La (re)significación del objeto en Luna y Sanccini

Johanna Martín Mardones*
Foto: Cortesía
La Jornada Maya

Viernes 26 de abril, 2019

[i]Derivados Lito-mecánicos[/i] de José Hernández Luna y [i]Oxido + Luz Nostalgia[/i] de Alejandro Sanccini son dos propuestas artísticas de carácter conceptual que mantienen en su esqueleto estructural el (des)arme como acción de un proceso mayor constructivo que edifica un nuevo orden para armarlo bajo otra representación, otra lógica que involucra el mundo de las emociones: melancolía, nostalgia, añoranza, por citar algunas. La mirada se fija en el paso del tiempo, la obsolescencia y degradación de los objetos, el residuo es resabio de lo que fue, en cuyo proceso la memoria episódica jugará un papel fundamental. La reflexión que planteo, del trabajo de ambos artistas, privilegia un conjunto de obras que se exponen, conjuntamente, en las salas del Centro Cultural la Cúpula.

El nuevo objeto al que se da forma, en ambas propuestas, nace de la toma de consciencia de lo que nos rodea, aquello con lo que convivimos de manera natural y cotidiana y que desaparecerá o simplemente dejará de tener el sentido por el que fue concebido, es decir, somos consciente de una especie de tránsito, el deceso, la muerte de la función del objeto, más no de su propósito. La recuperación de un objeto en (des)uso (muerto) o el rescate del desecho objetual es lo que (re)vive y da sentido a aquello que ha muerto (en apariencia) y lo que permite su permanencia en el tiempo, proceso que podríamos llamar, asomándonos a las ideas del artista, la dinámica del juego (hacer algo con alegría), [i]Corpus Ludens[/i] para usar palabras de Hernández Luna, que podría traducirse como “el cuerpo que juega”; y, a su vez, es lo que da valor-propósito al objeto más allá de su mera construcción física, otorgándole un nuevo sentido, transformando al objeto en cuerpo (Corpus). Este acto de recuperación-rescate carga de emoción al objeto, ahora corpus, sin que necesitemos, en este hacer con emoción, que recupere su función originaria. El valor, ahora, está puesto en la relación afectiva que nos acerca de manera única-lúdica al corpus, dada la cercanía y la experiencia vivida con él. Es su presencia en el tiempo, recuperada por un proceso que realiza la memoria episódica, lo que (re)significa al objeto en el escenario conceptual del arte. Es por eso que Sanccini, refiriéndose al montaje que nos presenta “Óxido + Luz”, escribe “serie que de fondo trata más de su defecto que de una virtud” porque el defecto, propio en la conducta humana, humaniza al objeto despojándolo de su funcionalidad perfecta, transformándolo en corpus de las emociones en un nuevo escenario que, necesariamente, deberá prescindir de esa condición. La perfección del corpus está dada por la persistencia de la emoción (biográfica) que acompaña a los objetos con los que nos relacionamos a lo largo de nuestra vida y eso no, necesariamente, tiene que ver con sus funciones originarias (persistencia temporal). Por eso el óxido como material y, especialmente, como concepto está presente en su obra, recurso activo en sus corpus-objetos que reflexionan sobre el paso del tiempo; y la luz, también necesaria en su propuesta, ilumina aquello que ha muerto, lo enfoca y lo rescata bajo esta luminosa mirada.

Del mismo modo tenemos a Hernández Luna reflexionando sobre su relación con el trabajo mecánico automotriz de su padre (vínculo emocional), labor con la que convivió en la observancia de cómo los materiales se van deteriorando y la necesidad de (re)significarlos, partiendo de su naturaleza primaria, para otorgarles, en esta (re)significación, un valor simbólico atemporal (memoria episódica) que, seguramente, tiene su origen con la práctica del ready-made al que alude bajo el título “Objeto A-temporal” que admite el cruce entre la arquitectura, la litografía y la escultura ensamblado en el término lito-escultura para denotar cómo la memoria (recuerdos biográficos) va relacionando elementos disímiles, que abarcan distintos tiempos en un sustrato común, representados bajo el nombre “Derivados lito-mecánicos” con el que da forma general a su propuesta.

El trabajo que proponen los artistas no recupera el objeto del pasado, sino las emociones- el cuerpo-la carne-el alma de ese pasado a través de la reconstrucción-armazón-invención del objeto concediéndole un valor simbólico en un nuevo corpus fisionómico. La idea se potencia cuando Sanccini, bajo el título “Óxido+Luz” incorpora, bajo estos dos términos, la palabra “Nostalgia”, asumiendo al sentimiento como sostenedor de la fusión (óxido + luz = cuerpo) pensado para dar forma a un corpus al que se le atribuye otro sentido. El concepto “Nostalgia” adquiere un valor simbólico en la huella que las cosas y los objetos depositan en su interacción con el sujeto (vínculo emocional) y la carga existencial que se (des)teje sobre el ser humano.

En ambos casos, los artistas despliegan elaborados cuerpos con importantes implicancias del encuentro entre el concepto y la imagen, dado que los procesos que se desdoblan constituyen notables provocaciones del devenir del objeto en corpus, que involucra un discurso filosófico no sólo de la cosa que se analiza y sus procesos en el tiempo, sino del devenir del hombre en su relación con ellas.

*Investigadora y Crítica de Arte.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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