Felipe Escalante Tió
Foto: Israel Mijares
La Jornada Maya
Viernes 21 de julio, 2017
La cocina es tal vez el único lugar en el que conviven, y se necesitan, el sistema métrico decimal y el inglés. Sólo así es posible explicarse cómo en una receta las cantidades se refieren en kilogramos y onzas a la vez.
En el caso de Chichí Lupe, lo anterior ocurre en buena parte de sus recetas de postres, lo que en realidad significa que en el tiempo que estudió repostería no era mal visto recurrir a más de un sistema de medición. Lo más probable es que también los instrumentos disponibles no tuvieran graduación doble, como vemos ahora incluso en los biberones para bebés o la jarra de plástico más simple.
En esta ocasión, encontramos una receta de un postre muy casero, un púding o, castellanizado, budín de chayotes.
El chayote es un vegetal con diferentes valoraciones culturales como alimento. En la península yucateca domina la variedad sin espinas, mientras que ésta se encuentra en el centro del país, quien los conoce, no necesita explicación a la frase “pariendo chayotes” como referencia a un momento difícil; pero si vamos a un análisis de las connotaciones de la palabra chayote, nos olvidamos de la cocina.
Los yucatecos empleamos el chayote en varios guisos, particularmente potajes y el consabido puchero. Sin embargo, hay lugares de México en los que se le considera alimento para animales, no para consumo humano. En cuanto al púding de [i]Chichí Lupe[/i], vemos que se trata de un aprovechamiento muy distinto al que impera en el gusto de hoy, por lo que muy probablemente estamos de nuevo ofreciendo la recuperación de un platillo de la cocina yucateca.
¡Provecho!
[b]Púding de chayotes[/b]
Para 6 chayotes regulares, ¼ kilo de harina, ¼ kilo de azúcar, 4 huevos, 4 onzas de mantequilla, 2 onzas de manteca y un chorrito de vainilla ó de vino jerez. Se sancochan los chayotes bien sazones y cuando estén bien fríos se les quitan las cáscaras y las partes duras se deshacen muy bien, se agregan los ingredientes indicados, se pone en el depósito y se cuece á baño María. Luego se adorna con almendras y pasas.
Si al pelar los chayotes se ve que son muy acuosos, se les exprime en un olán.
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