssio de 71 años de edad estuvo delicada, pero se recuperó y llegó a la explanada del corazón de la Ciudad de México para deleitar a su público, que a su vez, le aplaudió, coreó e interpretó junto con ella sus emblemáticos temas.
Durante el concierto, Clara Brugada, jefa del gobierno capitalino, subió al escenario y le entregó un reconocimiento por “su invaluable legado musical y su potente voz, a la extraordinaria, maravillosa mujer y cantante que ha acompañado a generaciones en el país con sus canciones en momentos de amor, desamor y esperanza”.
La mandataria local dijo que en el país es tiempo de mujeres y “Lupita D’Alessio con más de 50 años de trayectoria se ha convertido en parte fundamental de la identidad de esta ciudad que la quiere y aclama. Muchas felicidades”.
A las 19:05 de la noche la cantante tomó el escenario y con su poder vocal cantó a los hombres, “machos, falsos y mentirosos”, sin ninguna complacencia, sin pudor de decir lo que siente y vive una mujer.
“¡Lupita, Lupita, Lupita!”, le gritaron sus seguidores, mientras la cantante agradeció la presencia de miles de personas. Coloridas proyecciones visuales, juegos lumínicos y la banda acompañaron a la artista, quien lució un brillante atavío en color verde.
Lupita interactuó con su público, se mostró emocionada, se enjuagó lágrimas e inspiró otra vez al género femenino con sus conocidas interpretaciones, movimientos y gesticulaciones que fueron un gozo, particularmente para las leonas, como se denominan sus más fieles.
Entre sus rolas de amor y desamor, de despecho y adiós se escucharon Cómo se llama, Hazme olvidarlo, Aquí estoy yo, Que no me doy cuenta, Ni Guerra ni paz -en dueto con su hijo Ernesto- y Leona dormida.
Pero cuando interpretó Costumbres, Inocente pobre amiga, Ese hombre y Que ganas de no verte nunca más, la Plaza de la Constitución vibró como nunca, bajo la luz de la Luna sobre el Palacio Nacional.
Con Yo sigo aquí, Acaríciame, Sé que Dios me ama, Mudanzas y Mentiras, la D’Alessio cerró una noche espectacular, donde lució su voz y presencia, aclamada en el corazón del Centro Histórico.
“Gracias a todos por estar aquí, por su cariño, su lealtad a mi música por muchos años; no sé cómo agradecerlo, son más de 50 años y están aquí a pesar del tiempo”, expresó la cantante, acompañada por sus tres hijos Ernesto, Jorge y César, quienes abrazaron a la estrella que ha creado un estilo único y se ha consolidado como una de las mejores intérpretes de México e Hispanoamérica, con sus 60 discos de estudio, recopilatorios y en vivo, que en conjunto han vendido más de 40 millones de copias.
Edición: Fernando Sierra