de

del

Edith González Fuentes
Foto: Fabrizio León Diez
La Jornada Maya

Miércoles 10 de mayo, 2017


Hola, yo soy Edith, hija de Efraín y Ofelia, hermana de Víctor Manuel, esposa de Lorenzo, tía de Ukumé y madre de Constanza.

Soy actriz por vocación, pasión y necesidad. Soy, porque me permito ser, un ser vivo que se ama, que ha viajado por el mundo desde una célula que definió mi sexualidad y así, por un simple capricho de la naturaleza mis 46 cromosomas, por la configuración de estos, salió mi rifa ganadora a dos equis; el sexo femenino.

Como diría Carl Sagan, soy polvo de estrellas y de esto habla el hierro de mi sangre, el calcio de mis huesos y el carbono de mi cerebro. Soy mujer madre, hija, hermana, ciudadana, partidaria, mexicana y universal. Soy la suma de mis tiempos, de mis hermanas, amigas, madres, abuelas, choznas, antepasados, de todas las mujeres que me habitan.

Soy libre y soy esclava, como tú, como cualquiera, como él, como todos. Habito el planeta tierra en el siglo XXI. Mi historia, como la de nuestro género se escribe en el agua. Hemos librado muchas batallas para descubrir que somos fortaleza, entrega y tolerancia. Pocos libros describen nuestra historia originaria, en los principales capítulos de nuestra raza y especie.

Somos el 51 por ciento de la población y aquí estamos, recordándole a la otra mitad de la humanidad que existimos y valemos, que no hace falta que nos dediquen un día o un mes, con darnos un trato digno basta y sobra, con hablarnos como pares y caminando hombro con hombro cambiaríamos muchos estereotipos.

Debajo de un huipil, una burka, un turbante, un uniforme o un vestido de algún aparador, somos la misma. Somos mujeres, dignas, de pie y en la búsqueda incansable de superación.

Soy mujer pensante y contradictoria, como todas, como Paula mi madre indígena que me enseñó cuán bella puede ser una carcajada, de quien aprendí la máxima mexicana: "Donde come uno, comen dos".

Soy caprichosa como Ofelia, mi madre, la que me parió, la que me hizo con paciencia en su vientre y de quien he aprendido que la vida termina siendo algo que no vale la pena tomarse en serio.

Soy trabajadora, lo hago desde los 5 años; mi infancia se llenó de personajes que transitaban de Víctor Hugo a Pirandello, de Chéjov a Fernanda Villeli.

Mis risas, juegos y anhelos infantiles fueron compartidos con camarógrafos, tramoyistas, vestuaristas y productores. Jornadas laborales de 15 a18 horas, felices, con sueño (mucho) pero felizmente niña trabajadora. No perdí mi infancia por ello, gané la posibilidad de labrarme un mejor futuro; un futuro que se les niega a miles de niñas trabajadoras también, pero explotadas, subalimentadas por generaciones. Niñas objeto, niñas maltratadas, chiquitas abandonadas, no por falta de amor, sino por la necesidad de salir a delante. Sus madres, muchas de ellas, han sido incorporadas a las fuerzas laborales sin consideraciones o reglas. Niñas que serán madres de niñas a los 11 o 12 años, que a su vez repetirán la historia. Una historia de hipocresías, pues no valemos lo mismo.

Los bajos salarios con una alta inflación, configuran lo que se ha dado en llamar la nueva esclavitud, de la que la mujer es principal protagonista.

Gracias a valientes como Elvia Carrillo Puerto hoy podemos votar, se nos asignan cuotas partidarias (cuotas que desde el sexenio de José López Portillo no han rebasado más de tres secretarías dirigidas por mujeres por sexenio) y seremos herederas de las empresas de nuestros padres, sólo ante la falta de un hijo varón. Nuestra historia también se escribe con sangre escarlata, cuando menstruamos, cuando parimos, cuando defendemos nuestros hijos. Cuando nos atrevemos a hablar fuerte y no ser dóciles.

Soy fortuna, pues mi vientre es fuente de vida y es esta misma hazaña la que me tiende frente a un comal o un departamento de lujo, a atender niños. Paradoja de la vida. Somos luna, somos sol. Somos herederas de la Coatlicue, de Guadalupe-Tonantzin y Sor Juana, también de la mazahua, de la criolla y la mestiza. Somos valkirias y somos abnegadas.

Somos responsables de las generaciones que formamos, no bastan las caridades, no alcanzan en una sociedad (y se tiene que decir hasta la saciedad) en que el 1 por ciento de la población acapara la riqueza del otro 99 por ciento. Somos responsables de educar, amar, y transmitir valores a las nuevas generaciones. También tenemos que alimentarlas y darles techo, pues los hogares con mujeres cabeza de familia se multiplican.

Somos egoísmo, pues en el don divino de la maternidad nos volvemos madres biológicas, mas no universales. Ser madre de uno significaría ser madre de todos. Sólo así entiendo la maternidad, como este círculo del eterno femenino. Somos Lilith, la demoníaca, símbolo del mal por ser dueña de su erotismo, que fue desterrada de las escrituras al pretender ser protagonista de la historia. Y somos Eva, esa pusilánime a quien se le culpa de comer la manzana del pecado.

Soy la envidia del hombre, pues mi sexo es infinito, atemporal. La seducción como la máxima expresión del ritual femenino es permanente, y lo masculino es sexual, es finito. En el goce y en la seducción la suerte nunca está echada. Soy caricia y soy consuelo, soy puta y soy divina.

Somos todo y, sin embargo, no somos más que mujeres enfrentadas a retos inmensos en una era de robotización, redes e información instantánea donde hacen falta dos ovarios bien puestos para exigir equidad de género. Una época en la que todavía hace falta un hombre de la casa. Como Nahui Ollin, me rebelo a mi destino manifiesto y veo con entusiasmo que esto ya no representa un reto.

Hoy la Generación z, esa que no logran entender los mercadólogos, por joven e incipiente, impone nuevas reglas. Contrario a los famosos millenials no se exponen en las redes, prefieren el uso de snapchat al facebook, de secret o whisper a twitter, suben imágenes que desaparecerán casi instantáneamente. Saben y entienden las consecuencias de la sobreexposición en las redes. Usan sus herramientas y se mantienen informados. Son conscientes de su branding personal.

Soy mujer esperanza, pues como Generación X crió a un crío de la Generación Z, la que ya nace con el smartphone, pero también con la conciencia del calentamiento global; no como mito, sino como realidad tangible. De nosotras depende que sus ideales crezcan, maduren y se transformen en propuestas.

Soy mujer conciencia, pues estos nuevos seres han nacido en la certeza de lo incierto, del drama de las Torres Gemelas, de la quiebra financiera del 2008 a la Primavera Árabe, al triste conocimiento de saber que en México seis mujeres son asesinadas cada día, por el simple hecho de serlo.

Somos, diosas de un Olimpo donde no transitan las mujeres. Hoy las calles están desiertas por inseguridad.

Mas nuestra Generación z entiende los derechos individuales y de pareja, no como hechos políticos controversiales, sino como derechos constitucionales. Somos responsables de encauzar una generación que entiende y cuestiona el quehacer del bully mayor que está sentado en la oficina Oval y se pregunta: ¿Dónde han estado los padres de esos niños que se drogan? ¿Por qué un migrante es acusado por creer en otra religión?

Somos creadoras, tradición, comedia y tragedia. En mi escenario imagino a Cossette y Fantine, jugando y riendo sin tener que huir o esconderse. Veo a Jacinta, Teresa y Alberta, libres sin 4 años de cárcel tatuados en el alma, bellas, altivas regias indias dignas, placeándose en su pueblo. Veo a Sor Juana escribiendo ideas y pasiones abiertas al viento, sin los grilletes mentales de las CENTEs o los SENTEs.

Ahí está Varka del El enemigo, de Chejov, la niña explotada que por fin puede dormir, la veo sonreír libre al fin de sometimiento, y su sonrisa me abraza el alma, este es mi cuento. Ésta es la historia que deseo para todas nosotras, libres en equidad, amorosas y solidarias.

La lucha de las féminas ha sido difícil y lenta, mas tiene frutos. Hoy la mujer participa en la vida activa en todos los ámbitos, desde deportivos, hasta empresariales o políticos. Hoy no sólo somos secretarias, maestras o actrices. Hoy somos obreras, albañiles, carpinteras, empresarias, políticas, científicas o artistas. Lo emprendido no ha sido en vano.

Mas no suficiente. No lo será. No reclamo: actúo. No me culpo: me hago responsable. No me quejo: propongo.

Hoy les propongo que volemos juntas hacia la libertad, que dejemos las cadenas que hemos aceptado de prejuicios, inseguridades y recatos ficticios.

Enfrentamos el reto de un machismo soterrado, engañoso y demagógico. Nuestra meta la cumpliremos cuando en lugar de festejar un día a la mujer, festejemos juntos, hombres y mujeres, la alegría de ser humanos.

Féminas, al fin y al cabo, todas somos aventureras, pues cada una de nosotras ha estudiado, bailado, reído, gozado, llorado, amado al ritmo de un mariachi o una buena cumbia. Y tenemos la obligación de enseñar a los nuevos que vale la pena vivir, y que esto solo se vive una vez, y que hay que sacarle brillo a la pista de baile pues en mi caso, -y lo sé por experiencia propia- la vida se hace sin ensayos, de una sola toma. Y como buena impuntual que soy, no pienso llegar a tiempo a mi llamado.

Me quedan: muchos Carballidos, Shakespeares, Molieres por actuar, mucha lata que dar, muchas risas que compartir, muchas batallas que ganar, muchos amaneceres que disfrutar, mucho arte que admirar. ¡Y mucho, mucho México que amar! Así que: ¡Muerte espérame sentada, porque mi mejor danzón tardará mucho en llegar!


Lo más reciente

INE realizará pruebas del PREP

El Programa de Resultados Electorales Preliminares buscará dar certeza a los votantes durante los comicios

La Jornada

INE realizará pruebas del PREP

Regata Marina Yucatán 2024 congrega a 150 canoistas

El evento prepara a los atletas que participarán en los Nacionales Conade

La Jornada Maya

Regata Marina Yucatán 2024 congrega a 150 canoistas

Río de Janeiro aloja el concierto más grande de Madonna

Autoridades calculan la presencia de 1.5 millones de personas; 10 veces más que su récord anterior

Ap

Río de Janeiro aloja el concierto más grande de Madonna

Pitcheo Melenudo en el primer lugar de la LMB

Los Leones se disputan el primer lugar de la Zona Sur con los Diablos Rojos

La Jornada Maya

Pitcheo Melenudo en el primer lugar de la LMB