Jesús Hernández Martínez
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya
Martes 17 de abril, 2018
Con optimismo sumado a la buena intención de que el sur de Quintana Roo recupere en parte sus actividades económicas, el gobernador, Carlos Joaquín González, anunció oficialmente la semana antepasada la creación de un recinto fiscalizado; sin embargo, varios empresarios, de manera abierta o anónima, anticiparon que no será fácil que opere satisfactoriamente pues faltará capturar los mercados para los productos que vendería esa novedosa forma de impulsar el comercio.
Algunos incluso lo comparan con el Centro de Convenciones, un costosísimo pero amplio y moderno edificio construido a la vera de la bahía, a un costado de las instalaciones de la Universidad de Quintana Roo, que se utiliza para eventos políticos, ceremonias de graduación y otras reuniones que no son su objetivo pero, en Chetumal, nunca se ha realizado una convención.
El recinto fiscalizado es un viejo anuncio; el actual senador, Félix González Canto, lo incluyó como parte de sus promesas cuando aspiraba a la gubernatura del estado, que después ocupó cobijado por el PRI. Pese a que en campaña se incluyó en la abundante propaganda proselitista, durante su administración ya no se habló del proyecto.
Antes, cuando estaba por concluir el régimen de zona libre que colocó a Chetumal como la Meca de las importaciones durante las últimas décadas del siglo pasado, los empresarios dedicados a esas actividades, sugirieron insistentemente en la creación de un recinto fiscalizado, pero ni ellos ni el gobierno iniciaron los trámites. Por esas fechas se decía que, a un recinto fiscalizado se importarían mercancías terminadas o en partes, libres de impuestos, para mejorarlas, armarlas o ensamblarlas y venderlas al exterior o al interior del país ya con los respectivos gravámenes.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda federal, “el recinto fiscalizado es un lugar administrado por particulares donde el Servicio de Administración Tributaria otorga concesión para que los particulares presten los servicios de manejo, almacenaje y custodia de mercancías, en inmuebles ubicados dentro de los recintos fiscales, en cuyo caso se denominarán recintos fiscalizados concesionados. La concesión se otorga por licitación”.
El recinto fiscalizado local, como lo anunció hace unos días el gobernador, Carlos Joaquín González, se integrará al Programa de Desarrollo Urbano de Chetumal que incluye los poblados de Calderitas, Subteniente López, Huay-Pix y Xul-Ha. Ya iniciaron los primeros trabajos y cuando opere a toda su capacidad, para lo cual no se ha fijado un plazo, generará mil 800 empleos directos y mil indirectos, por lo que será el mayor generador de empleos después del gobierno del estado.
En el país ya operan recintos fiscalizados en San Luis Potosí; Altamira, Tamaulipas; Cd. Hidalgo, Chiapas; Cd. Juárez, Chihuahua; Monterrey, Nuevo León; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Guaymas, Sonora; Tijuana, Baja California.
El de Chetumal se anunció como “un gran detonante” para la reactivación económica; sin embargo, algunos empresarios todavía lo ven con indiferencia. La mayoría de los habitantes del sur hace votos para que sea exitoso.
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