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La Jornada
18/07/2025 | Morelia, Michoacán
Rubicela Morelos Cruz
La Cueva del Diablo, única zona de apareamiento para el murciélago magueyero mayor, especie en peligro de extinción, en el Parque Nacional El Tepozteco, en Santo Domingo Ocotitlán, se encuentra en grave riesgo de ser destruida debido a que particulares construyen viviendas sobre esta área natural protegida, con la anuencia de funcionarios de los tres niveles de gobierno y autoridades comunales, denunciaron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
En un acto esta semana en la ayudantía municipal de dicha comunidad indígena, Luis Peña Hurtado, biólogo de la UNAM, y Nohora Beatriz Guzmán Ramírez, investigadora y antropóloga de la UAEM, entre otros, destacaron la cueva como sitio de importancia de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos, con registro S-MX-010 emitido por la organización, documento que entregaron al ayudante municipal Eddie Corrales Saldaña.
Los académicos integrantes del Programa para la Conservación de los Murciélagos de México, destacaron que, además de las casas construidas en los 15 últimos años, los camiones pesados que transitan en carreteras de reciente creación también ponen en riesgo estas grutas que forman parte de El Tepozteco.
Según los investigadores, la también llamada Cueva de Oztuyehualco --por el nombre del paraje donde se ubica– es el único refugio de machos y hembras de la citada especie para aparearse, lo que ocurre de septiembre a marzo de cada año.
Se trata de una oquedad de dos kilómetros de longitud, de origen volcánico, y está a una altitud de mil 883 metros sobre el nivel del mar, en una zona de transición de bosque de pino encino y tropical caducifolio.
Pero esta cueva, que alguna vez albergó unos 9 mil murciélagos –actualmente reúne unos 3 mil–, corre peligro, por la expansión desmedida de asentamientos humanos con la acción u omisión de las autoridades de Tepoztlán, de Morelos y del gobierno federal, además de los comités de bienes comunales que otorgan constancias de posesión de terrenos.
Peña Hurtado enfatizó que desde hace tres lustros se comenzó a edificar en este punto y en las inmediaciones continúan las obras, ya que en algunas carreteras, recientemente hechas sobre algunos canales, pasan a diario camiones llenos de material de construcción que provocan desprendimientos internos en los techos de las grutas.
Las vibraciones, dijo, aumentan la posibilidad de que éstos últimos colapsen, ya que tienen menos de cinco metros de grosor. De hecho, ubican el punto conocido como La Virgen, donde en contraesquina hay una casa; toda ésta cabe dentro de la cueva y está encima; sabemos que hay peligro, es muy alta la posibilidad de que se caiga, lo único que no sabemos es cuándo, advirtió Luis Peña.
El biólogo llamó a las autoridades y a quienes pretenden seguir construyendo en el área a respetar la norma de Tepoztlán, se tienen programas de desarrollo urbano, de ordenamiento ecológico, uno de manejo del área protegida, por lo que no se deben permitir construcciones en esta zona comunal.
No obstante, indicó, alguien fue omiso y eso provocó que ya haya al menos 10 casas sobre la cueva, pero insistió en recomendar no pasar y no vivir encima de ella. Los terrenos son comunales y alguien los está vendiendo, y hay quien está dando permisos, o está siendo omiso, es una cadena que se debe de controlar, tanto por el ayuntamiento de Tepoztlán –encabezado por el edil independiente Perseo Quiroz– como por las dependencias de cuidado del medio ambiente del estado de Morelos y del país, agregó.
En su exposición, los especialistas en el tema destacaron que el sitio sufre también un deterioro natural, el cual ha sido detectado y estudiado desde hace 30 años.
El murciélago magueyero mayor, científicamente conocido como Leptonycteris nivalis, es un polinizador clave de plantas como el agave, y también juega un papel importante en el control de plagas. Su papel es fundamental para la regeneración de los ecosistemas y para la agricultura.
Edición: Ana Ordaz