Texto y foto: Katia Rejón
La Jornada Maya
Martes 01 de agosto, 2017
[i]Me deprime divertirme[/i], exposición de Carlos Dzul, se inauguró el sábado 29 de julio en el Centro Cultural El Colibrí. Además de dicha exposición Carlos Dzul presentó una colección de los [i]Temores Paranoicos[/i], cuya introducción fue escrita por el artista Sergio Neri y maquilada por el Colectivo Soslal.
Dzul, mejor conocido como Changos Perros, es un escritor y monero de Tabasco que actualmente vive en Mérida. Retrata a través de distintas disciplinas un mismo mundo, el de lo absurdo y lo cotidiano. La muestra inaugurada ayer está compuesta por 14 piezas en acrílico sobre cartón reciclado y conserva el humor negro, así como el estilo descuidado de todas las historias visuales y narrativas del artista.
Sin hoja de sala, discurso oficial, ni fichas técnicas, la exposición transcurrió de manera informal y divertida. Dos cualidades evidentes en la obra del artista tabasqueño. Podría parecer descuidado, pero los que conocemos a Carlos sabemos que se trata más bien de conservar la naturalidad, de no forzar o seguir un protocolo que le es ajeno. Cuando llevó la obra tuve que llamarle para saber cuál de los dos lados iba a exponer porque había reciclado el papel y cualquiera de los dos hubiera podido exhibirse. Él hace monos divertidos y a la gente le gusta, entonces realiza playeras, fanzines, cuadros para vender y seguir dibujando. Ahí parece terminar todo el plan.
Con más de 53 mil seguidores en Facebook, admiradores en todo México que compran sus obras en línea y la popularidad de sus [i]Temores Paranoicos[/i] que se comparten más de 600 veces en las redes sociales, es difícil entender por qué sólo amigos cercanos y algunos admiradores o interesados en el arte asistieron a la exposición de anoche. “Es una fama virtual”, dice Dzul en broma.
Pero no lo es del todo. La primera vez que [i]Changos Perros[/i] expuso en El Colibrí fue con una colección de diez obras de tinta china enmarcadas. Se llamó Diez animales que escucharon música, era una serie de dibujos de personajes híbridos con características humanas y animales, con referencias a ciertos estilos musicales. Dos semanas después de su inauguración, un restaurantero de la Ciudad de México la compró toda. Sin conocer al artista, se llevó diez piezas que le parecieron adornarían muy bien su restaurante.
Su trabajo como Changos Perros ha sido definido como "un juego con la estética de lo grotesco", según Enrique Urbina en la revista [i]Tierra adentro[/i]. Por otro lado, su estilo narrativo coincide con las historias de crisis, estrés y lo absurdo de la sociedad. El espectador puede sentirse identificado e incómodo al mismo tiempo. La narrativa gráfica de Changos Perros puede sostenerse en la estructura normal, cotidiana y al mismo tiempo evocar la locura.
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