Ernesto Martínez, Carlos arcía y Javier Santos
Foto: Ignacio Juárez
Familiares y amigos de María José Medina Flores, estudiante de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, localizada muerta el 18 de febrero de 2017, se manifestaron ayer en el centro histórico de Morelia, Michoacán, para exigir justicia porque a la fecha no ha sido detenido el responsable del homicidio.
Sus compañeros de la Facultad de Veterinaria e integrantes del colectivo Feministas Incendiarias pintaron tres murales en estos cuatro años con la imagen de Marijó, como le decían sus amigos, e hicieron varias actividades en su memoria.
El jueves comenzaron actividades en Las Tarascas, en el Centro Cultural de la UNAM y frente al palacio de gobierno para demandar a la Fiscalía General del Estado activar las investigaciones, porque “pareciera que el caso fue archivado”.
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Marijó, de entonces 19 años, era originaria de Salvatierra, Guanajuato y cursaba el quinto semestre en la Facultad de Veterinaria.
Su familia la reportó como desaparecida el 16 de febrero de 2017 y días después la encontraron muerta con huellas de abuso sexual y tortura.
El jueves autoridades reportaron la localización del cuerpo de una joven de 15 a 20 años, que estaba a unos 200 metros de la carretera Morelia-Pátzcuaro, en la comunidad La Tinaja. Tenía disparos por arma de fuego, usaba brackets y vestía pantalón de mezclilla. La fiscalía michoacana informó que en lo que va de este año 17 mujeres han sido ultimadas. Dijo que en 2020 mataron a 220 y al menos 10 de ellas estuvieron desaparecidas. Además, 14 cuerpos no han sido reclamados.
Edición: Emilio Gómez
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