Ángel Rivero Palomo
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Lunes 12 de marzo, 2018
Los acentos que escuchamos con el uso del lenguaje varían de acuerdo a regiones y a la historia de sus habitantes, su cosmovisión y la interacción con el mundo que definen en muchos sentidos la pertenencia social e identidad de los seres humanos. La investigadora de la Universidad de la Florida, Ze Wang, señala que las personas juzgamos a los demás, sin darnos cuenta, basándonos en sus acentos al escuchar sus primeras palabras.
Katherine Kinzler, de Cornell University, refiere que los acentos nos vinculan con nuestra identidad de una manera similar en que lo hacen el género y la raza. Los acentos similares a los nuestros nos dan más confianza porque nos resultan familiares. Conforme crecemos y somos más conscientes de los contextos sociales y la manera en que la educación nos ha definido, asimilamos los acentos para incluirlos en sistemas de valores para interactuar con los demás.
Muchas personas cambian su acento en el desarrollo de sus vidas en función de los lugares y experiencias que los han definido.
Los acentos en el uso del lenguaje pueden ser motivo de exclusión o de oportunidades, no solamente en países donde los esquemas sociales de igualdad no están plenamente desarrollados como en India, China, Latinoamérica, Rusia, sino en países como Alemania, Suiza, Reino Unido o Estados Unidos, en donde los acentos regionales versus los de las grandes ciudades compiten en confianza o exclusión, convirtiendo nuestras maneras de comunicarnos en formas de adaptación social y en herramientas de aspiración profesional y económica.
En México, el uso y acentuación al hablar el español tiene una variedad tan grande y diversa como la de los grupos étnicos que incorporaron su historia y tradiciones al idioma de Cervantes, que también es nuestro. Con el desarrollo de las ciudades y los procesos migratorios internos nacionales, internacionales, la globalización, la geografía, los nuevos retos del mundo, el desarrollo de la tecnología, la comunicación y el comercio, nuestros acentos se vuelven a mezclar y van moldeando una sociedad renaciente de manera continua en la manera y tonalidad de nuestra expresión.
Óscar Jaenada, actor catalán e intérprete de la película [i]Cantinflas[/i] (2014), basada en la vida del actor mexicano Mario Moreno (conocido por su capacidad histriónica para jugar con el lenguaje popular “a la mexicana” y transmitir fuertes mensajes de contenido social), es el mejor reflejo de la capacidad adaptativa lingu?ística de las personas. El ser humano tiene una capacidad de adaptación y evolución intelectual que son sumamente complejas y es precisamente el uso del lenguaje en donde se materializa esta capacidad. Nuestro acento define nuestros antecedentes, nuestras aspiraciones y también nuestra naturaleza.
[b]@ariveropalomo[/b]
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