El lesbianismo bello y fuerte sobre el escenario

Katia Rejón
Foto: Facebook Máquina Mundo L
La Jornada Maya

Miércoles 30 de enero, 2019

La actriz Liliana HeSant dio su última función, al menos por un tiempo, de la puesta en escena [i]Máquina Mundo L[/i] de las compañías Convoy Teatro (Mérida) y Argot Teatro (Campeche) este 27 de enero en el teatro Casa Tanicho, antes de irse a Argentina para cursar una maestría en teatro.

Liliana Hernández Santibañez trabajó un tiempo en el teatro La Rendija y sus actuaciones en obras como [i]El Siglo de las Mujeres[/i], [i]Tío Vania 1920[/i] o [i]Never More[/i] y otras manías dejan ver que es una actriz recia y con una postura política muy clara. Sin embargo, [i]Máquina Mundo L[/i] es una puesta en escena bastante más personal y que, posiblemente conlleva desafíos diferentes.

En una entrevista anterior, Rosa Márquez, coproductora de esta obra estrenada en el Centro Cultural Olimpo a finales de octubre, comentaba sobre la importancia de visibilizar a las lesbianas y ofrecer información sobre este panorama. De entrada, [i]Máquina Mundo L[/i] es la primera obra en Yucatán que habla sobre las lesbianas desde una postura política, presentada en un teatro, con difusión mediática (aunque todavía con reservas) e incluso fondos municipales y estatales.

Es una propuesta arriesgada porque combina formatos al mismo tiempo que introduce un nuevo género en el escenario: la ciencia ficción feminista. L es una máquina “programada por el hombre”, cuyo destino es simplemente incubar la memoria de éste como un guiño al papel “primordial” de la mujer como madre. L se enamora de otra máquina y cuenta una historia de opresión en un monólogo que es interrumpido para introducir otro formato más parecido al stand up.

No quiero demeritar estas intervenciones porque en realidad fueron mis partes favoritas. Los datos duros, las experiencias personales, la interacción con el público a través de preguntas personales como: ¿quiénes son lesbianas?, ¿te da miedo el futuro? o ¿te quieres casar? aterrizan la propuesta ficcional a la realidad política de Yucatán.

Los recursos visuales ayudan a unificar los momentos en los que se rompe y se vuelve a armar la cuarta pared, la que separa al personaje del público, complementan las historia y crean una atmósfera que coincide con la propuesta.

Una de las cosas que considero mucho más importantes que el mérito estético o técnico de una obra es la capacidad de conectar con el público para generar reflexiones a partir de lo presentado. La mujer que se sentó junto a mí se limpió las lágrimas cuando acabó la obra y a mí me sembró profundamente en la memoria el dato sobre la falta de estadísticas de crímenes de odio a las mujeres lesbianas. Así como la pérdida de la poesía en las palabras: lesbiana, lesbianismo, aunque tanto su fonética como su historia sean bellas.

Liliana HeSant se va, además, a un país cuyo movimiento feminista es de los más activos y diversos de América Latina. Las personas involucradas en el montaje María José Pasos, Rosa Márquez, Diana Bayardo y Mariano Olivera prometieron seguir trabajando a la distancia este montaje, para volverlo a presentar un día en el futuro; ojalá sea un futuro más entusiasta, y con menos miedo para las mujeres máquina que el de hoy.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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