Liliana Burgos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Jueves 1 2 de abril, 2018
Todos hablamos de fomento de lectura, pero en el discurso parece que toda actividad realizada en torno al libro se refiere a fomento. Julián Montesinos Ruiz nos dice que el fomento a la lectura busca actividades de comprensión inherentes a la peculiaridad de cada texto. Es una promoción de lectura continua que busca formar lectores.
El Programa Nacional de Salas de Lectura (PNSL) es un programa federal que capacita a mediadores de todos los estados del país. En Yucatán, contamos con voluntarios que se dedican a realizar préstamos de libros, actividades lúdicas relacionadas con el libro, actividades de promoción lectora y la labor más importante: el fomento de lectura en sus salas permanentes y de manera constante.
En la población de Maxcanú, situada a una hora de Mérida, Lucía Magaly Pech Canché tiene su sala de lectura llamada [i]Un pedacito de Maxcondo[/i], nombre que hace referencia a Macondo, pueblo maravilloso donde transcurre la novela [i]Cien años de soledad[/i] de Gabriel García Márquez.
La sala de lectura [i]Un pedacito de Maxcondo[/i] fue inaugurada en septiembre de 2016 y realiza una vez a la semana sesiones de fomento a la lectura con los niños. Desde pequeña soñó con tener una biblioteca propia, donde los libros no sólo estuvieran de adorno. Ella comenzó a los 12 años leyendo a sus vecinos cuentos sin saber que convertiría en mediadora de lectura.
La mediadora del PNSL, Lucia Pech Canché, comenzó leyendo cómics de Memín Pinguín y Kalimán, y la lectura se convertía en parte esencial de su vida. Actualmente fomenta la lectura en los niños de Maxcanú, dándoles libertad para que puedan hojear los libros que quieran; en palabras de Lucía: “cada niño se imagina un universo a través de la lectura, descubren otras realidades, y he comprobado que los niños sí leen; a veces son los papás que piensan que sus hijos se van a aburrir y se lo evitan, pero cuando un niño agarra un libro que le interesa, ya no quiere soltarlo, pero hay que saber cómo hacer que los niños lean y ahí la tarea del mediador de no obligarlo a leer lo que no quieren, y entonces ellos mismos se convertirán en unos pequeños grandes lectores”.
Los días de taller de la sala de lectura [i]Un pedacito de Maxcondo[/i] se realizan todos los jueves a las cinco de la tarde en la calle 13, por 20 y 22, en Maxcanú, dirigido a niños, pero cualquier persona que lo desee puede acudir cualquier día a realizar préstamo de libros.
Como menciona Juan Villoro en el video 20 años de lectura (PNSL) “necesitamos transmitir valores cívicos para crear país, para crear ciudadanía y la lectura es una extraordinaria transmisión de estos valores”, así que, vamos a Maxcanú a conocer [i]Un pedacito de Maxcondo[/i], vamos a las salas de lectura a conocer a nuestros mediadores y a conocer su labor de fomento de lectura.
[b]Liliana Burgos[/b]. Licenciada en literatura latinoamericana por la UADY. Ha trabajado como actriz en grupos independientes de teatro. Ha participado como locutora en Radio Universidad y Radio Educación del Mayab. Mediadora de lectura del Programa Nacional de Salas de Lectura en Yucatán. Gestor cultural en Leer por placer A.C.
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