de

del

Francisco J. Hernández y Puente
Rubén Torres Martínez
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Lunes 6 de noviembre, 2017

Eventualmente fue en la Navidad de 2012 cuando el consumo de carne de cerdo en México rebasó por primera vez al de carne de res. Desde entonces los mexicanos gustamos cada vez más de este alimento. Y no es que le hagamos el feo a un buen corte de carne de res, el punto es que la carne de cerdo es más asequible para nuestros bolsillos y, por ello, además de su delicioso sabor, no es nada despreciable un buen taco de costilla de puerco frente a uno de arrachera.

Nuestro país dejó de ser autosuficiente en la producción de puerco desde que inició la década de los noventa, debido al crecimiento de la demanda interna que casi duplicaba (3.8 por ciento de 1990 a 2012) el de la producción interna (2 por ciento en el mismo periodo). Fue entonces que empezamos a importar. Ese crecimiento de la demanda ha sido impulsado, paradójicamente desde esos años, por los menores ingresos de la población, particularmente entre la población urbana, por la mayor disponibilidad de productos de cerdo y como efecto de nuestra adhesión al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

De ahí y hasta hoy, el consumo y la producción nacional de carne de puerco vienen creciendo moderada pero persistentemente, en consonancia con lo que ocurre a nivel internacional. Hoy México está inserto en el mercado global del cerdo como protagonista principal. Es un importante productor, consumidor, exportador e importador y, debido a la apertura comercial, ahora forma parte de la industria mundial de este producto. Las grandes empresas tecnificadas también son parte de consorcios internacionales que abastecen a Estados Unidos y tienen conexiones con el mercado más grande del mundo que es China.

En la estructura del mercado global de este producto participan en proporciones muy parecidas prácticamente los mismos países, tanto por el lado de los consumidores, como de los productores. De acuerdo con lo que se reporta en el Panorama Agroalimentario 2017, elaborado por la Dirección de Investigación y Evaluación Económica Sectorial del Fideicomiso Instituido en Relación con la Agricultura (FIRA) del Banco de México, en este año, -continuando con una tendencia de crecimiento moderado-, el consumo de carne de cerdo en el mundo ascenderá a 110.7 millones de toneladas, de las cuales aproximadamente el 86 por ciento serán consumidas en tres países: en China (56 por ciento), país en el que la demanda por este producto ha aumentado más, debido, entre otras razones, al crecimiento poblacional, a los efectos negativos de la influenza aviar y las restricciones comerciales en la genética de alta calidad para la avicultura.

La Unión Europea (20 por ciento) y Estados Unidos (9.8 por ciento) ocupan el segundo y tercer lugar como consumidores, Rusia y Brasil se ubican en la cuarta y quinta posición en el consumo mundial de carne de cerdo, con participaciones de 2.9 y 2.6 por ciento, respectivamente. Por su parte, México se ubica en el octavo sitio, con una participación de 2.1 por ciento en el consumo mundial, después de Vietnam y Japón.

Por el lado de la oferta, y de acuerdo con estimaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) citado en el reporte del FIRA, se estima que la producción de cerdo en 2017 cierre en un máximo histórico de 111.0 millones de toneladas, de las cuales el 83.4 por ciento corresponderá a los principales cuatro productores; China, la Unión Europea, Estados Unidos y Brasil. México ocupa la novena posición, con una participación del 1.3 por ciento en la producción mundial de este tipo de carne, con 1.4 millones de toneladas.

En lo referente a las transacciones entre países, casi el 8 por ciento de la producción mundial de carne de cerdo se comercializará en los mercados internacionales, y los principales exportadores son los miembros de la Unión Europea, además de Estados Unidos, Canadá y Brasil, que en conjunto concentran el 92.6 por ciento de las exportaciones mundiales. China no es exportador y en cambio es el más grande importador del producto en el mercado global (casi la tercera parte de las compras mundiales), y sus principales proveedores son la Unión Europea y Estados Unidos. Le siguen como principales importadores Japón (15.9 por ciento) y México (12.6 por ciento).

Sin duda, la dinámica del mercado mundial de este producto se explica porque el precio de la carne de puerco es más bajo que el del pollo y que el de la res. Según el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), este comportamiento de los precios ha estado presente desde 2009, con lo que se ha favorecido su consumo a escala internacional.

De acuerdo con el estudio que hemos citado, en México la carne de cerdo es hoy una alternativa de menor costo para el consumo, en comparación con la carne de bovino, y más aún, su precio es competitivo con la carne de ave. Además, dice el documento, en virtud de que los consumidores son cada vez más conscientes de que los sistemas de producción de cerdos son tan confiables como los de la carne de bovino y de aves de corral, la carne de cerdo sigue ganando la confianza de los consumidores como una fuente sana de proteínas. Si a ello agregamos lo que está ocurriendo en el mercado mundial, lógicamente que hay incentivos para la inversión en esta actividad.

Durante los últimos 10 años, el consumo por persona de carne de puerco ha crecido a un ritmo mayor que el de la carne de ave y que la carne de bovino. En la actualidad el consumo per cápita del primero es de 19 kilos por persona al año; el de ave de 33.4 y el de res de 14.8 kilos por persona. Lo que ha ocurrido en este período con los precios del mercado se ha significado en que hoy los procesadores de carne toman decisiones de producción (tipo de carne a utilizar en sus productos) considerando la relación de precios relativos de la carne de cerdo y otras carnes para elaborar productos derivados como salchichas y jamón, entre otros.

Es así que la producción de carne de cerdo ha venido creciendo sistemáticamente durante los últimos diez años y lo seguirá haciendo en el futuro. A la fecha, México produce 1.43 millones de toneladas anuales, de las cuales casi el 80 por ciento se concentra en seis entidades del país: Jalisco (20.7 por ciento del total nacional), Sonora (17.3 por ciento), Puebla (11.9 por ciento), Yucatán (9.8 por ciento), Veracruz (8.8 por ciento) y Guanajuato (8.1 por ciento).

De acuerdo con el USDA, citado en el estudio del FIRA, “el sector porcino mexicano se está consolidando a través de la integración vertical en las granjas comerciales. La producción de cerdos continúa creciendo gracias al mejoramiento de la bioseguridad y la genética…..Los productores más grandes están integrados verticalmente desde la inseminación artificial hasta las plantas de procesamiento de alimentos, las instalaciones de sacrificio y las tiendas minoristas para la venta de su producto. La sostenibilidad es una alta prioridad para los productores comerciales, y muchos han construido biodigestores. En Yucatán, debido a su bioseguridad natural como península y a medidas estrictas de bioseguridad, se ha mantenido libre de diarrea epidémica porcina y en los últimos cinco años ha presentado un importante crecimiento en la producción de cerdos.”

Como ya lo ha señalado [i]La Jornada Maya[/i], la producción de cerdos forma parte de la estrategia económica impulsada durante la presente administración y adquiere cada vez más importancia, tanto para el mercado mexicano como para el internacional. El valor de la producción asciende a 5 mil 500 millones de pesos; al cierre de 2016 existían más de 600 granjas porcícolas en Yucatán y la porcicultura estatal ocupa el primer lugar a nivel nacional en productividad y competitividad.

Grupo Porcícola Mexicano (Kekén), uno de los inversionistas más importantes del sector, ha programado inversiones por más de 9 mil millones de pesos en la entidad, con una ejecución a la fecha del 50 por ciento. Una parte de la producción de las granjas del grupo se destina al mercado de exportación en países como Japón, Corea del Sur, Estados Unidos, Canadá y China, así como al mercado nacional en los diversos segmentos de consumo.

La compatibilidad entre la producción porcícola en Yucatán y el respeto al medio ambiente y a los derechos comunitarios, sólo debe apegarse al estado de derecho que norma estas relaciones. Así debe ocurrir en el caso de la industria porcícola, y en el caso de toda actividad económica en la entidad. Autoridades, comuneros, empresarios: ¡no nos hagamos bolas!

[b][email protected][/b]


Lo más reciente

Reprimen protesta contra Israel en una graduación en Michigan

En Princeton, 14 alumnos comienzaron una huelga de hambre

La Jornada

Reprimen protesta contra Israel en una graduación en Michigan

Mexicanos laboran más horas, pero no se refleja en su aportación al PIB

Duplican el tiempo de trabajo de potencias mundiales como Estados Unidos y Canadá

La Jornada

Mexicanos laboran más horas, pero no se refleja en su aportación al PIB

Arranca este lunes la inédita votación anticipada de reos en prisión preventiva; Yucatán no participará

En la lista para ejercer este derecho, 34 mil 393 ciudadanos en total

La Jornada

Arranca este lunes la inédita votación anticipada de reos en prisión preventiva; Yucatán no participará

Denuncia ataque a su casa candidato panista a gubernatura de Puebla

Eduardo Rivera Pérez, abanderado de la coalición Mejor Rumbo, suspendió sus actividades de campaña

La Jornada

Denuncia ataque a su casa candidato panista a gubernatura de Puebla