Cómo educar...

Jesús Hernández Martínez
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Lunes 14 de enero, 2019

La revocación de la Reforma Educativa que a finales del año pasado oficializó el Presidente Andrés Manuel López Obrador no da luz inmediata a los profesores mexicanos; más bien crea un clima de incertidumbre y, sobre todo, la pregunta del millón: ¿cuáles serán ahora las modalidades de la enseñanza-aprendizaje y qué tan buenos serán sus resultados respecto a los actuales?

La posición de los mentores quintanarroenses no es diferente a la de sus colegas del resto del país pues la Reforma Educativa intentó abarcar toda la República con diferentes condiciones, aceptación, rechazo y mucha inconformidad más con tintes de oposición política que educativos.

Al conocer la decisión del jefe del ejecutivo federal, las autoridades locales del ramo anticiparon que en las escuelas de la entidad de todos los niveles los profesores continuarán sus labores apegados a los programas que, en realidad, en la práctica siguen vigentes. Los programas no pueden cambiar de un día a otro, sobre todo en estructuras sociales como lo es la educación, la columna vertebral del desarrollo del país.

Sin embargo, para la mayoría de los profesores quintanarroenses muchas preguntas quedan en el aire: ¿hacia qué ideología se inclinará la próxima reforma educativa? ¿Qué participación real tendrán los padres de familia que en la mayoría de los casos dejan la carga de la educación a los mentores? ¿De dónde saldrán los recursos para algunos gastos de los planteles escolares que en la actualidad se obtienen de las cuotas que los padres de familia son reacios a pagar y la SEP no los proporciona? Y muchas otras interrogativas, como la posible desaparición de los sindicatos de los trabajadores de la educación.

Quienes estarán que trinan de coraje e impotencia son los propietarios de las seis o siete empresas editoriales que elaboraron grandes cantidades de libros de texto, principalmente para la educación media superior, pues de los de educación primaria y secundaria se encargó la SEP, de acuerdo con los programas que, con la revocación de la anterior Reforma Educativa se volvieron obsoletos. La mayoría de esas casas editoriales tienen sus sedes en la ciudad de México pero distribuían sus libros en todo el país. En Quintana Roo algunas siguen vendiendo sus libros y otras están en espera de los nuevos planes.

Los enterados saben que la revocada Reforma Educativa giraba en torno del, supuestamente autónomo, Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) que se encargó de realizar la evaluación de los maestros, y que también ya desapareció.

Como los de todo el país, la mayoría de los docentes locales –no todos pues los trabajos avanzaban por etapas y zonas- fue evaluada y aprobó casi en su totalidad. A quienes reprobaron se les ofrecían otras oportunidades que ya no llegaron. Las evaluaciones fueron exhaustivas pero a los mentores la propia SEP y otras instituciones les ofrecieron cursos de capacitación, que en muchos casos eran ajenos al perfil de los mentores y, en la práctica, fue un reto que la mayoría aceptó. En Quintana Roo muy pocos no quisieron someterse a la evaluación y fueron separados de sus puestos de trabajo; éstos aún no saben si serán reincorporados a sus plazas.

Sin defender ni denostar en contra de las anteriores autoridades, los profesores de Quintana Roo creen que no toda la Reforma Educativa fue equivocada. Con mucha renuencia por parte de los afectados logró que los maestros no ocuparan más de dos plazas o que laboraran más de 40 horas a la semana. De estos casos todavía de vez en cuando se sabe de alguno, lo que prueba que no se eliminó la ilegal práctica totalmente.

Los resultados de la evaluación sirvieron cuando menos por un tiempo para promover a los profesores hacia puestos directivos o ascenso en las diferentes categorías así como para ingresar al servicio docente de quienes, sin ser docentes pero sí universitarios, planeaban dedicarse a la educación. Pero la Reforma Educativa tuvo otros objetivos, no logrados, como una mayor participación en la educación de sus hijos de los padres de familia e incluso la prohibición de la venta de alimentos chatarra en las escuelas.

Este es el panorama actual del personal que se dedica a la educación en Quintana Roo: relativa incertidumbre pero trabajando de acuerdo con los programas disponibles. Los enterados de la actividad saben de la importancia de la educación y que ningún cambio posterior será drástico, Las modalidades que puedan adoptarse se concretarán paulatinamente. Los mentores locales esperan que todo cambio sea para mejorar.

*Profesor de Educación Media Superior

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