La movilización por los 57 años de la represión estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, arropó -en esta ocasión- entre sus demandas de justicia, el alto al genocidio contra el pueblo palestino.
En un mitin frente a Palacio Nacional, Félix Hernández Gamundi, ex líder del Movimiento estudiantil, dejó en claro que ambos hechos constituyen un genocidio.
“Hoy tenemos que decir que 57 años en la plaza de Tlatelolco, no ocurrió una matanza, ocurrió un genocidio y a las cosas hay que nombrarlas bien y por su nombre de la misma manera.
“En Gaza no hay una guerra, lo que hay es un genocidio, una práctica de exterminio seguida paso a paso de la manera más cínica por un gobernante enloquecido de convicciones fascistas y represivas”, denunció.
Arropados por estudiantes, colectivos y organizaciones sociales, integrantes del Comité 68 reiteraron su demanda de justicia y reparación.
Foto: Jair Cabrera Torres
Señalaron que si se hubiera atendido oportunamente la represión del 2 de octubre de 1968, se hubieran evitado “muchas desgracias y muchas masacres no habrían ocurrido”, entre ellas el halconazo del 10 de junio, la guerra sucia y los ataques en contra del levantamiento democrático y libertario de los indígenas zapatistas; y los crímenes de Acteal, Aguas Blancas y El Charco.
Mientras se desarrollaba el mitin, un grupo del bloque negro irrumpió y atacó a elementos del extinto cuerpo de granaderos, que se apostaron en el ala poniente del Zócalo, entre 16 de Septiembre y 5 de Mayo.
El grupo de personas encapuchadas arrojó pintura blanca y artefactos explosivos contra los elementos policiacos, quienes se resguardaron bajos se escudos de plástico; algunos de estos incluso les fueron arrebatados.
El nivel de agresión fue tal que algunos elementos sufrieron heridas en la cabeza y se vieron envueltos en el fuego provocado por algunas detonaciones de artefactos caseros explosivos.
En medio de los estruendos, y ante la inquietud de los asistentes a la marcha, integrantes del Comité 68 llamaron a no caer en las provocaciones y se mantuvieran cerca del templete instalado frente al balcón de Palacio Nacional.
“No hay que movernos de aquí, es caer en la provocación y es lo que buscan que nos movamos apanicados. Aquí no hay pánico, aquí hay voluntad de lucha, aquí hay voluntad de justicia, aquí hay voluntad por permanecer organizados para abordar las grandes tareas que tenemos enfrente de nosotros”, exclamó Hernández Gamundi.
Durante su discurso, anunció un nuevo plan de acción por la reparación integral de los daños provocados por el Estado en 1968, elaborado con base en el mandato de las leyes mexicanas y del derecho internacional.
Detalló que contiene cinco puntos, entre ellos verdad y justicia, castigo a los culpables, reparación del daño, memoria y garantía de no repetición.
Explicó que verdad, porque a casi seis décadas de la represión estudiantil, no se conoce la cantidad de estudiantes que murieron en la plaza de las Tres Culturas. Y justicia, abundó, porque tiene que darse seguimiento a los procesos que se iniciaron y concluir aquellos que están “truncos”, porque hay nuevas carpetas de investigación que se tienen que abrir, porque hay nuevos elementos.
Por ejemplo, expuso, en la toma del casco de Santo Tomás, la versión oficial fue que la hicieron los granaderos y la policía. Sin embargo, enfatizó, “hoy hay un documento y una serie de imágenes donde el que está entrando al Casco es el Ejército”.
Con la exigencia de “Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos”, y “2 de octubre no se olvida”, el contingente encabezado por dirigentes históricos del movimiento estudiantil del 68 partió de las inmediaciones del Centro Cultural Tlatelolco con rumbo al Zócalo capitalino. Portaron una pancarta en la que se leía: “El silencio ante los genocidios es complicidad”.
En la plancha de la plaza de la Constitución, integrantes del Comité 68 pidieron un minuto de silencio por sus compañeros caídos, a quienes recordaron y nombraron uno a uno, y por las víctimas del genocidio en Gaza.
También realizaron el tradicional pase de lista por los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace 11 años.
Al finalizar el mitin, algunos jóvenes prendieron los escudos de plástico e hicieron dos fogatas en el centro del Zócalo, donde la bandera se mantiene a media asta en conmemoración de los 57 años de la represión estudiantil.
Durante la marcha
En la movilización predominaron caras jóvenes que gritan “no es matanza, es genocidio, no es una guerra, es genocidio”, “Ayotzi, vive, la lucha sigue”.
El contingente de madres buscadoras porta lonas con las caras de sus desaparecidos e insisten en que mientras un hijo les falte seguirán en la búsqueda.
Durante el trayecto por eje central, grupos del bloque negro realizaron pintas en las cortinas de algunos comercios y les dieron de martillazos, mientras algunos arrojaron botellas de vidrio a las paredes.
Sobre el Eje Central, a la altura de Garibaldi, se pudo observar un grupo del “extinto” cuerpo de granaderos equipado con cascos y escudos formados en fila sobre la banqueta.
Poco antes de que arrancara la marcha, grupos de estudiantes y decenas de personas se congregan en la Plaza de las Tres Culturas para participar en la marcha por los 57 años de la masacre estudiantil de Tlatelolco.
También llegaron integrantes del Comité 68, quienes después se trasladaron al Eje Central y la avenida Ricardo Flores Magón.
En una conferencia previa a la movilización, el lunes pasado, apuntó que persisten las demandas por las libertades democráticas “y de manera enfática por el acceso a la justicia en los casos del 2 de octubre de 1968, del 10 de junio de 1971 y el periodo de contrainsurgencia denominado guerra sucia”.
Foto: Jair Cabrera Torres
En la Estela de Tlatelolco se instaló una ofrenda floral y lucen dos coronas. También se llevan a cabo danzas y cantos prehispánicos, y en el centro de la plaza los estudiantes hacen uso de su creatividad para elaborar sus carteles.
En uno de ellos se alude a los recientes casos de violencia en la UNAM: “¿cómo hablará mi espíritu si están matando a mi raza?”.
“¡2 de octubre no se olvida!” y “¡Ni perdón ni olvido!”, son algunas de las consignas que ya se escuchan en la Plaza de las Tres Culturas.
Desde antes de las 15 horas, en las inmediaciones del metro Tlatelolco comenzaron a conglomerarse colectivos de estudiantes, entre ellos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco y Oriente. Otro jóvenes, la mayoría vestidos con alguna prenda negra y paliacate rojo, esperaban en grupos más pequeños poder dirigirse rumbo a la Plaza de las Tres Culturas e iniciar la marcha por los 57 años de la represión estudiantil del 2 de octubre de 1968.
En la plancha de la Plaza, predominan las banderas con logos de las Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Palestina, junto con banderines con el símbolo del movimiento (una paloma blanca asesinada).
A la vez, en el memorial a los “compañeros caídos en esta plaza”, colocaron una corona de flores, acompañada de veladoras y ramos de claveles.
Encapuchados agreden a policías durante protesta del 2 de octubre
Grupos de encapuchados del llamado bloque negro irrumpieron la manifestación por el 2 de octubre con pintas, destrozos en negocios, y detonación de bombas molotov, con las que han agredido a elementos de la policía capitalina que resguarda la protesta.
Foto: Víctor Camacho
Algunos de los elementos han resultado con lesiones en el rostro, debido a los objetos que portan los encapuchados.
Las agresiones se registraron en Eje Central y Avenida Hidalgo, en 5 de Mayo y Gante, Motolinía.
También, se reportó el ingreso de sujetos a una farmacia ubicada en la calle 5 de Mayo y Filomeno Mata.
Los sujetos incluso elaboraron bombas molotov que comenzaron a arrojar a los elementos.
Una vez en la plancha del Zócalo, las agresiones continuaron hasta el momento, pues continúan ingresando contingentes.
Un fotógrafo del periódico La Prensa tuvo que recibir atención médica por una fractura.