Roberto González Amador
Foto: Ap / Archivo
La Jornada Maya
Miércoles 19 de octubre, 2016
Los defraudadores en el mundo de la banca digital se han convertido en verdaderos “ingenieros sociales” que desarrollan la capacidad de obtener información de usuarios con el fin de vulnerar sus cuentas. Una de las oportunidades que aprovechan para hacerse de datos sensibles es cuando los niños contestan el teléfono en casa, alertó el principal grupo financiero del país.
Las operaciones en el sistema bancario a través de canales digitales crecen de manera acelerada, dijo Adolfo Albo, director global de educación financiera del Grupo BBVA, controlador de BBVA Bancomer. Por ello es necesario que los usuarios tengan herramientas para proteger su información, agregó. Un ejemplo: en esa institución, cuatro de cada 10 créditos al consumo son contratados a través de una plataforma digital, es decir, sin que el solicitante acuda directamente a la sucursal.
Bancomer anunció este martes un taller sobre el uso seguro de la banca digital. Lo ofrecerá, a partir de esta semana, a todas las personas interesadas –no sólo a clientes– en sus 20 aulas fijas y 15 móviles distribuidas en el país. El próximo año estará disponible en la página electrónica del banco.
A partir de las prácticas empleadas por los defraudadores en la banca digital se ha acuñado el término ingeniería social. Bancomer la describe como el uso de técnicas sicológicas, combinadas con habilidades sociales, usadas por defraudadores para manipular a una o varias personas con el fin de obtener su información, tener acceso a su servicio de banca digital y realizar alguna actividad ilícita.
"La mayoría de las personas tendemos a confiar en otras personas. Los defraudadores que utilizan la ingeniería social se basan en esta tendencia humana para realizar sus fraudes", explicó la institución.
Una práctica documentada por la institución, y que forma parte del taller de seguridad digital, es la forma en que se aprovechan los defraudadores cuando los niños contestan el teléfono en casa para obtener información de los adultos que allí viven.
El teléfono, aseguró, es una vía que pueden utilizar los delincuentes. Por ello, recomendó, en las familias se deben acordar reglas para que los niños no ofrezcan involuntariamente información a los defraudadores. Entre ellas: nunca decir que está solo en casa, no entablar conversación telefónica con un desconocido y comentar con los adultos todas las llamadas que contestan.
No sólo los niños. También es frecuente que un adulto tome una llamada en la que del otro lado del aparato un defraudador trata de obtener información personal, como el nombre o el domicilio, a partir de ofrecer un premio o comentar una oferta del banco.
En la banca digital las operaciones son seguras, pero se debe cuidar el uso de la información personal, como domicilio, nombre o edad; y la confidencial: número de cuenta, número de identificación personal o contraseñas, explicó.
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