La Jornada Maya
Foto: Twitter @GobiernoMX
Lunes 16 de septiembre, 2019
La primera ceremonia del Grito de Independencia de AMLO como presidente constitucional generó expectativas entre quienes lo han apoyado a lo largo de su carrera política, pero también entre sus adversarios, que siguen cada movimiento suyo en espera que dé un paso en falso y así lanzar sus críticas para justificar que "estábamos mejor antes de López Obrador".
La austeridad es el sello en el mandato del tabasqueño y justo esperábamos un acto sencillo, aunque no por ello falto de solemnidad. Sin embargo, sorprendió por la sobriedad en el protocolo.
Tradicionalmente la arenga que realizan los gobernantes para conmemorar el Grito de Dolores rememora a figuras históricas como Hidalgo y Morelos, seguido de tres "Viva México". En esta ocasión, López Obrador impuso nuevas formas al evocar a las madres y los padres que nos dieron patria, los héroes anónimos, a las comunidades indígenas, a la fraternidad universal y a la grandeza cultural de México.
Como secretaria de Gobierno, Olga Sánchez Cordero fue la encargada de dar el Grito en el pueblo de Dolores. Este acto también es evidencia de las nuevas formas que impone la 4T, pues se trata de la primera ocasión en la que una mujer rememora la arenga independentista en ese preciso lugar, donde en 1810 Miguel Hidalgo alentara a jornaleros y mineros contra "el mal gobierno".
En la península de Yucatán, como en el resto del país, parece ser muy pronto para adoptar las nuevas formas del gobierno federal en cuanto a los protocolos en este tipo de actos: en Yucatán, Mauricio Vila lanzó el Grito por primera vez como gobernador; en Campeche, los asistentes se deleitaron con las recientemente inauguradas fuentes danzarinas; mientras que en Quintana Roo, Carlos Joaquín González arengó con 17 vivas para después entonar el himno del estado. Nada fuera de lo acostumbrado.
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La ofensiva fue en respuesta al misil balístico lanzado por los hutíes hace dos días
Efe
Durante dicho mes se recolectaron aproximadamente 300 toneladas de la macroalga
Miguel Améndola