Asociación "Ojos que sienten" potencializa sector social

Texto y foto: Iván Santiago Marcelo
La Jornada Maya

Ciudad de México
Domingo 11 de diciembre, 2016

Captar una fotografía con ayuda de todos los sentidos, menos el de la vista, es una actividad que ha transformado la vida de muchas personas con ceguera o debilidad visual, ya que es una herramienta que les permite expresar sus sentimientos y emociones a la sociedad.

La fotografía sensorial, taller que se imparte en la asociación civil Ojos que Sienten, ayuda a que este sector de la población se demuestre que son capaces de hacer lo que se proponen, incluso, “hay personas que encuentran una voz que no tenían”.

“Hay testimonios tan fuertes como el de la fotografía me salvó la vida después de una depresión severa, después de pensar que ya no había otro camino, que ya no había algo más”, indicó Yhalí Oropeza, coordinadora de Artes Visuales y Proyectos Especiales de esa asociación.

En entrevista con Notimex, señaló que esta actividad también ayuda a mejorar las relaciones de familia, “hay gente que llega con una inseguridad que es difícil que hablen y salen con una postura diferente, incluso, ante la vida”.

“Es una herramienta de comunicación, nosotros no queremos igualar o hacer lo mismo que hace la gente que ve, más bien es otro enfoque, donde la imagen es el resultado, pero nosotros buscamos el proceso”, puntualizó.

Para esta asociación, la fotografía sensorial es parte muy importante del desarrollo interpersonal, es un proceso por medio del cual las personas ciegas y débiles visuales cambian de forma interna muchos aspectos que les ayudan a tener una vida plena, productiva, más sana y llena.

“Este taller es lo que te hace, te confronta y si ya hiciste foto que se supone tú persona con discapacidad visual no puedes hacer, quiere decir que es el inicio de todo un camino de cosas que puedes lograr porque estás viendo el potencial que tienes”, dijo Yahli Oropeza.

La colaboradora de esta asociación civil expresó que la imagen no se genera en el ojo sino en la mente, y por lo tanto todos somos capaces de generar imágenes, solo es cuestión de llevarla de la mente al exterior.

Las personas que se acercan a Ojos Que Sienten aprenden a cómo usar los sentidos, el cuerpo como eje y técnicas muy sencillas de fotografía para que se pueda traducir en una imagen.

La fotografía sensorial forma parte de un proceso creativo y de desarrollo interpersonal para que estas personas encuentren sus talentos y las diversas herramientas con las que pueden trabajar y enfrentar el mundo.

“Cuando las personas ciegas y débiles visuales vienen a Ojos, les ofrecemos una capacitación gratuita que tiene varias materias, entre ellas fotografía sensorial que es un taller que dura en promedio 30 horas, desarrollo humano, computación, redacción y ortografía, así como herramientas laborales”, indicó.

Naivi Luis, originaria de Tehuacán, Puebla ingresó a Ojos Que Sienten en marzo de 2014 y la fotografía le cambió la vida por completo, en ella encontró la forma de comunicarse con una sociedad que es visual.

“Siendo una persona ciega piensas que no hay más, que el mundo es visual y ya no hay manera. De repente te encierras en una concha y ya no encuentras cómo comunicarte con los demás si no cuentas con ese vínculo que es la vista”, dijo.

Relató a Notimex que la fotografía sensorial le enseñó que sin el sentido de la vista se pueden expresar los sentimientos, una idea o contar simplemente una historia.

“La cámara me da el pretexto de poder tocar todo lo que está a mi alrededor, ya que es una oportunidad de acercarme a las cosas y tomar una fotografía. Nosotros aplicamos todos nuestros sentidos y a veces nos imaginamos otros para poder tomar la fotografía y es muy interesante el resultado”, señaló.

Para ella no es tan importante si la fotografía está bien enfocada o encuadrada, pues eso los puede detener a tomar una muy buena imagen, sin embargo si toman en cuenta la luz y el ángulo.

Naivi Luis actualmente trabaja como vendedora de aguas en el Metro de la Ciudad de México, y en su viaje diario las personas le patean el bastón, la empujan y “cuando quiero subir al tren primero suben los demás y después yo, además la gente camina encima de las guía que son para nosotros".

También está estudiando la preparatoria abierta y muestra su preocupación porque todavía no se educa completamente a a los niños para que respeten los espacios designados para personas con discapacidad, así como el respeto a personas embarazadas y ancianos.

La debilidad visual la ha llevado hasta donde está. “Yo pienso que si fuera una persona normovisual no hubiera hecho tantas cosas, estaría en mi zona de confort y no me preocuparía por ir más allá, pero la debilidad visual me ha hecho ponerme retos, me ha hecho descubrirme”, aseveró.